Contados talentos nacionales, como José José, Juan Gabriel, Gabriel García Márquez o José Luis Cuevas, han recibido homenajes luctuosos en el Palacio de Bellas Artes, pero ahora en vida, una mujer sobresaliente en el campo de las artes en México fue homenajeada a sus 90 años de edad: Silvia Pinal.
En el recinto de mármol, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se dieron cita luminarias como Ignacio López Tarso, Sergio Corona, Luz María Aguilar, Laura Zapata, Humberto Zurita, Lucía Méndez y más personalidades del espectáculo, la tarde del 29 de agosto, para celebrar la vida de una de las últimas divas del cine mexicano.
A las 19:06 horas, Silvia Pinal se dejó ver en un palco, escoltada por sus hijas Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán. El público de inmediato aplaudió y festejó la llegada de la estrella, quien recibió porras y vitoreos: “¡Silvia, Silvia, Silvia!”, se escuchaba al unísono.
Durante el homenaje, Diana Bracho fungió como maestra de ceremonias del evento, casi en la totalidad del mismo. El balcón de Silvia se iluminó con un reflector, en el que se podía observar la felicidad que la actriz mostraba junto con sus hijas.
Viridiana (1961), la primera película que realizó con el cineasta Luis Buñuel, fue un tema constante durante la ceremonia, incluso, se presumió que Silvia cuenta con la Palma de Oro que recibió el largometraje en Cannes, misma que estará en exhibición en el Palacio de Bellas Artes en una exposición dedicada a la artista.
Durante una mesa redonda moderada por la directora Busi Cortés, con la presencia de los críticos Leonardo García Tsao y José Antonio Valdés, se exhibió el retrato que Diego Rivera le hizo a Pinal.
“Siempre se dice ‘qué suerte tuvo Silvia Pinal de trabajar tres veces con Luis Buñuel’, yo creo que, lo contrario también aplica, ¡Qué suerte tuvo Luis Buñuel de trabajar tres veces con Silvia Pinal! Es una actriz perfecta para las tres diferentes caracterizaciones, Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto”, destacó García Tsao.
Bracho recordó, además, una anécdota que sucedió durante el montaje de Amor, dolor y lo que traía puesto, en 2012, donde Pinal daba todo en el escenario. En la obra la actriz bailó el “Mambo No. 5”, de Dámaso Pérez Prado, de una manera jovial y gustosa, a sus entonces 81 años de edad.
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— Reporte Índigo (@Reporte_Indigo) August 29, 2022
Sylvia Pasquel aprovechó para hacer la lectura de una semblanza completa de la trayectoria de su madre, y justo cuando se hizo mención de Viridiana Alatriste, la difunta hija de Pinal que también tuvo aspiraciones artísticas, el público aplaudió a manera de respeto, ovación que creció una vez llegada la mención de Mujer: Casos de la vida real.
Su nieta Stephanie Salas tomó el escenario para rendirle tributo con un ensamble musical, recordando cuando Pinal estelarizó ¡Qué tal, Dolly! La actriz Bianca Marroquín también fue partícipe de este momento y agradeció personalmente a Silvia por haber sido pionera en este terreno en México.
Pero sin duda, el momento más emotivo, fue cuando la misma Pinal subió al escenario para agradecer a todos su presencia; a partir de ese momento, el público permaneció de pie hasta el final del evento y aplaudieron, dieron porras y festejaron a la primera actriz.
Su hija Alejandra Guzmán aprovechó para tomar el micrófono y dedicar un breve agradecimiento directo a la artista, quien notoriamente se sentía agradecida con el evento.
“Pues a mí no me tocó cantar, pero he de agradecerte, madre, todas las cosas que nos has demostrado que cualquier mujer puede hacer, porque tú has hecho más que eso, has logrado tus sueños y has logrado mucho más que cualquier mujer, como artista, como madre, porque te conozco. Gracias por darnos la vida, por darnos una familia bella, llena de disciplina y de ejemplo, gracias por darnos talento, darnos tu sangre, darnos tu casta y darnos esa sonrisa tan bella todos los días; felicidades, madre, eres grande, eres única”, manifestó la cantante de rock mexicano.
La magna celebración terminó entre más aplausos de los presentes, quienes a pesar de que el homenaje había terminado continuaban gritando porras y demostrando su deseo por seguir animando a la familia de Silvia Pinal, que arropó el escenario.
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