En busca del primer ladrido

Se decía que pertenecían a la evolución del lobo, pero estudios demuestran que el origen genético de los canes aún es un misterio sin resolver.

Una nueva investigación al respecto nos ha confundido más. Según Greger Larson, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham en Inglaterra, el ADN de los perros está tan mezclado que resulta casi imposible establecer cuándo y dónde se originaron. 

María Alesandra Pámanes María Alesandra Pámanes Publicado el
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Se decía que pertenecían a la evolución del lobo, pero estudios demuestran que el origen genético de los canes aún es un misterio sin resolver.

Una nueva investigación al respecto nos ha confundido más. Según Greger Larson, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham en Inglaterra, el ADN de los perros está tan mezclado que resulta casi imposible establecer cuándo y dónde se originaron. 

“Con la cantidad de ADN con el que hemos hecho secuencia, tenemos la suerte de regresar cien años, como máximo”, dice Larson, quien es el primero de los veinte autores que participan en el estudio publicado, el lunes 28 de mayo de este año, en The Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

La respuesta a las preguntas que se hace la ciencia sobre el origen de estos animales, solo se podrá obtener con la investigación del ADN de perros fósiles, investigación que ya está en curso. 

“Las razas que se consideraban antiguas no comparten un linaje directo con los primeros perros domesticados”, dice Larson a SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas). 

Por si fuera poco, el estudio demuestra que el genoma del  “mejor amigo del hombre” no data de ancestros: los lobos y los perros “modernos” han estado aislados geográficamente hablando.  

Por su parte, Carles Vilà, investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD) en España –que también participa en el estudio–, señala que “es común preguntarse qué razas son las ancestrales, padres de todas las demás y especialmente cercanas al lobo, este estudio muestra que no se puede hablar de razas ancestrales”.

Es decir, el perro se domesticó hace alrededor de unos 15 mil años en regiones de China y Europa. Las razas que conocemos hoy, llegaron a Europa en el siglo 19.

Cuando se comparó la información genética con los hallazgos arqueológicos, expertos concluyeron que algunas de las razas antiguas como Akita, Galgo, Husky Siberiano, Chow Chow y Shar-pei, ninguna procede de las regiones de donde se obtuvieron restos o fósiles de perro. Algunas de las regiones de donde sí se obtuvieron restos están en África y Australia, lugares en donde no había lobos. 

Entonces, ¿de dónde vienen realmente los perros?

Vilà también afirmó que “todos los perros han experimentado una cantidad tan grande de cruces que ya no somos capaces de encontrar el camino de vuelta hacia sus orígenes y, probablemente, su comportamiento y su aspecto actual resultarían extraños para los antepasados humanos que vivieron hace sólo unos pocos siglos”.

Conforme evoluciona la tecnología que hace posible la visualización de las secuencias de ADN y su comparación, se podrá revelar lo que todavía no han podido esclarecer los estudios del origen de la domesticación del perro.

Larson cree que “el estudio genético de perros modernos no es suficiente para investigar el origen de las razas”.

Por lo que la incógnita sigue, pero la ciencia y el trabajo por resolverla, también.

¿De dónde vienen los perros?
El estudio completo en PNAS

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