Los reporteros y fotógrafos se dedican a capturar historias, a darles forma y cara a esos momentos que sin la lente o el artículo, no podríamos llegar a conocer.
Giles Duley es un narrador de historias. Comenzó como fotógrafo de moda y glamour. Un hombre que sabe el momento preciso de accionar el disparador de la cámara, clave tanto en las pasarelas y revistas, como en exteriores.
Cuando los vestidos vaporosos no proporcionaron el movimiento necesario y el contoneo del caminar en una pasarela no desprendían un sentido, Duley salió del barrio de SoHo y emprendió un camino en búsqueda de historias cargadas de sentido y cuyas voces no son escuchadas por las guerras y conflictos económicos alrededor del mundo.
Algunos de los lugares que visitó fueron Sudán, Ucrania, Angola y Bangladesh.
Su decisión de abandonar las banalidades del show business y la moda, casi le cuesta la vida: estando en un campo minado en Afganistán, sufrió un accidente que le amputó las dos piernas y un brazo.
“Es un milagro viviente”, según Kate Kellaway en The Guardian, “la mayoría de los soldados con heridas parecidas no sobrevive”.
Su plática en TED, “When a reporter becomes the story” (o “Cuando un reportero se vuelve la historia”) está dotada de pragmatismo e inspiración. Un hombre que sin titubeos invita a reflexionar, con el propio ejemplo, sin caer la victimización. Giles pone muy en claro que hay miles de personas en el mundo que carecen de “spotlight” y atención, sufrimiento que no tiene voz y ayuda que no llega.
Duley tiene un don para tomar fotografías, su misión de contar historias a través de esta arte es realista y tangible.
Nada detiene a un artista como Giles Duley, su espíritu de lucha y ayuda es admirable y alentador. Tiene un fondo de apoyo y su página de Internet contiene galerías de imágenes de todos los lugares a los que ha acudido para capturar momentos, vidas e historias.
Es importante mencionar que las galerías en su página Web son gráficas y muy crudas.
Un golpe de realidad muy fuerte para la apatía hacia el prójimo y los problemas que no son propios.
Es inevitable soltar lágrimas al ver su plática en TED, a la vez, es una oportunidad de oro que no debes dejar pasar, para levantarte todos los días, agradecer la salud y valorar lo que la vida te ha regalado.
Su trabajo es exquisito y sus fotografías definen tanto al reportero que cuenta la guerra, como a la guerra que vivió el reportero.