Incomprendidos o segregados, las personas con esquizofrenia enfrentan diversos retos dentro del mundo real, sobre todo por los mitos que existen en la sociedad en torno a este padecimiento.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 52 millones de personas en el mundo padecen esquizofrenia.
Es por los síntomas que presentan los pacientes lo que dificulta que permanezcan en un entorno laboral o de amigos fijo, debido a la incomprensión de la enfermedad, lo que trae como una de sus consecuencias, el aislamiento.
Además de los problemas para socializar, las personas con esquizofrenia se encfrentan a otro conflicto, el económico.
El alto precio del tratamiento suele ser impedir que algunos pacientes lo inicien, o en otros casos, lo finalicen.
Adriana Loyola señala que para que una persona pueda ser diagnosticada se deben tener 21 años cumplidos, esto se debe a que a esa edad el ser humano ya tiene definida su personalidad.
“Nosotros podemos dar un diagnóstico de esquizofrenia cuando ya se consolidó la identidad, es decir, después de los 21 años. Este trastorno mal diagnosticado a un niño puede arruinarle la mitad de su infancia”, expresa Loyola.
La esquizofrenia es un trastorno que tiene su origen en diversas causas y aunque en concreto no se puede decir que exista un gen que determine su padecimiento, sí hay una predisposición genética.
Aún no hay diagnostico comprobado de la predisposición, sin embargo, existen factores cruciales que la pueden propiciar como infecciones virales durante el embarazo, complicaciones en el parto y el uso de drogas, causando afectaciones de química y estructura en el cerebro durante dichos procesos.
La esquizofrenia no es un fenómeno aislado y suele ser detectada por las familias que rodean a la persona con el trastorno, es por ello, que ante el descubrimiento logre ser atendida con rapidez. Con un diagnóstico oportuno y un tratamiento efectivo se acelerará la recuperación y se reducirá el daño a largo plazo.
Para obtener un resultado más certero se destaca la importancia de la colaboración entre la familia y equipo psiquiátrico.
Trabajar en conjunto ayudará, con el diagnóstico y la medicación, que se puedan controlar los síntomas de la enfermedad y permitiendo al paciente reiniciar su vida con normalidad.
Diagnóstico
Para los especialistas, los pacientes diagnosticados con esquizofrenia inician con un estado de ansiedad y aislamiento.
De acuerdo con Loyola los síntomas de esquizofrenia avanzan si no se da tratamiento adecuado, generando más ansiedad en el paciente y una percepción cada vez más delirante y alejada de la realidad.
“El tratamiento resulta en la mayoría de las ocasiones muy caro y las familias tienen que elegir. Ellos están conscientes de que las personas necesitan el medicamento pero al final es un camino muy largo”.
La salud mental no es prioridad en el país, apunta Adriana Loyola, pero destaca la existencia de instituciones públicas como el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente y el Hospital Psiquiátrico Fray Bernardino que ayudan a pacientes con esquizofrenia.
De acuerdo con la OMS la esquizofrenia se encuentra entre las 20 causas principales de discapacidad en el mundo.
Clasificación de los síntomas:
Síntomas positivos
Estos corresponden a los signos psicóticos o de comportamiento extraño en un paciente
Síntomas negativos
Relacionados con el estado de ánimo. Se caracterizan por la presencia de tristeza, depresión, agresión y dificultad para disfrutar las actividades cotidianas
Funciones cognoscitivas
Tienen que ver con el funcionamiento del sujeto en un entorno, lo que se traduce en una capacidad menor de concentración, atención, aprendizaje y fluidez verbal