La activista rusa Anna Dovgalyuk ha cobrado notoriedad en medios locales y redes sociales después de que llevara a cabo una protesta en contra del manspreading, término que se utiliza para referirse a los hombres que se sientan con las piernas abiertas.
Información de medios internacionales, como El Mundo, refieren que la estudiante de Derecho decidió rociar cloro, mezclado con agua, a los hombres que osaron sentarse con las piernas abiertas delante suyo en el Metro de San Petersburgo; el video de la acción se ha esparcido como rejero de pólvora en Internet.
Sin embargo, hay quien afirma que la acción feminista se trata de un montaje que busca generar conciencia “para que todos comprendan qué parte del cuerpo controla el comportamiento de los hombres” y hasta uno de los sujetos que apareció en el polémico video, identificado como Stanislav Kudrín, confirmó en su muro de la red social VK que el video fue escenificado.
La moneda sigue en el aire, pero para la activista algo queda claro: el manspreading es una “agresión de género” que no se puede permitir y debe ser castigada. “Actúo en nombre de todos los que tienen que soportar las muestras de sus cualidades de macho en el transporte público”, dijo en declaraciones que recoge El Mundo.
En el video, que muestra las peripecias de Anna, se afirma que el cloro fue vertido sobre “70 ejemplares” y que la acción saldrá del Metro para implementarse en diversas partes de Moscú y Kazán.
VIDEO:
¿Qué opinas?
