En 119 años, solo 24 científicas recibieron un Premio Nobel; así la brecha entre hombres y mujeres de ciencia

Si te preguntamos qué es lo primero que viene a tu mente al escuchar la palabra “ciencia” quizás pienses en una bata, tubos de ensayo y nombres como Isaac Newton o Albert Einstein, en resumen, en científicos hombres, pero, ¿qué hay de las mujeres?

A pesar de que a lo largo de la historia han existido científicas que revolucionaron al mundo con sus descubrimientos, son pocas las mujeres que se han aventurado en la ciencia y es menor aún la cantidad de ellas que son reconocidas y recordadas.

Para que te des una idea de lo que estamos hablando, hasta ahora solo 24 mujeres han recibido el Premio Nobel en categorías relacionadas con las ciencias básicas desde 1903, cuando se entregó la primera condecoración a una mujer: Marie Curie, por sus avances en el mundo de la física.

Y aunque actualmente hay una mayor apertura para que más niñas y mujeres entren al campo de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), siguen existiendo más hombres en esta área.

Tan solo en 2022, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que el 33 por ciento de los investigadores en todo el mundo son mujeres y la situación empeora en los campos de vanguardia como la inteligencia artificial.

Lo anterior, debido a que solo una de cada cinco profesionales es mujer, es decir representan solo el 22 por ciento; mientras que en el campo tecnológico las ingenieras son el 28 por ciento; pero, ¿por qué hay menos mujeres en las STEM?

Todo está relacionado con los prejuicios y los estereotipos de género que siguen vigentes hasta nuestros días, ya que estos han impedido que las mujeres participen en la generación de conocimiento científico. Te explicamos por qué.

¿Por qué hay menos mujeres científicas?

El Institute for the Future of Education explica que “factores como la violencia de género, el matrimonio infantil (…) y la brecha salarial impactan directamente en la trayectoria formativa y profesional de niñas y mujeres”.

Lo anterior, debido a que ellas no tienen las mismas oportunidades que los hombres. Además, a lo anterior, también se unen los estereotipos de género que hacen creer a las niñas que la ciencia no es algo en lo que las chicas deben participar.

“Aún persiste la justificación de que el género masculino se vuelque hacia las áreas STEM, mientras que las mujeres se inclinen naturalmente por aquellas disciplinas científicas que hoy están feminizadas como la enfermería”, explica Lucía Ciccia Ciccia, especialista en Estudios de Género.

Del mismo modo, se sigue alimentando la idea de que las mujeres deben ser madres para realizarse “y eso quizá, sea incompatible con el crecimiento académico y profesional”, señala la académica.

A todo ello se suman los roles que se imponen a las mujeres tal como la dedicación a las tareas del hogar y el cuidado de la familia, lo cual se visibilizó aún más durante la pandemia por COVID-19.

Pues durante este periodo las madres debieron reducir su tiempo de trabajo para cuidar sus casas, hijos y enseñanza en línea.

Además, análisis dados a conocer en un estudio por la revista Nature, señalan que las mujeres publicaron menos manuscritos e iniciaron menos proyectos de investigación que sus colegas hombres durante la pandemia.

En palabras de Aliesha González, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM: “Históricamente nos han dado otros roles que nos han quitado la oportunidad de poder elegir a la ciencia como una forma de vida o como profesión”.

El primer paso: Alimentar la curiosidad de las niñas en la ciencia

Aunado a los estereotipos de género, otro de los motivos que podrían estar influyendo para que las niñas se alejen de la ciencia y opten por estudiar otro tipo de carreras es la falta de científicas que puedan ser un referente para las menores.

De esta forma, la astrónoma Gloria Delgado Inglada, del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México señala que es muy importante comenzar a inspirar a las niñas y hacerles ver que las ciencias son también para mujeres.

“No desmoralizarlas, no hacerles creer que no sirven para las carreras científicas o que éstas solo atañen a los hombres; provocar que les interese y no quitarles ese gusto”, comentó la científica para la Gaceta UNAM.

Libros para inspirar a niñas

Una de las maneras de inspirar a las niñas a estudiar ciencia e interesarse en este mundo, es mediante las historias de vida de diferentes científicas importantes, con las cuales puedan saber que hay mujeres talentosas que hicieron increíbles descubrimientos y que ellas también pueden dedicarse a esta profesión.

Para este fin, hay libros infantiles pensados para niñas, en los cuales se cuentan las historias de vida de científicas; los inventos realizados por mujeres o historias de ficción de niñas pequeñas que están interesadas en la ciencia. A continuación, te recomendamos tres de ellos:

Inventoras y sus inventos

Este libro escrito por Aitziber Lopez y Luciano Lozano se centra en contar algunos de los inventos que fueron ideados por mujeres, a través de los cuales inspiran a las pequeñas a seguir sus sueños.

Pues tan solo la sinopsis señala: “inventos hechos por chicas que, como tú, querían mejorar el mundo. Ya sabemos mucho sobre lo que hicieron ‘ellos’ y ahora toca hablar de ‘nosotras’”.

Pequeña y grande: Marie Curie

Escrito por Isabel Sánchez Vegara y Frau Isa, este libro está dirigido a niñas de entre 6 y 9 años. En él se cuenta la historia de esta gran científica, quien además fue la primera persona en recibir dos premios Nobel.

Mira: soy científica

No hay mejor manera de adentrarse en la ciencia que mediante divertidos experimentos que permitan entender algunos principios básicos y conseguir explicaciones a preguntas que todos nos hemos hecho como: ¿de qué están hechas las nubes?

Así, este libro explica que las niñas realizarán “actividades y divertidos experimentos científicos en los que intervienen los cinco sentidos”.

Olga y la extraña criatura sin nombre

Este libro cuenta la historia de Olga, una pequeña que quiere ser una gran zoóloga y científica. Ella está tan decidida que incluso tiene un superlaboratorio en su cuarto. Así, un día descubre una extraña criatura llamada “Meh”.

Es así que, a través de una divertida historia, el libro refuerza la importancia de la ciencia, el amor por los animales, la curiosidad y la diversión que hay tras la investigación, de acuerdo con el portal Sapos y Princesas.