¿Estás gastando dinero en desodorante?
En nuestra cultura, no usar desodorante podría ser considerado como una falta de respeto hacia los demás, por no decir que podría dejarte algún apodo de por vida. Pero, ¿qué tal si no necesitas utilizarlo?
Existe una variación genética que poseen algunas personas afortunadas que no producen las secreciones en las axilas que atraen a las bacterias malolientes. Pero aún así gastan su dinero en desodorante y exponen su cuerpo a químicos innecesarios porque no están conscientes de que su olor es dulce.
Rocío AguileraEn nuestra cultura, no usar desodorante podría ser considerado como una falta de respeto hacia los demás, por no decir que podría dejarte algún apodo de por vida. Pero, ¿qué tal si no necesitas utilizarlo?
Existe una variación genética que poseen algunas personas afortunadas que no producen las secreciones en las axilas que atraen a las bacterias malolientes. Pero aún así gastan su dinero en desodorante y exponen su cuerpo a químicos innecesarios porque no están conscientes de que su olor es dulce.
No aplicarte desodorante por una semana para descubrir si eres una de esas afortunadas personas podría ser una solución, pero también (si no eres uno de ellos) podría traerte uno que otro problema con las personas que te rodean.
El tipo de cera en tus oídos te puede ayudar a resolver la duda de forma más fácil.
La cera es un rasgo que es dictado por un solo gen. Un estudio realizado por Ian Day y Santi Rodríguez de la Universidad de Bristol, afirma que la mayoría de los europeos secreta cera húmeda, porque tienen al menos una copia de la versión “húmeda” del gen llamado ABCC11. Y solo un poco más de un millón de personas en Reino Unido tienen un tipo raro de cera seca, debido a que tienen dos copias de una versión diferente del gen (todos tenemos dos de cada gen, una de nuestra madre y otra de nuestro padre).
Este gen no solo define el tipo de cera que secretamos, sino que también tiene el código para construir la proteína que transporta el sudor de los poros a nuestras axilas, donde atrae a la bacteria que causa el mal olor corporal. Las personas con “cera seca” no producen la proteína, así que no secretan el sudor apocrino que atrae a la bacteria.
Si quieres saber si eres una de estas afortunadas personas, una revisión de tus oídos podría darte la respuesta y hasta hacerte ahorrar unos cuantos pesos.