Los buzos utilizan una escafandra para poder sumergirse en el mar. Los médicos y la población en general podrán ocupar un diseño similar para protegerse del coronavirus gracias a la ciencia y la tecnología.
Se trata de IO-HOOD, una escafandra con respirador integrado diseñada por Alejandro Cortina. Esta herramienta ideada y fabricada en México cuenta con un ducto sobre la nariz y la boca y dos filtros planos para detener a virus como el SARS-CoV-2.
“Me encanta la idea de diseñar equipo de este tipo, realmente mi trabajo como diseñador industrial ha ido más por el tema de la construcción. Espero que la gente lo vea, lo use y se sienta orgullosa de que es un equipo mexicano que yo creo que va a ser para el mundo, es una solución que no existía”, menciona Cortina.
IO-HOOD está pensada para el personal hospitalario y médico en todos los niveles en el primer frente de lucha contra la pandemia de COVID-19. Pero también es apta Protección para quienes por su trabajo están en contacto con la gente, como el área de atención a clientes, realizan traslados en transporte público y para la población vulnerable.
Mario Álvarez, director general de Master Care Product, firma que diseñó la escafandra, platica que todo surgió con el objetivo de ayudar cuando la protección estaba en crisis. Fueron imágenes de población vulnerable las que motivaron la creación de IO-HOOD.
Donar para ayudar
En la primera fase de la pandemia, Alejandro Cortina y Mario Álvarez donaron al personal de hospitales máscaras de buceo adaptadas a filtros para respirar. Este diseño fue perfeccionado hasta lograr la escafandra IO-HOOD.
“En ese momento diseñé un adaptador para esas máscaras que permitía que la gente cortara su propio filtro N95 y lo integrara al snorkel. Regalé el diseño, lo subí a una plataforma mundial, y me puse a fabricar unos que doné durante muchos meses pero me di cuenta de que era insuficiente”, cuenta Alejandro Cortina.
Personal médico que los probó le informó que las máscaras de buceo deformaban la visión, no permitían usar lentes de prescripción adentro, generaban mucho calor y tenían mucha presión contra la cara. Sin embargo, se estaban usando y por eso en diseño priorizó la comodidad y accesibilidad.
“Le pedía a la gente que me ayudara con el transporte para enviarlos a donde fuera y resultaba que no tenían los medios para hacerlo. Me di cuenta de la limitante económica que esto representa y, entonces, gobernó el diseño, el tema de utilizar pocos materiales, pocos kilos”, explica.
IO-HOOD pesa 250 gramos. Mario Álvarez la describe como un “todo en uno”, porque sustituye al respirador o tapabocas, a la careta, cofia y orejeras y a los goggles.
“Iniciamos un proceso creativo y, en un principio, se empezaron a desarrollar unos equipos de protección que fueron donados: máscaras de buzos adaptadas para que la gente tuviera una posibilidad de estar aislada. Sin duda ayudaban pero no eran óptimos, entonces, empezamos a generar nuevas ideas hasta que por fin llegamos a un producto que, consideramos, ya es más eficiente, práctico, útil y al alcance de la gente”, afirma Mario Álvarez.
Los prototipos de la escafandra diseñados por Alejandro Cortina fueron probados por médicos en cirugías. A diferencia de las máscaras de buzos, IO-HOOD les permitió a los doctores usar lentes.
“En una cirugía de ocho horas nos hicieron un comentario: nos pidieron agregar silicón líquido después de coser para evitar cualquier filtración de virus o bacterias”, señala.
La escafandra es lavable y los filtros KN95 son reemplazables, de manera que puede durar por meses y esto también beneficiaría al medio ambiente y representaría menos gastos.
La escafandra ya puede adquirirse en línea, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) lo autorizó desde el viernes 11 de diciembre.