Elon Musk tiene un nuevo juguete: el cerebro humano. Sí, el visionario trae a la realidad la ficción de la trilogía “The Matrix” con su más reciente creación: la compañía Neuralink, con la que busca conectar el cerebro humano a un ordenador, según revela The Wall Street Journal.
Y esto no es del todo una locura. En septiembre de 2015, científicos de la Universidad de Harvard, dirigidos por Mark Hyman y Charles Lieber, anunciaron con bombo y platillo que encontraron la manera de conectar el cerebro mediante electrodos nanométricos inyectables. Antes de ese año, dicha técnica ya había sido probada con éxito en ratones de laboratorio.
Mientras que un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience, asegura que han descubierto el principio de lo que podría ser una nueva forma de aprendizaje, la cual usaría la estimulación cerebral mediante corriente eléctrica continua (tDCS, por sus siglas en inglés) para “transferir” datos e información de un cerebro a un ordenador.
Con todo esto, Neuralink, la nueva aventura de Elon Musk no parece sonar tan descabellada. Y es que el fundador de cinco compañías, entre ellas Tesla, SpaceX y PayPal, pretende desarrollar sistemas cognitivos para permitir que los cerebros humanos se puedan conectar, fusionar e interactuar con los ordenadores porque, como a muchos otros, le preocupa que la Inteligencia Artificial (AI, por sus siglas en inglés) deje atrás al ser humano en términos intelectuales en un futuro muy, muy próximo. Tan sólo cinco años.
Incluso indicó que “la AI será peligrosa en cinco años. La renta básica universal será necesaria cuando los robots nos quiten el trabajo y los humanos vamos a tener que fusionarnos con las máquinas para no acabar siendo irrelevantes”.
Por lo que el también llamado “genio del milenio” cree que la solución es añadir una capa de inteligencia artificial a nuestra propia inteligencia. Según revela The Wall Street Journal ya puso manos a la obra pues la nueva startup, Neuralink, tiene su sede en California, Estados Unidos, y podría ser liderada por el propio Musk.
Para curar enfermedades
El objetivo de Elon Musk no es sólo conectar nuestro cerebro a una máquina, sino la búsqueda constante de encontrar medidas para combatir enfermedades a través del desarrollo de implantes cerebrales. Eventualmente, Neuralink se encargará de las investigaciones para conectar a los seres humanos a un ordenador.
El empresario es hoy en día patrocinador de Open A.I., una compañía sin fines de lucro que se dedica a investigar el fenómeno de la Inteligencia Artificial.
A pesar de los avances en neurociencia, algunos científicos y futuristas tienen sus reservas y advierten que “No se deben hacer aseveraciones generalizadas sobre las interfaces neurales. Aún falta mucho camino que recorrer antes de dejar nuestra mente en “manos” de las computadoras”, detalla AP.
Conectar un cerebro directamente a los sistemas electrónicos no es algo nuevo en sí. Los médicos implantan electrodos en cerebros para generar estímulos como tratamiento para padecimientos como el mal de Parkinson, la epilepsia y dolores crónicos. En experimentos, sensores implantados han permitido que personas paralizadas usen señales cerebrales para operar las computadoras y mover hasta los brazos robóticos. El año pasado, los científicos reportaron que un hombre recuperó algunos de los movimientos en su mano gracias a un implante cerebral.
La propuesta de Musk va más allá. Aunque no se ha creado nada aún, la compañía quiere mejorar tratamientos médicos existentes, además de trabajar un día en cirugías que pudieran aumentar la capacidad cognitiva del ser humano, afirma el artículo del WSJ.
No es el único
Neuralink no es la única compañía que trabaja en inteligencia artificial para el cerebro. El empresario Bryan Johnson, que vendió su compañía de pagos electrónicos Braintree a PayPal por 800 millones de dólares, fundó el año pasado Kernel, una empresa que trabaja en “interfaces neurales avanzadas” para tratar enfermedades y extender la capacidad cognitiva.
Varios neurólogos dicen que la tecnología en la que trabajan Neuralink y Kernel pudiera dar resultados, pero añaden que es muy probable que tome mucho más que los cinco años pronosticados por Musk. Las operaciones cerebrales siguen siendo riesgosas, los implantes cerebrales pueden moverse, lo que limita su vida útil y los pacientes con implantes enfrentan un trabajoso proceso para aprender a usarlos.