Existe una mística alrededor de la epilepsia. En la antigüedad muchos la consideraban como una maldición y creían que la persona epiléptica estaba poseída por el demonio, e incluso muchos enfermos eran sacrificados. Al día de hoy, el estigma social no ha desaparecido. Todavía muchos temen decir que la sufren por miedo a ser estigmatizados.
La epilepsia es una patología crónica caracterizada por la presencia de crisis convulsivas recurrentes que se puede presentar en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en la etapa infantil y en la tercera edad.
Hasta ahora no se ha identificado una causa exacta, pero se sabe que la pueden ocasionar lesiones cerebrales o, como muchos otros trastornos, por predisposición genética, detalla el portal abcsalud.
De acuerdo a estudios realizados en países como Estados Unidos, Inglaterra y Australia, un promedio de cinco de cada mil personas sufren de epilepsia activa. Los resultados de las investigaciones también indican que un 10 por ciento de la población mundial sufrirá alguna convulsión a lo largo de su vida.
Las crisis epilépticas son episodios en los que se altera la actividad eléctrica cerebral, dichas crisis duran entre los 30 segundos y los dos minutos sin causar daños duraderos, pero si éstas llegasen a alcanzar o superar los cinco minutos, o si una persona no se despierta tras las crisis, o si estas suceden una tras otra, se trata de una urgencia y es necesario ver al especialista.