Meryl somos todos
Todos adoran a Meryl Streep y el que no, al menos reconoce su trabajo como una de las actrices con mayor trayectoria dentro de Hollywood.
Siempre está nominada al Oscar (y a los galardones más cotizados de la industria del cine), cada personaje que interpreta se vuelve inmortal y, además, es de las figuras públicas más queridas que hay.
Mary Louise Streep tiene 46 años de carrera y le han bastado para ser una de las voces más escuchadas y seguidas en el mundo del entretenimiento.
María Alesandra Pámanes
Todos adoran a Meryl Streep y el que no, al menos reconoce su trabajo como una de las actrices con mayor trayectoria dentro de Hollywood.
Siempre está nominada al Oscar (y a los galardones más cotizados de la industria del cine), cada personaje que interpreta se vuelve inmortal y, además, es de las figuras públicas más queridas que hay.
Mary Louise Streep tiene 46 años de carrera y le han bastado para ser una de las voces más escuchadas y seguidas en el mundo del entretenimiento.
¿La razón? El público siente gran empatía con lo que Meryl dice sin tapujos. Como dijo la actriz Viola Davis, “(…) creo que todos suspiramos de alivio al oírlo. A veces necesitas a una persona con el coraje y la valentía de decir lo que todos estábamos pensando”.
Meryl logra empatía con su público a través de los roles a los que les da vida de manera única y por medio de su compromiso con la lucha a favor del medio ambiente y de la igualdad de género. Además, porque es portavoz del Museo de Historia Nacional de la Mujer.
Streep es una mujer como cualquiera, con convicciones e ideales bien cimentados y coherentes, algo que la sociedad aplaude y admira. La actriz no solamente hace su trabajo –al que considera privilegiado– con íntima entrega, también proporciona valores agregados, como cuando aprendió a tocar el violín (practicando seis horas diarias durante ocho semanas) para la cinta “The Music of the Heart” (1999).
Mucho de su público, la prensa, la crítica, sus colegas del gremio artístico piensan como Meryl pero no tiene la accesibilidad a un micrófono, ni la atención masiva que tiene Streep, por eso considera un compromiso la “empatía activa” que poseen las celebridades y/o figuras públicas.
Al igual que Meryl, sin importar el idioma que se hable, todos creen que se necesita “que la prensa con principios le pida cuentas al poder (…) porque cuando los poderosos utilizan su poder para acosar a otros, todos perdemos”, como dijo en su ahora icónico discurso en los Globos de Oro una de las mejores actrices de todos los tiempos, tal como se cataloga a la actriz nacida en Nueva Jersey.
Lo más trascendental y contundente de Meryl Streep no es que se pronuncie en el micrófono como lo hizo el fin de semana en la ceremonia de los Globos de Oro al agradecer el Premio Cecil B. Demille, tampoco que sea la mujer de las mil caras debido a la extensa y variada trayectoria de personajes que ha interpretado a lo largo de su carrera, sino su coherencia entre las palabras y los hechos.
Streep no solo entona discursos para ser viral en redes sociales, molestar a figuras públicas en Twitter y aumentar su base de fans, lo hace porque cree en la acción, en el cambio y en la empatía. Lo hace porque sabe que juntos se trabaja mejor y porque está consciente de que la responsabilidad social es de todos, no solo de quien está maquillado y bajo los reflectores.
Por las mujeres
Meryl Streep es un estandarte de la igualdad de género, lo que le ha brindado respeto ante la sociedad.
La actriz, junto a organizaciones como New York Women in Film and Television, fundó el Writers Lab para apoyar a mujeres guionistas y cineastas.
Y estableció que la igualdad ante la ley “no se traduce de forma automática en igualdad, pero ayuda”. Con este proyecto, se pretende aumentar oportunidades de trabajo para la mujer.