Enero… el desrockeadero

Dicen que el 3 de febrero de 1959 fue “el día que la música murió”, ya que ocurrió un accidente que se convirtió en una pesadilla para muchos: tres de los compositores más importantes del ritmo que a todos tenía bailando –claro, el Rock & Roll– fallecieron en un accidente de avión.

Se trataba de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper.

Pero después de ellos emergieron nuevos ídolos, junto con otros ritmos y corrientes musicales, o bien algunos que refrescaron el sonido clásico de las tendencias ya establecidas. 

Luis Cardona Luis Cardona Publicado el
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Dicen que el 3 de febrero de 1959 fue “el día que la música murió”, ya que ocurrió un accidente que se convirtió en una pesadilla para muchos: tres de los compositores más importantes del ritmo que a todos tenía bailando –claro, el Rock & Roll– fallecieron en un accidente de avión.

Se trataba de Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper.

Pero después de ellos emergieron nuevos ídolos, junto con otros ritmos y corrientes musicales, o bien algunos que refrescaron el sonido clásico de las tendencias ya establecidas. 

Y justo en enero de 2016, algunos de ellos dejaron sus voces e instrumentos (o se los llevaron quizá) a lo que sea que nos espera “en el más allá”.

Todo empezó con lo que parecería una broma del Día de los Inocentes, pero en realidad fue una mala jugada de la vida (¿o la muerte?).

El 28 de diciembre de 2015 Internet  demostraba su sufrimiento por la pérdida de una de las voces más características del rock: Lemmy Kilmister.

Kilmister influyó en muchos músicos y bandas, desde Lars Ulrich de Metallica hasta Dave Grohl de Foo Fighters. El que fuera integrante de la banda Motörhead disfrutó –y aguantó– litros de whisky, groupies, giras por todo el mundo y fiestas.

Y su muerte fue la primera de otras no anunciadas pero sí sentidas que conectaron emocionalmente al público, inclusive con personas que no se conocen entre sí. Esto gracias a las reacciones en redes sociales.

Al iniciar el 2016, el primer día de enero llegó otro deceso y con ello otro duelo para los amantes de la música. Natalie Cole murió a los 65 años.

Hija de Nat “King” Cole, quien se acercó al público latino a finales de la década de los 50 con canciones en español, estuvo influenciada por su padre y su gusto por la música latina.

A diferencia de otros casos, la noticia de Cole no causó tanto furor en Internet.

Pero su trayectoria es referencia para otras figuras musicales, como el caso de Roberto Roldán, quien la calificó como “una institución”.

En gran medida por tratarse de la hija de un artista consolidado. Para Roldán, Natalie “siguió los pasos de su papá y aún así tenía un estilo propio”.

La catalogó como una de las pioneras del R&B y temas como “Unforgettable”, “This will be” o “When I fall in love”, le traen buenos recuerdos porque aprendió a valorar diversos géneros aunque se considera metal head.

El 10 de enero el mundo se conmocionó y se paralizó porque David Bowie ya no podrá satisfacer a sus fans.

Bowie falleció a causa de cáncer, pero su legado lo inmortalizó de manera que ya hasta hay una constelación en su honor.

Bowie: la pérdida más dolorosa

Lejos de los lamentos en las redes sociales, muchas personas encontraron en Bowie un soporte/influencia/valor para cambiar sus vidas, como el caso de Emilia, quien es una mujer trans y gracias al cantante británico,  se cuestionó “si la masculinidad era obligatoria”.

Detalló que en ese momento de confusión precisamente escuchaba “Ziggy Stardust” constantemente, pero fue “Five Years”  de donde tomó la fuerza para la transición.

Sobre la muerte comenta que le “dolió pero sabía que era inevitable”. 

Emilia dijo que lo que más le llamaba la atención de Bowie era que a sus 69 años y después de discos icónicos, su influencia llegaba a músicos de todos los géneros, inclusive a artistas de otras disciplinas. 

“Justo antes de morir lanzó su primer #1 en los Estados Unidos (el disco ‘Blackstar’)”, agregó.

“Blackstar”, si bien describió como raro, “fue apropiado al resto de su carrera, como un testamento”, comentó Emilia.

Una semana después Dale Griffin, baterista de Mott The Hoople (banda que saltó a la fama con una composición de David Bowie, “All the young dudes”), se olvidó cómo agarrar las baquetas gracias al Alzheimer, síndrome contra el cual perdió la guerra.

Las pérdidas para la música no se detuvieron, al día siguiente el guitarrista de Eagles, Glenn Frey, murió a consecuencia de una mezcla de síntomas de neumonía, colitis ulcerosa y artritis reumatoide.

Frey compuso “Take it easy”, uno de los más grandes éxitos de la banda (más allá de “Hotel California”). Aunque no entra en el gusto popular, Eduardo Fuyivara lo calificó como un genio que ha influido mucho en él y sus composiciones lo acompañan cuando se le prende la nostalgia.

“Digo, eres un genio si tu padre es un borracho y prefieres hablar del amor y las morritas en vez de traumarte con tu pasado. Buenas canciones para superar tu pasado (…)”, profundizó.

Aunque fueron menos influyentes y no acapararon la atención mediática, Jimmy Bain, bajista de Rainbow y Dio, murió a los 68 años. La misma suerte corrió Black, Colin Vearncombe.

Faltan pocos días para el 3 de febrero y muchos se preguntan: ¿Ahora quién sigue?

Escúchalos

Te recomendamos la siguiente playlist con lo mejor de esta “banda” de artistas fallecidos:

1 “Ace of Spades” de Motörhead
2 “Heroes” de David Bowie
3 “Te vas a acordar de mí” de Tex Tex
4 “We rock” de Dio
5 “Hotel California” de Eagles
6 “Space Oddity” de David Bowie
7 “Wonderful Life” de Black
8 “Holy Diver” de Dio
9 “Me dijiste” de Tex Tex
10 “Take it easy” de Eagles
11 “Overkill” de Motörhead
12 “Sweetest  Smile” de Black

 

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