Entre más tierno, más agresivo

¿Has sentido las ganas irresistibles de apretujar con toda tu fuerza a un perrito que parece una bola de pelos? ¿Has llegado a expresar que te quieres “comer” a ese bebé que no deja de sonreír? La ciencia confirma que aquello que tanto te enternece tiene el poder de despertar tu lado más agresivo. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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¿Has sentido las ganas irresistibles de apretujar con toda tu fuerza a un perrito que parece una bola de pelos? ¿Has llegado a expresar que te quieres “comer” a ese bebé que no deja de sonreír? La ciencia confirma que aquello que tanto te enternece tiene el poder de despertar tu lado más agresivo. 

Se trata de un fenómeno bautizado por las psicólogas de la Universidad de Yale, Rebecca Dyer y Oriana Aragón, como “cute aggression” (“agresión tierna”). Esto, luego de realizar una investigación, cuyos resultados fueron presentados este año en la reunión anual de la Sociedad de Personalidad y Psicología Social, en Nueva Orleans. 

En una de las fases del experimento, Dyer y Aragón le mostraron a un grupo de 109 personas una serie de fotografías de animales “lindos”, “divertidos” y de apariencia “normal” o “neutra”. A su vez, se les proporcionó plástico burbuja. Las investigadoras encontraron que los participantes reventaron un mayor número de burbujas cuando observaron las imágenes de animales tiernos. 

Entre las explicaciones que ofrecen Dyer y Aragón, está que aquello que nos resulta lindo incita un cierto deseo de protección. O sentimos que no podemos creer lo tierno que algo nos parece. Entonces equilibramos esa felicidad o emoción sumamente positiva –o enérgica– con una conducta de tipo “agresiva”. 

El fenómeno “está en todos lados”, dijo Aragón al diario en línea The Huffington Post. Y citó ejemplos de frases que los usuarios suelen escribir en Google como “tan lindo que podría (…) morir, comerlo, matarlo (…)”. 

“Algunas cosas son tan tiernas que no lo podemos controlar”, comentaron las psicólogas a Scientific American. 

Oriana Aragón advirtió que el hecho de que la “agresión tierna” tenga una alta prevalencia entre la sociedad, no significa que las personas tengan realmente la intención de dañar, por ejemplo, a los ositos, perritos o conejitos de peluche.

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