La nueva adaptación cinematográfica de Pedro Páramo producida por Netflix, el icónico clásico de la literatura mexicana escrito por Juan Rulfo, ha generado una gran expectativa entre los fanáticos y críticos. Esta tercera versión audiovisual de la obra, bajo la dirección del guionista Mateo Gil, ha destacado principalmente por los impresionantes paisajes en los que fue rodada.
La elección del lugar para recrear Comala, el pueblo ficticio en la novela, no fue accidental. El equipo de producción se trasladó al estado de San Luis Potosí, en México, un escenario que ofrece una mezcla perfecta de paisajes desérticos, antiguas haciendas y arquitectura colonial.
Estos elementos no solo aportan autenticidad visual, sino que también logran capturar la atmósfera nostálgica y sombría que caracteriza la obra de Rulfo, sumergiendo al espectador en el misticismo y la melancolía del relato. La región potosina, con su historia y paisajes intactos, se convierte así en el escenario ideal para dar vida a la emblemática historia de Pedro Páramo.
Haciendas emblemáticas de la serie
Entre los escenarios más destacados de la filmación se encuentran las históricas haciendas de Bledos y Carranco, dos locaciones que lograron reflejar la atmósfera decadente y fantasmal del pueblo de Comala, tal como lo describe Juan Rulfo en su novela.
La historia de la Hacienda de Bledos también tiene raíces profundas en el tiempo. Se sabe que en 1596, Francisco Cárdenas, uno de los primeros pobladores de la zona, recibió una merced que le otorgaba tierras y derechos sobre un sitio de ganado, lo que marca el origen de la hacienda en la región. se convirtió en uno de los pilares centrales de la producción.
Por su parte, la Hacienda de Carranco, aunque no tan prominente como Bledos, también fue utilizada en la filmación para dar vida al escenario de la historia. Esta hacienda, situada dentro del mismo municipio de Villa de Reyes, complementa perfectamente la atmósfera árida y desolada que predomina en la novela de Rulfo.
El municipio de Villa de Reyes es conocido por albergar un total de ocho ex haciendas, entre las que destacan Laguna de San Vicente, Jesús María, Pardo, Gogorrón, Calderón, La Ventilla y, por supuesto, Carranco.
Sin embargo, la Hacienda de Bledos sobresale por su vasto territorio, que incluye campos de cultivo, arroyos permanentes y un manantial conocido como “La Ciénega de los Bledos”, que ha sido fundamental para la subsistencia de la zona y la vida rural de sus habitantes.
Este manantial, que da vida a los paisajes circundantes, se convierte en un elemento clave para situar la historia en un lugar tan místico como aislado, evocando precisamente el Comala que Rulfo describió en su obra literaria.
