Morganna Love es una mujer empoderada a todas luces que con su canto logra erizar la piel de los presentes y cimbrar todo a su alrededor, porque así demuestra que nada la detiene ante su máximo deseo artístico.
Aunque ya pasaron más de cinco años de su documental Made in Bangkok (2015), en el que se describe cómo inició una nueva vida a través de la reasignación de sexo, dicha historia es algo que a Love le apasiona compartir, porque observa que cada vez hay más apertura en México, desde que ella comenzó este camino años atrás.
“He visto que vamos avanzando, lentamente, es una realidad también, pero sí hay avance, hace 20 años no se hablaba de estos temas como lo vemos ahora, ni siquiera se tocaba el tema de las infancias trans, se decía que no existían, que los estábamos influenciando y yo fui una niña trans, a mí no me pueden venir a contar que no”, comenta Love, en entrevista con Reporte Índigo.
Sin embargo, la también actriz admite que hay bastantes pendientes en México, tanto sociales como políticos, para lograr una mejor comunicación para todas las personas LGBT+, y que se puedan velar sus derechos, sin que haya una discriminación o tabú al respecto.
“Hay muchos pendientes, desafortunadamente, creo que el problema de raíz, que falta mucho para que se ataque, es la educación. Veo muy lejano que se implementen políticas públicas en las escuelas, por ejemplo. Lo veo muy lejano, porque hay muchísimo conservadurismo todavía en la sociedad mexicana e instituciones que se siguen metiendo en la vida de la demás gente”, platica la cantante.
Love argumenta que debería hacerse un frente común educativo, tanto por parte del gobierno, como en casa, para respetar a esta comunidad que cada vez comienza desde edades más tempranas.
“Falta mucho tiempo y hay pendientes indispensables como la salud pública, la identidad de género y el matrimonio igualitario en todo el país; son temas que se siguen tratando y que todo mundo sigue hablando de ello, pero en realidad no hay acciones contundentes, estamos hablan-do de legislar y todo esto, pero el cambio en la sociedad va a tardar muchísimo”, considera Love.
La artista, recientemente, se presentó en el Bajío International Film Festival, donde ofreció un concierto al aire libre en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, previo a la proyección de Volver, de Pedro Almodóvar, que este año cumplió 15 de su estreno.
Una sociedad violenta por su frustración
Morganna Love opina que el problema de la discriminación comienza desde que la sociedad no acepta que haya personas gays, trans, bisexuales, lesbianas o con cualquier otra preferencia u orientación sexual, lo que causa un grave malestar. Ella afirma que no debería haber limitantes.
“Es normal y bueno ser trans, gay, hetero, o como cada quien sea, es buena la diversidad, no podemos ser iguales, y no es justo, no te da plenitud como ser humano pretender ser como los demás, te corta mucho, te mete en un bloque, y te hace crecer a medias. Triste, mediocre, vamos, un ser humano que está reprimido nunca va a ser pleno, feliz”, argumenta la cantante.
Además aboga porque, al tener un enorme estrato poblacional que está a disgusto consigo mismo, se fomenta el que haya violencia en el nicho familiar, de ahí que los problemas que se derivan en México en muchas otras vulnerabilidades, como los feminicidios, el acoso, y más terribles situaciones de agresión sexual.
“Tenemos una sociedad frustrada sexualmente y una sociedad frustrada es violenta, por eso México es tan violento, porque la gente está muy frustrada (…) El problema con las personas en el país es que quieren entender todo y no se trata de entender nada, lo único que tienen que hacer es respetar”, insiste.
¿Quién es Uriel?
Morganna ha dejado su pasado atrás, incluso, toma con gracia los errores que pueden haberse publicado en torno a su vida como hombre, por ejemplo, el hecho de que algunas personas crean que su nombre era Uriel, cuando en realidad se llamaba Saúl; por ello, cuando se le pregunta, desde la ignorancia, si hay algo de “hombre” en su nueva vida, ella se ríe de este incidente.
“¿Quién es Uriel? No me llamaba Uriel, en un reportaje que me hicieron me pusieron que me llamaba así, pero no, mi nombre era Saúl, y a muchas mujeres trans le es súper incómodo que les pregunten eso, para mí no, porque estoy muy en paz conmigo misma y con Saulito, que la pasó muy mal, aprendió y me hizo ser esta mujer poderosa que soy hoy”, describe entre risas.
¿Acaso hay algo de Saúl en ella? Love se detiene un momento, piensa y suspira un instante y responde que cree que realmente en el fondo nunca se sintió como ese hombre designado y nombrado por sus padres, pese a que habitó su cuerpo hasta los 28 años, cuando ella al fin pudo florecer como mujer.
“¿Hay algo de Saúl en mi? La resiliencia de mi papá y la sonrisa de mi mamá, viven en mí, sí”, dice alegremente al término de la plática.