#EsClásicodeGordos

Esta semana, las redes sociales se inundaron con tuits y publicaciones con la etiqueta #EsClásicodeGordos, la cual incluso fue Trending Topic en Twitter. Los usuarios compartieron diversos ejemplos sobre lo que es "clásico" de una persona con sobrepeso, obesidad o bien, una que cumple todos los antojos que se le cruzan por la mente.

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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millones
de casos de diabetes se registraron en México, en el 2013

Esta semana, las redes sociales se inundaron con tuits y publicaciones con la etiqueta #EsClásicodeGordos, la cual incluso fue Trending Topic en Twitter. Los usuarios compartieron diversos ejemplos sobre lo que es “clásico” de una persona con sobrepeso, obesidad o bien, una que cumple todos los antojos que se le cruzan por la mente.

Sin embargo, por muy cómicos que puedan resultar esos memes, gifs y posts, lo cierto es que hay una cosa que no debería ser #clásica en la población y eso es que ésta tenga altos niveles de azúcar, que consuma más grasas y azúcares de las recomendadas en su ingesta de calorías diaria, y que lleve un ritmo de vida de malos hábitos alimenticios.

Mientras millones de usuarios se deleitan al publicar fotos en las que muestran las calorías que consumen, acompañadas de hashtags como #EsdeGordos, #SinCulpa y #TodoslosGordosUnidos, hasta el 2013 se registraron 8 millones de casos de diabetes mellitus en México, según la Federación Internacional de Diabetes (IDF, en inglés). 

Y el consumo de azúcar es clave en el aumento –o disminución– del riesgo de desarrollar padecimientos como diabetes, obesidad, sobrepeso y síndrome metabólico.

Alrededor de 48.6 millones de personas padecen obesidad, sobrepeso o diabetes, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) del 2012. Mientras que 382 millones de adultos en el mundo padecen diabetes, según la IDF, de los cuales 46 por ciento desconoce que la padece.

De manera que la ingesta de azúcar se ha vuelto una preocupación de salud pública a nivel mundial, y está considerada un enemigo a vencer por organismos de salud e instituciones gubernamentales.

De hecho, las nuevas recomendaciones del Departamento de Agricultura y el Departamento de Salud y Servicios Humanos de la Unión Americana incluyen un cambio en las directrices nutricionales para los hábitos alimenticios, lo que ayudará a reducir los casos de obesidad y fomentará la prevención de enfermedades crónicas y cardiacas relacionadas a la alimentación.

Las nuevas recomendaciones de la octava edición de la Guía Alimentaria en Estados Unidos (EU) –para los próximos cinco años– no incluyen azúcar natural (como la de las frutas), y se centra en el azúcar añadido.

La nueva edición de la mencionada guía recomienda limitar el azúcar agregado y las grasas saturadas a por lo menos un 10 por ciento del consumo de calorías diarias. 

Esta es la primera vez que el gobierno de EU limita el consumo del azúcar añadido, como ya lo había hecho la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Qué es el azúcar añadido?

El azúcar añadido es la que se agrega a todos los alimentos industriales para conservar, dar sabor y consistencia a su preparación. Esto solamente se traduce en calorías que nada aportan a nivel nutrimental.

¿Lo peor? Muchos productores no declaran o establecen la cantidad de azúcar añadido que hay en los alimentos, por lo que el consumidor no sabe con exactitud cuánta azúcar ingiere diariamente.

De acuerdo a datos de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC) de Estados Unidos, casi el 13 por ciento de las calorías diarias de los adultos proviene de azúcares añadidos. Las mujeres consumen casi 239 calorías de azúcar añadido al día, mientras que los hombres ingieren aproximadamente 335 calorías.

Los CDC señalan que el 67 por ciento (dos tercios) de los azúcares añadidos que consumen las personas cada día proviene de alimentos, y el tercio restante (33 por ciento) de las bebidas.

La mayoría solo está consciente de que el azúcar está presente en un refresco de cola, por ejemplo, y desconoce que un plato de pasta u otro tipo de comida –no dulce– también contiene grandes cantidades de azúcares añadidos.

La Dra. Bethene Ervin, epidemióloga nutricional del Centro Nacional de Estadísticas de Salud de Hyattsville, indica que los niños y jóvenes consumen casi el 16 por ciento de sus calorías diarias de productos con azúcar añadido. 

Los niños consumen 362 calorías de esos azúcares y las niñas 282 calorías aproximadamente.

Detox de azúcar

La solución no solamente está en abstenerte de complacer tus antojos y soltar el chocolate que llevas en la mano cada vez que vas al supermercado. De acuerdo a científicos del Centro de Investigación del Hospital de la Universidad de Montreal (CRCHUM, en inglés), una enzima puede detener los efectos tóxicos del azúcar en algunos órganos del cuerpo.

Se trata de la enzima llamada fosfatasa glicerol 3-fosfato (G3PP), la cual controla el uso de la glucosa y la grasa. Según el estudio llevado a cabo por los doctores Marc Prentki y Murthy Madiraju, la G3PP desintoxica el exceso de azúcar de las células en el organismo.

El descubrimiento de esta investigación podría fomentar el desarrollo de nuevas terapias para combatir padecimientos como diabetes tipo 2, obesidad y síndrome metabólico.

“Cuando la glucosa es anormalmente elevada en el cuerpo, la glucosa derivada de glicerol-3 fosfato alcanza niveles excesivos en las células, y un exceso de glicerol-3 fosfato en el metabolismo puede dañar diversos tejidos. Hemos encontrado que G3PP es capaz de descomponer una gran proporción de este exceso de glicerol fosfato en glicerol y desviarlo fuera de la célula, protegiendo así la producción de células beta del páncreas y diversos órganos de los efectos tóxicos de los niveles altos de glucosa en la insulina”, explica Marc Prentki.

Por su parte, Murthy Madiraju señala que “al desviar la glucosa como glicerol, G3PP previene la formación y el almacenamiento de grasa excesiva y también reduce la producción excesiva de glucosa en el hígado, un problema importante en la diabetes”.

Esta investigación fue publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para hacerse una idea

Aunque es muy difícil calcular la cantidad exacta de azúcar añadido que contienen ciertos productos, dado a que los comercializadores no proporcionan la información, el consumidor deberá balancear su ingesta.

Y deberá nivelar lo que consume en el desayuno, la comida y la cena. Por ejemplo, si desayuna con jugo de naranja, deberá evitar procurar ingerir alimentos ricos en proteína –bajos en grasas– en comidas y cenas, ya que 150 ml de esta bebida contienen 12.9 gramos de azúcar, lo que equivale a casi tres cucharadillas, de acuerdo a Public Health England.

> La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los adultos y los niños reduzcan su consumo de azúcares agregados a menos del 10 por ciento de su ingesta energética diaria. E inclusive indica que si esa cantidad disminuye hasta 5 por ciento, el cambio en los problemas de salud pública a nivel global sería considerablemente notable.

> Una lata de soda azucarada al día incrementa en un 80 por ciento el riesgo de diabetes tipo 2 en mujeres, y en un 60 por ciento el riesgo de obesidad en niños.
> La gran mayoría desconoce que los alimentos 
–no chatarra o no dulces– contienen altas cantidades de azúcar añadido. Algunos productores no especifican lo que agregan de este ingrediente para saborizar o conservar sus alimentos.
>  El azúcar provoca fatiga y falta de energía, pues disminuye la capacidad que tiene el organismo para absorber los nutrientes, y causa que el metabolismo se vuelva lento.
> Consumir azúcar en cantidades excesivas daña los huesos y aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis.
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