Entre el amor y el odio… a la tecnología

La relación que las personas tenemos con la tecnología tiene muchas aristas. Por un lado difícilmente podemos vivir sin ella; aunque intentamos ocultarlo, dejar la casa sin nuestros smartphones nos provoca por lo menos un poco de ansiedad y no podemos imaginar el mundo sin la conveniencia de pedir comida o comprar a través de Internet.

Por otro, reconocemos que la relación se ha vuelto demasiado estrecha. Los más jóvenes nunca experimentaron hacer una tarea sin tener a Google para asistirlos y las máquinas de escribir son meramente objetos de exposición.

Ana Paulina Valencia Ana Paulina Valencia Publicado el
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80%
Teme que estamos perdiendo elementos de humanidad ante tanta tecnología
"Quienes están más inmersos en la tecnología comienzan a cuestionar su efecto en sus vidas y en la privacidad"
Ann MackDirectora de Trendspotting JWT
Las personas buscan balancear su vida entre el uso que le dan a la tecnología
Ann Mack considera que la imperfección se está volviendo más atractiva para los consumidores, porque implica que algo es más natural
Hasta los millennials lo sabenHasta los millennials desean lapsos de rehabilitación y desintoxicación de los gadgets
http://www.youtube.com/watch?v=SCqne72SNVQ

La relación que las personas tenemos con la tecnología tiene muchas aristas. Por un lado difícilmente podemos vivir sin ella; aunque intentamos ocultarlo, dejar la casa sin nuestros smartphones nos provoca por lo menos un poco de ansiedad y no podemos imaginar el mundo sin la conveniencia de pedir comida o comprar a través de Internet.

Por otro, reconocemos que la relación se ha vuelto demasiado estrecha. Los más jóvenes nunca experimentaron hacer una tarea sin tener a Google para asistirlos y las máquinas de escribir son meramente objetos de exposición.

Incluso los millennials tienen claro que tenemos que buscar satisfacción más allá de una pantalla. Pero esto sería más fácil si la tecnología no hiciera todo tan conveniente y rápido.

Como cada fin de año, la agencia de marketing y publicidad JWT publicó las 10 tendencias que la sociedad seguirá durante el siguiente y esta dualidad parece estar en el centro de ellas.

En entrevista exclusiva para Reporte Indigo, Ann Mack, directora de Trendspotting de la agencia habló de cómo experimentaremos las 10 tendencias durante este 2014.

Atracción inevitable

La primera tendencia que definirá muchas de nuestras experiencias este año es la búsqueda de experiencias inmersivas, las que nos envuelven.

Esto no solamente se refiere a situaciones de realidad virtual, como algunos videojuegos, sino que va desde la visita a una tienda que implementa tecnología de punta (como la de Burberry en Regent Street, creada por la innovadora Angela Ahrendts, o arte que permite que el espectador sea parte y se pierdan en él.

“Al ir más allá de lo interactivo y multimedia, las marcas, museos, productores de teatro y otros están creando experiencias que permiten que los participantes dejen el mundo real atrás”, indicó Ann Mack, “gracias a nuevas herramientas y tecnologíal, el espectador es el centro de la acción”.

Esta experiencia va de la mano con otra, a la que JWT llamó la “Era de la impaciencia”. Nos hemos acostumbrado a tener lo que necesitamos cuando lo necesitamos (o queremos). Y según los expertos esta búsqueda de la inmediatez solo va a acrecentarse.

Seguramente conoces a alguien que vio “House of cards” en Netflix en dos o tres días. Completa. No tuvo que someterse a esperas que ahora parecerían agónicas sin saber cuál sería el siguiente paso de Frank Underwood.

Y ya hemos discutido el “Netflix cheating”, que sucede cuando un miembro de una pareja “traiciona” al otro viendo el siguiente episodio de un show sin la presencia de su amado. La impaciencia es verdadera y trae problemas reales.

Se dice que es el fin del aburrimiento y las empresas lo saben. Incluso eBay y Amazon están en una guerra por ver quién entrega paquetes más rápido: como la primera compañía ya lo consigue en una hora, la segunda está planeando usar drones para hacerlo en la mitad.

Otra dirección en la que nos dirigimos consiste en la creciente utilización de lo que JWT llamó “tecnología telepática”, que se refiere a la creación de experiencias personalizadas según una lectura de lo que quiere el usuario o cliente a través del uso de tecnología.

Las tendencias que mencionamos antes (búsqueda de experiencias inmersivas y la impaciencia) provocan que los consumidores tengan expectativas muy grandes y sean más exigentes en cuanto a estrategias de publicidad o su experiencia con los medios.

