En el vasto y psicodélico mundo de las drogas hay de todo: están las legales y las ilegales, las que dan “el subidón” y las que dan “el bajón”, hay caras y baratas, pero además, las que son consumidas en todos los estratos sociales, y eso Keta lo sabe.
Keta es una chica con sobrepeso, de cabello rosado y que es maquillista, pero se encuentra desempleada; sin embargo, halla una fuente de empleo que sale de lo ordinario, distribuye estupefacientes a personas fuera de lo común.
Una pareja swinger, otra que es gay, una actriz de telenovela, un chavo de familia, y hasta una señora “de la high society”, son sus clientes regulares, por lo que Keta pedalea por toda la Ciudad de México para suministrar los fármacos, que van desde la mota, los poppers, las tachas, el éxtasis, la coca y más.
Con esta premisa es que se hizo la película El viaje de Keta, opera prima de Julio Bekhór y Fernando Sama, con un guión original de Beto Cohen y que comenzó su génesis hace siete años. Será el 31 de enero que llegará, al fin, a cartelera independiente, pero debido a su temática, ha sido relegada desde su inicio, incluso para aspirar a incentivos públicos como EFICINE, FIDECINE o FOPROCINE.
“Aplicamos tres veces con el proyecto y las tres veces fuimos rechazados, nunca entendimos porqué y al final decidimos hacerlo por nuestra cuenta (…) Sí siento cierta discriminación, y más ahora que la película ya está terminada, que ha estado en varios festivales del mundo, que ha sido aprobada por cineastas, pero la Cineteca Nacional no nos ha recibido”, comparte Julio Bekhór en entrevista.
Los directores y el guionista conversaron con Reporte Índigo de cómo perciben esta censura, que además llegó hasta la Cineteca Nacional, ya que el inmueble fílmico se ha negado a proyectar la cinta sin dar un pronunciamiento oficial.
“¿Es miedo a las drogas? ¿Es miedo al tema o a qué? (…) Sé que se habló con la dirección y la programación (de la Cineteca Nacional). Primero era con la programación que nos estuvieron bateando, y luego ya fue con el director, se habló con Alejandro Pelayo; Mónica Lozano, productora asociada, le presentó el proyecto”, argumenta Beto Cohen.
El viaje de Keta, que estará en circuitos independientes y en Cinemex, cuenta con los protagónicos de Mayte Vallejo -quien debuta con la cinta-, Leticia Huijara y Fabiola Campomanes, además de las actuaciones especiales de Patricia Reyes Spíndola, Angélica María, Gabriel Retes, Regina Orozco, entre otros.
Reporte Índigo buscó a la Cineteca Nacional para conocer su postura respecto a la falta de proyección de El viaje de Keta en sus salas, a lo que enviaron la siguiente postura oficial:
El comité de programación vio la película, no la considera buena ni mala. No formará parte de nuestra cartelera porque no cumple con el perfil de filmes exhibidos en Cineteca Nacional. Sin embargo, esperamos que encuentre las ventanas de exhibición adecuadas y tenga éxito
Sí a la legalización: el mensaje de Keta
En la historia, Patricia Reyes Spíndola interpreta a la directora de un colegio religioso, pero en la noche, la profesora deja los buenos modales para hacerse un churro de mariguana, de este rol, la actriz para nada se espanta, además de que cree que se debe despenalizar su uso.
“Creo que el cannabis lo deben permitir, sobre todo porque le hace muy bien a mucha gente que lo necesita, hemos visto padres desesperados porque sus hijos tienen ataques de epilepsia u otras enfermedades, les ayuda a la gente con cáncer que tiene muchos dolores”, mantiene Reyes Spíndola.
Regina Orozco concuerda en que al menos la mariguana debería legalizarse a nivel nacional, además de que así el crimen organizado pasaría a la legalidad al facturar toda su producción de hierba verde.
“Aunque sea la mariguana, yo de las otras drogas no tengo una historia porque no las conozco y les tengo cierto respeto, pero creo que habría un control de calidad y los narcos pagarían impuestos”, dice Orozco, quien actúa en una aparición especial y además hizo el tema original del filme.
Además, Reyes Spíndola precisa que para este proyecto ninguno de los talentos cobraron su participación a cuadro, haciendo de esta cinta una producción prácticamente como un colectivo.
Cohen explica que el costo de producción hubiera sido de siete millones de pesos, aunque la realidad es que se hizo con menos dinero.