“No me puedo ir”, “No tengo a quién dejar encargado”, “Si me voy, no estaré tranquilo”, son las típicas excusas de los llamados “mártires” del trabajo, quienes prefieren dejar de tomar sus días de descanso antes que evitarse delegar sus responsabilidades o desprenderse de su empleo.
Sí, los hay y no se trata de personas obsesivas, sino de “trabajadores que temen que al estar lejos les haga parecer reemplazables o incluso podrían hacerles menos propensos a recibir un aumento”, comenta Nathan Lump, director editorial de estilo de vida en Time Inc.
Sin embargo, como dice Lump, para los gerentes también es importante ver que las personas que les responden a ellos también se toman sus días libres y aprenden a balancear la vida personal y la profesional. “Y los que no se toman vacaciones no tienen más probabilidades de tener un aumento por el simple hecho de trabajar ‘de más’”.
Una encuesta elaborada por Project:Time Off reveló que el 38 por ciento de las personas de clase media desea ser visto como “mártir” del trabajo. Sin embargo, tienen entre 79 y 84 por ciento menos probabilidad de tener un aumento o un bono extra, en comparación con sus colegas.
Así que el sacrificio resulta ser completamente en vano o hasta contraproducente y hasta estresante, pues Project: Time Off también indicó que esas personas son más ansiosas y se preocupan más que sus compañeros de trabajo.
Expertos recomiendan que la persona se tome los días libres y que descanse, pues es la mejor manera de ser más productivo y, en consecuencia, de ser mejor remunerado.
Depresión post-vacaciones
Una vez que la persona se tomó algunos días de descanso (haya viajado o no), el regreso suena muy poco atractivo e inclusive pueden aumentar sus niveles de estrés debido a que siente que dejará los días de relajación por llegar a pagar cuentas y para cumplir con los pendientes que dejó antes de irse de vacaciones.
A esto se le conoce como depresión post-vacaciones y algunos expertos recomiendan que cuando se termine el periodo de descanso y diversión, es mejor llevársela “tranquilo”.
Jaime Kurtz, profesor de psicología y autor de “The Happy Traveler: Unpacking the Secrets to Better Vacations”, señala que la transición de vuelta al trabajo no tiene que ser del todo estresante y para ello se pueden hacer cosas tan simples como dejar un correo con autorespuesta y regresar un día antes de lo planeado.
Y aconseja no querer hacer todos los cambios en un solo día. “Al volver de las vacaciones, no pretendas ir a hacer ejercicio a las 6 de la mañana el mero lunes de vuelta, no hagas todas las citas el mismo día y tampoco quieras cubrir todos tus pendientes en una tarde”.
Solo harás que el cerebro se sature y se disparen los altos niveles de estrés y ansiedad, echando por la borda todo lo obtenido tras los días de descanso.