Esteman en un viaje sonoro Sin filtros y libre
Con Si volviera a nacer, el cantautor colombiano Esteman recuerda los motivos por los cuales inició en la música hace 11 años, además le permite enriquecer el mensaje de visibilizar temáticas que conforman una sociedad diversa, incluyente y libre
Karina CoronaDespués de 11 años de carrera artística, el cantante colombiano Esteban Mateus, mejor conocido como Esteman, se preguntó qué haría si volviera a nacer, para poder contestar esa inquietud realizó un viaje sonoro a décadas pasadas, desde los años 50 hasta los 90, hasta llegar a su raíz, a aquella música que heredó de sus padres y que lo influenció para presentar, en la actualidad, un sonido más maduro; además, pudo crear un mapa sonoro donde deja ver sus composiciones en un estado más puro.
Estas reflexiones dieron como resultado Si volviera a nacer, álbum que empezó con casi 30 canciones, la mayoría creadas durante el confinamiento, y en el que pudo colaborar con una gran cantidad de artistas y creativos, al final, y tras una cuidadosa curaduría, quedaron sus nueve piezas favoritas.
“Es como volver a tener otro hijo, es un sentimiento muy especial, es entender que tu vida artística se resume en este trabajo, estoy contento con el proceso que tuve, porque después de 11 años de carrera dices, ‘¿a dónde más puedo ir?, ¿qué más puedo hacer para evolucionar?’, creo que este disco es un momento de entenderme y ver cuál es la música que me gusta hacer”, comparte para Reporte Índigo.
Una introspección al pasado
Hacer este material le implicó al cantante colombiano mirar atrás y ver cada una de las etapas que ha tenido como artista, es el recorrido por su discografía: Primer acto, Caótica belleza y Amor libre, para arribar con Si volviera a nacer, el cual, comparte, tiene lo mejor de cada uno de ellos, pues su proceso fue más por gusto y con el placer de crear música, pensando en la fuerza que tiene una melodía con su letra.
La confección del sonido la logró partiendo de una composición más sencilla para llegar a una introspección más profunda, sobre todo por la nostalgia de no poder estar en contacto con su familia. Esteman reconoció todas las emociones que fueron brotando debido a la pandemia, pero sin tener miedo a soltar los sentimientos a flor de piel.
“Sí fue como una especie de enfrentamiento a uno mismo, no me puedo quejar porque tuve un proceso bonito, por un lado, estaba acompañado de mi novio, conseguí un perro, nos pudimos concentrar en nosotros. Al principio de la pandemia recuerdo que decía ‘bueno, posiblemente en julio (del 2020) ya podremos volver a tocar’, no sabía lo que me esperaba, te hace confrontarte a muchas cosas”, relata.
Estas emociones se pueden percibir a través de este álbum; por ejemplo, la canción “Si volviera a nacer” está dedicada a su mamá luego de estar varios meses sin ir a Colombia. Al final, comparte, se trata de un agradecimiento a su lugar de origen, a la forma en la que ve el mundo y cómo todas esas vivencias lo definieron.
Activismo y música para Esteman
Esteman también reflexiona sobre que, además de incorporar la estética psicodélica de los años 70, con la cual se relaciona más, también hay una parte en la que se involucró de una manera, casi natural, y tiene que ver con el hecho de que el mensaje de sus canciones fuese hecho por jóvenes en tiempos de guerras y protestas, como una forma de alzar la voz y visibilizar los problemas actuales.
Confiesa que, sin pensarlo mucho y sin querer ser una persona política, se volvió activista dentro de la comunidad LGBT+, hablando desde su música y arte, sin filtrar sus historias y al mostrarse vulnerable desde su realidad. Esto lo motiva, pues con los años, canciones como “Caótica belleza” se vuelven himnos de protesta y de lucha en Colombia, de una celebración a la identidad latinoamericana, experiencia que pudo compartir junto a la cantante mexicana Natalia Lafourcade.
“Siendo un hombre cisgénero gay he contado con el apoyo de mi círculo cercano, de mi familia, he vivido de alguna manera un proceso muy privilegiado, aunque he tenido mis momentos difíciles. Entiendes cómo realmente hay otras caras que vale la pena ayudar y alzar tu voz por ellas y creo que eso lo he entendido estos últimos años en los que, sin mucho pensarlo, he terminado alzando esta bandera y también alzado mi voz para poder compartirlo y volverme más consciente de eso, significa enfrentarte a ti mismo para entender la realidad de diferentes personas”, detalla.
Por ello, comparte que él habla mucho de cómo las personas que no forman parte de la comunidad LGBT+, a quienes no les ha tocado enfrentarse al tema de la discriminación, a “salir del clóset” y de su zona de confort, no entienden lo que es ponerse en los zapatos de las personas. Algo que, considera, está presente en el Mes del Orgullo LGBT+, en tratar de entender a las y los demás, los derechos básicos y sobre la importancia de la aceptación.
Esteban, tras la charla, de nuevo indaga en la pregunta sobre tener un nuevo chance de vivir, a lo cual responde invitando a que todos y todas escuchen su canción, la cual tuvo la oportunidad de interpretar junto a Lila Downs.
“Si volviera a nacer no cambiaría nada del ayer, básicamente, porque con todo y los momentos más difíciles, incluso, salir del closet y de mi zona de confort, tener que enfrentarme desde momentos de bullyng fuertes, definen lo que soy como artista y eso se convierte en mis armas para hacer música, por eso no cambiaría nada del ayer. Si me pongo a pensar más allá, no tendría ciertos miedos que tengo, soy pésimo para los vacíos y me botaría de un paracaídas o de un avión, cosa que nunca haré (ríe), entonces realmente estoy muy agradecido con mi vida”, remata Esteman.
Estética hippie psicodélica
La estética visual del proyecto se creó junto a El Cursi, un ilustrador que ha trabajado con artistas como Caloncho. Juntos encontraron una visión muy psicodélica, setentera, influenciada por los carteles de publicidad de festivales, carátulas de álbumes como Yellow Submarine, de Los Beatles, más la imagen de Bob Dylan, con el fin de generar un viaje a través de muchos colores.