La vida silvestre es para el planeta Tierra un elemento esencial para su existencia. Sin embargo, el cambio climático ocasionado por los seres humanos está acabando con ella y con sus habitantes, las diferentes especies de animales.
En los últimos meses, han sido diversas las zonas verdes del planeta que han sufrido. Estados Unidos, Australia, México y Brasil son algunos de los países en los que más se han registrado daños.
En el Estado de Oceanía, por ejemplo, de acuerdo con su secretario de ambiente, Matt Kean, los incendios ocasionados por el calor del ambiente dejaron a su paso mil millones de animales muertos, entre ellos koalas y canguros, y más de 10 millones de hectáreas calcinadas. Un escenario poco alentador para dicha nación.
Es por situaciones como estas que, cada 3 de marzo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lleva a cabo el Día Mundial de la Vida Silvestre, con el objetivo de dar a entender la importancia que tienen las áreas verdes para los humanos y animales.
Para este 2020, al cual se le dominó el “Súper año para la biodiversidad”, Naciones Unidas declaró que el lema sería “Garantizar el sostenimiento de la vida en la Tierra”, un mensaje que, de acuerdo con la maestra Gabriela Jiménez Casas, bióloga y académica del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), va acorde con la actualidad
“Este día no es tanto una celebración, sino un recordatorio de lo que tenemos y debemos cuidar (…) Y el lema de este año nos dice exactamente eso, que debemos proteger y conservar nuestra vida silvestre, alzando la voz y asegurándonos de que así suceda”, dice la académica.
Para la maestra Jiménez Casas es primordial que el ser humano, el único que puede reparar los daños causados, sea consciente de lo que hace, pues sólo con medidas cautelares se retroceden los escenarios catastróficos.
“Todos los seres humanos tenemos una riqueza verde incalculable, y aunque ésta ha sufrido daños, afortunadamente no estamos al borde de la extinción masiva. Debemos cuidarla para el goce de las nuevas generaciones a través de medidas básicas, como reciclar, reutilizar y reducir”, comparte la bióloga.
En entrevista con Reporte Índigo, la académica del Instituto de Ecología distingue que es importante que las personas sean conscientes de los productos que utilizan, pues a veces no se tiene la suficiente información para ello. En ocasiones, detalla, se compran objetos de un solo uso que son desechados al primero momento, cuando no debe ser así.
Por su parte, Sandra Petrone, bióloga y oficial de Conservación en el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) México, asegura que uno de los delitos más grandes que el ser humano puede cometer en contra de la vida silvestre son la compra y venta de pieles de animales, así como la falta de interés a las comunidades que cuidan de las áreas verdes.
“Las comunidades locales que viven en contacto directo con la naturaleza son custodias de esta riqueza, debemos trabajar con ellas, darles alternativas para que sigan realizando sus labores, las cuales son muy benéficas para todos nosotros”, enaltece Petrone.
Acciones en México por la vida silvestre
México representa una de las naciones más ricas en vida silvestre. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay más de un millón de bosques en todo el país, aspecto que además de posicionarlo lo pone en la mira.
Tanto para Sandra Petrone como para Gabriela Jiménez Casas, de WWF México y el Instituto de Ecología de la UNAM, respectivamente, aunque en el país hay instituciones que hacen un buen trabajo para la conservación de las zonas verdes, es fundamental que el gobierno federal y los mexicanos apoyen las causas y proyectos propuestos.
“En realidad en México se está haciendo mucho al respecto, hay muchas asociaciones que se encargan de la vida silvestre, de cuidar de los suelos y de las zonas, pero hay que apoyarlos a través de acciones hormiga, es decir, ser conscientes de lo que hacemos a cada paso”, detalla Jiménez Casas.
Según remarca Petrone, por su parte, en el país hay muchos especialistas e investigadores muy dedicados, sólo falta que para el Ejecutivo el tema del medio ambiente sea más que relevante.
Además, remarca Jiménez Casas, para el mexicano común el tema de la ecología debe ser algo primordial, pues a veces se puede pensar que “es un complot”.
Los foros y talleres son opciones viables, señala Jiménez Casas, para el tipo de público que no cree en una vida casi arruinada por el cambio climático. A ellos, refiere, debemos tomarlos de las manos y explicarles de manera amable.