Para ello las compañías encargadas de crear estas experiencias utilizan interfaces que reconocen las emociones y reacciones cerebrales de los espectadores.

Uno de sus predecesores es la wearable technology, de la que hemos hablado en varias ocasiones.

Desde suéteres que cambian de color según el humor de quien los porta, hasta brassieres que avisan cuando estás a punto de comer calorías innecesarias o pulseras que transforman la rutina de ir a un festival de música, este afán de tener a la tecnología más cerca que nunca nos llevará a sitios insospechados.

¿Alguna vez has escuchado el término “neuromarketing”? Se trata de un tipo de investigación de mercado que evalúa las respuestas inconscientes de los usuarios a distintos aspectos de los productos, desde su empaque hasta su función.

También están los headsets que leen las ondas cerebrales de la persona que los usa y de acuerdo con ellas ayudan en el aprendizaje, relajación o concentración.

Pero no todo sobre tecnología es lujo y escenas de películas que hace unos años parecían imposibles. Otra de las grandes tendencias señaladas por la agencia es el papel de la tecnología como medio de oportunidad en mercados emergentes.

Los dispositivos móviles, desde celulares hasta tablets y laptops, permiten que personas que sin ellos no lo tendrían, obtengan acceso a sistemas financieros, herramientas de negocios e incluso mejor educación y opciones para cuidar su salud.

Una vez que obtienen uno de estos dispositivos, que cada vez son más accesibles, sus posibilidades, aunque no se vuelven infinitas, incrementan de manera importante.

Además, este acceso permitirá que formen parte de una tendencia más: hablar el idioma visual.

Aplicaciones como Instagram y Snapchat, así como el uso generalizado de emojis (tan populares que incluso fueron originales disfraces este Halloween) y Stickers en redes sociales, hacen cada vez más importante poder comunicarse sin usar letras.

Twitter adaptó su Timeline para acomodar imágenes más grandes y los memes son el ejemplo ideal de formas para comunicarse sin tener que recurrir a más de una tecla.

“Esto hace los mensajes más eficientes y coloridos, más complejos pero más simples”, explicó Mack, “sabemos que una imagen vale más que mil palabras, y esas imágenes vienen en forma de GIFs, videos cortos, selfies y más”.

De acuerdo a la experta, “los mercadólogos tendrán que aprender este lenguaje, que cambiará la forma en que hablan y responden a los consumidores”.

Balance, por favor

La tecnología nos ha acercado a mundos de ensueño. Jamás habíamos tenido tanto acceso a la vida de lujos de las celebridades, y Pinterest se ha encargado de convencernos de que sin el vestido, las flores y la apariencia ideal una boda no es lo suficientemente buena.

Pero después de consumir semejante perfección durante tanto tiempo, comenzamos a sucumbir ante algo opuesto: la realidad sin filtros.

¿Por qué adoramos la actitud desenfadada de Jennifer Lawrence, o hay un fuerte movimiento recordando que las frutas que no se ven precisamente bonitas son igual de buenas (o mejores) que las que no necesitan un filtro para ser aceptables en Instagram?

Estamos en búsqueda de diversidad, por lo que la imperfección y andar un poco despeinados se ha vuelto muy atractivo.

Entre tanta innovación, ha sido inevitable olvidar algunos hábitos y circunstancias que solían ser partes esenciales de la rutina de cualquier ser humano.

El fin del anonimato, como le llamó JWT, se manifiesta a través de la difusión de datos personales a los que otras personas pueden tener acceso rápidamente. Algunos los proporcionamos de forma intencional (como nuestro desayuno a través de Instagram), y otros no tanto.

De cualquier manera, al darnos cuenta de que no hay forma de escapar de cierto reconocimiento –incluso en sistemas de geolocalización– y de que fragmentos de nuestra vida privada podrían no serlo tanto, se suscita de forma orgánica una tendencia más: la ira contra las máquinas.

Aunque nos queda claro que es imposible resistirse por completo a ellas, sentimos una fuerte necesidad de recuperar el control sobre nuestra identidad y actividades.

Hemos notado que dejamos de disfrutar actividades por tomar fotografías para compartir en redes sociales, que ya no creemos necesitar ver a nuestros amigos porque estamos en contacto con ellos a través de mensajes de texto y una felicitación de cumpleaños por Facebook basta para hacernos sentir que cumplimos con nuestro deber de amigos.

Este año cuestionamos las creencias que nosotros mismos creamos.

