Esquizofrenia, un padecimiento en aumento
La pandemia por COVID-19 ha afectado de manera considerable a las personas que viven con condición de esquizofrenia pues magnificó, en algunos casos, su sintomatología. Ante este contexto, una experta comparte algunas recomendaciones, tanto para pacientes como para familiares
Karina CoronaLa pandemia por COVID-19 ha provocado un notable cambio en la rutina de todas las personas, el encierro y el cómo afrontarlo genera situaciones de estrés, ansiedad o, incluso, depresión o esquizofrenia.
La lucha también se volvió interna, por lo que la gente ha tenido que valerse de nuevas estrategias como la creación de nuevos hábitos para lidiar con el confinamiento.
De acuerdo con Lucia Porfirio Dámaso, psicóloga y maestra en terapia familiar por el Instituto Latinoamericano de Estudios de Familia (ILEF), la pandemia ha afectado de manera considerable a las personas que viven con condición de esquizofrenia pues magnificó, en algunos casos, su sintomatología.
Uno de los principales factores que pueden alterar este padecimiento es la falta de un tratamiento adecuado, sin embargo, al presentarse la emergencia sanitaria por COVID-19, muchos no han podido acudir por sus medicamentos, o bien, no pueden adquirirlas por su alto costo o porque se agotaron.
“Con esta pandemia las crisis crecen y por tanto vienen a afectar más la situación social y la funcionalidad del paciente al no poder ir a una valoración y supervisión por parte de un médico psiquiatra, no acuden a su terapia, y si no llevan su tratamiento de forma adecuada, por supuesto, empeora y se generan mayores síntomas”, aclara la psicóloga.
Generalmente, cuando las personas con esquizofrenia llevan un tratamiento adecuado logran una mejor calidad de vida, pero esta enfermedad afecta de distintas formas a cada persona, no todas tienen la misma funcionalidad, por lo que Dámaso especifica que para que haya un diagnóstico pertinente se tienen que cubrir ciertas características según El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DCM-5, en el cual se especifica que la valoración se debe hacer a partir de los 18 años en adelante.
Para que exista un diagnóstico debe de haber una recurrencia de seis meses, aproximadamente, que esos síntomas sean constantes para corroborar; por lo que Lucía aclara que, en estos tiempos de pandemia, donde pueden desarrollar alguna sintomatología, se debe de proceder con mucho cuidado, pues la única persona capacitada para diagnosticar esta enfermedad es un psiquiatra.
Un error común que se comete para su tratamiento es la utilización de la fuerza, en cambio, es recomendable buscar formas creativas, acercarse a actividades lúdicas, al arte, cantar, dibujar, bailar o incluso, actividades deportivas.
“Durante la pandemia, la familia les dice ‘no salgas’, pero ellos no pueden comprender y hay mucha desesperación o paranoia, piensan que están en contra de ellos, que los quieren encerrar o hacer daño. Algunos pueden recurrir a la violencia contra sí mismos o las personas a su alrededor porque controlan menos sus impulsos, hay una desesperación constante, por ello, es importante la supervisión de un médico, estar en terapia familiar, no forzarlos y descubrir qué les gusta”, aclara.
Vivimos en una sociedad con mucho desconocimiento respecto a las enfermedades mentales, no existe la sensibilidad que se necesita para saber cómo interactuar con ellos. Por eso, Lucía Dámaso sugiere que la persona esquizofrénica conozca muy bien sus síntomas para saber actuar ante determinadas situaciones que puedan alterarlo, así como tener un tratamiento psiquiátrico que le ayude, a través del medicamento, el funcionamiento de las conexiones neuronales; y al psicológico le permitirá tener mejor conocimiento de cómo es su enfermedad y estar alerta.