Al mirar a la escritora Elena Poniatowska se puede observar un brillo y curiosidad en sus ojos, siempre atentos a lo que la rodea, esto, asegura, es su mayor tesoro. Su mirada fresca, siempre inquieta por querer saber más, de compartir con las nuevas generaciones sus vivencias, como “Poni” ninguna. Y aunque su andar es más lento, su humor y recuerdos están tan frescos como aquella adolescente de 20 años que se inició en el periodismo en 1953.
La autora de La noche de Tlatelolco cumplió el 19 de mayo 91 años, edad que ahora, reflexiona, ha sido como el cierre de un collar, o el cierre de una vida muy fructífera, muy feliz, en la que ha sido objeto de grandes generosidades, de apoyos y gran cariño.
Elena Poniatowska es simplemente una chingona
The 🐐 pic.twitter.com/zFoNmFQx8X— El Vega juas (@Victorurie2004) August 16, 2023
“Agradezco a mis compañeros periodistas y a las mujeres que no tuvieron mi suerte, que no llegaron a tener los años que yo tengo frente a ustedes. Recuerdo a Rosa Castro, a Bambi, Cecilia Treviño, recuerdo a Elvira Barlas, la primera mujer editorialista, a Socorro Díaz a Sara Moirón, que era mal hablada, porque antes no se permitía que las mujeres estuvieran en las páginas de política, todas íbamos a dar a las secciones sociales”, detalló Poniatowska en un encuentro con periodistas tras darse a conocer el lunes pasado que era acreedora al Premio Internacional Carlos Fuentes a la creación literaria en idioma español 2023.
De esta manera, la escritora se convierte en la cuarta mujer en recibir esta condecoración, después de la escritora Margo Glantz (2022), la autora chilena Diamela Eltit (2020) y la narradora argentina Luisa Valenzuela (2019).
En el evento realizado en la Fundación Poniatowska, la autora, además de mostrarse honrada por recibir este reconocimiento, agradeció a sus hijos Guillermo Haro, con quien dijo, tuvo el privilegio de compartir la vida con un gran astrónomo que impulsó a muchísimos jóvenes científicos a competir con los científicos norteamericanos.
Pero también hizo hincapié en todas las mujeres que, tanto en la literatura como en las artes han luchado por estar en los lugares que les corresponden. Así nombró a Laura Esquivel, Rosario Castellanos, Guadalupe Dueña y Ángeles Mastretta.
Muchas felicidades a la autora #ElenaPoniatowska por recibir el premio internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria. 💙📚
El jurado señaló: “sus textos han narrado, mediante testimonios y ficción, momentos capitales de la historia reciente de México”. #CreemosEnLosLibros pic.twitter.com/LKBWVzdqk0
— Planeta de Libros Colombia 🇨🇴 (@PlanetaLibrosCo) August 15, 2023
“Este premio se une a una larga lista de mujeres que han salido adelante por medio del trabajo diario, y no a través de su vanidad, ni de querer mostrarse, ni de exhibirse. Han aportado maneras de ser y de escribir. Las mujeres que han sabido dar risa y felicidad. Ahí están, pues todas las escultoras y las poetas”, recordó.
Un viaje a través de la memoria
Su memoria hizo que los asistentes a este encuentro pudieran viajar a sus inicios en los periódicos y suplementos culturales. Sus primeras entrevistas y encuentros fueron en la casa de artistas como María Félix, María Victoria, Silvia Pinal o Yolanda Yvvone Montes, conocida como Tongolele, de quienes, dijo, todas y todos fueron sus grandes maestros de vida.
Confiesa que, a pesar de que le “chivea” dar mensajes, porque se considera una persona llena de preguntas y de respuestas que le han dado los demás, aconseja a las nuevas generaciones a no dejar de sentirse curiosas, de cuestionar.
Elena Poniatowska, escritora francesa mexicana, gana el Premio Carlos Fuentes a la Creación Literaria. El año anterior recibió el galardón Miguel de Cervantes. “La noche de Tlatelolco”, crónica de la matanza militar en 1968 a cientos de estudiantes, es uno de sus libros icónicos. pic.twitter.com/uz7MzGyRGl
— Rubén Darío Buitrón (@RubnDaroBuitrn2) August 15, 2023
“No soy gente que pueda dictar o decir `hágale por acá`, porque, a lo mejor, mi manera de hacer preguntas o acercarme a la gente ahora ya no tiene sentido, ya no vas a la casa del entrevistado, no te sirven café, todo es con una rapidez; antes había esa lentitud, calma, sorpresa y generosidad, porque te daban el teléfono de Silvia Pinal, ahora ella ya no lo hace. ¿Ustedes han tenido esos privilegios?
“Tengo la escuela de oír a la gente, pensar siempre la información que he recibido; tengo la sensación de que las personas con quienes hablaba eran de quienes iba a aprender, que el regalo era de allá para acá”, contó.
Su relación con Carlos Fuentes
Poniatoska recuerda al autor de Aura cuando aún no era un escritor, dice que era famoso por organizar fiestas, donde no había mucha bebida, pero sí mucho baile.
“Al inicio ni era escritor, era hijo de embajadores de México en distintos países; cuando no estaban sus papás daba grandes fiestas. Él bailaba, al principio no muy bien, daba pisotones. Fu un hombre que todo lo quería saber, se subía a los taxis y se volvía el mejor amigo de los taxistas. Escribía todos los días con un solo dedo, porque se le deformó uno de la mano derecha”, compartió.