“Hay una cualidad del tipo ‘Jekyll y Hyde’ en este respuesta” subrayó la también periodista aludiendo a la famosa novela de Robert Louis Stevenson, “mucha gente simultáneamente aceptará y lamentará la presencia de tecnología, pero ya no hay marcha atrás, así que hay un ímpetu de ir hacia delante de una forma más presente”.

De acuerdo con Mack, “los consumidores buscarán lo mejor de los dos mundos”. Así, nos encontramos en el camino hacia una vida más consciente.

“Consciencia significa estar completamente presente en el hoy y ahora, sin distracciones”, manifestó la investigadora, “todos la buscan, desde doctores hasta ejecutivos; las compañías la incorporan a su cultura y las escuelas la agregan a sus planes de estudio”.

Además, según el reporte, las personas están creando su propia espiritualidad con partes de filosofías y religiones variadas. Esto es parte de la última tendencia que discutiremos: las tradiciones remezcladas.

La actitud generalizada se inclina hacia el dejar ser. Así, podemos apreciar el valor en las ideas de otras personas aún si son distintas a las propias, y combinamos valores tradicionales con nuevas ideas.

La gran búsqueda del año será la del balance. Entre pasado y futuro, entre tecnología y humanidad, entre rapidez y el placer de disfrutar cada día.

Hasta los ‘millennials’ lo saben

Aunque ninguna de las tendencias identificadas por JWT fueron sorpresas, hubo un elemento que coincidió en ellas y que llama la atención.

Resulta que, a pesar de lo que podría pensarse, los millennials adultos (la generación que ahora tiene entre 18 y 35 años) comparten el nerviosismo por la tecnología con sus padres y abuelos.

A pesar de que crecieron acostumbrados a sus avances y están habituados a un ritmo de vida acelerado, expresaron la misma preocupación que generaciones con un origen más tranquilo.

De hecho, 85 por ciento de los millennials opina que cada vez es más difícil conservar el anonimato, tanto en línea como en la vida real, y 65 por ciento está preocupado por ello. Más del 80 por ciento cree que las compañías no se preocupan por crear un ambiente seguro para sus usuarios.

Casi el 60 por ciento admite que se distrae con facilidad cuando hay gadgets presentes (como esos momentos durante las reuniones en las que todos se “pierden” en su smartphone o ese momento en Año Nuevo en el que Instagram tuvo prioridad sobre los abrazos).

Y siete de cada 10 están interesados en mejorar su  capacidad de concentración.

El 62 por ciento de los miembros de esta generación, también llamada Generación Y, teme que la tecnología está “devorando” su vida, y casi 50 por ciento la resiente por ello. El 75 por ciento cree que estamos perdiendo algo de humanidad por pasar tanto tiempo inmersos en los gadgets.

Por eso mismo, casi el 70 por ciento reportó que intenta desconectarse de manera frecuente. Haciendo “detox” o “rehabilitación” cada cierto tiempo (evitando entrar a redes sociales o ver series en Netflix). El 71 por ciento quisiera pasar más tiempo comunicándose en persona que a través de dispositivos.

Tendencias para el 2014 y más allá, según JWT

1. Experiencias inmersivas
El entretenimiento y las marcas tendrán que crear experiencias que envuelvan al consumidor para atraerlo.

2. ¿Hablas visual?
La comunicación a través de fotos, imágenes y emojis sustituirá, en parte, al texto.

3. La era de la impaciencia
Hemos creado una cultura de estar siempre disponibles, así que los consumidores esperan eso de quienes les proveen bienes y servicios.

4. Lo móvil como acceso a oportunidades
Dispositivos móviles expondrán a personas en mercados emergentes a instrumentos que les ayudarán a salir adelante.

5. Tecnología telepática
A través de ciertas interfaces, las marcas pueden reconocer lo que cada cliente busca y personalizar la experiencia a sus gustos y necesidades.

6. El fin del anonimato
Mantenerse oculto de empresas y gobiernos cada vez es más difícil, pues datos sobre nosotros están disponibles en numerosas fuentes de Internet.

7. Ira contra las máquinas
En parte por el número 6, resentimos a la tecnología y tenemos algo de miedo por estarnos alejando de nuestra humanidad.

8. Tradiciones “remezcladas”
En lugar de apegarse estrictamente a las formas más utilizadas, las personas están creando su propia vida con lo que les parece correcto.

9. Orgullosamente imperfecto
Se valora lo que tiene errores, lo hecho a mano, lo que no está perfectamente pulido.

10. Vida consciente
Las personas se esforzarán cada vez más por estar presentes y adentrarse en sí mismas, para recuperar la humanidad de la que la tecnología las aleja.

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