El uso de los suplementos alimenticios

Los suplementos alimenticios, al igual que los medicamentos, no son inocuos y sin la prescripción adecuada las complicaciones para la salud pueden ser bastante graves, incluso, pueden llevar a la muerte.

El doctor Ángel Olvera, jefe de estrategia médica de Medix, explica los peligros de esta práctica común entre la población. “La autoprescripción es el uso indiscriminado de fármacos o suplementos sin el diagnóstico ni la recomendación de un profesional de la salud, por ejemplo, tomar cápsulas, pastillas o polvos sólo porque el encargado de la tienda o algún conocido nos dijo que ‘es bueno para’ o que ‘le sirvió para’”, asegura el médico.

Los suplementos deben ser utilizados como un complemento, mas no se debe sustituir por completo un grupo de alimentos o una comida. Idealmente, se debe tener una dieta balanceada donde, si por alguna situación algún nutrimento o vitamina nos hace falta, pueda ser obtenido a través de la suplementación.

Los especialistas encargados de orientar y supervisar una alimentación saludable son el personal de nutrición o médicos certificados, algunos cuentan con posgrados en nutrición deportiva, o tienen estudios especializados en manejo de padecimientos, por ejemplo, sobrepeso y obesidad.

“Siempre hay que acercarse a un especialista para la suplementación. Muchas veces en la autoprescripción se desconoce la confiabilidad de las sustancias que contienen los suplementos, pudiendo ser compuestos dañinos para la salud o en dosis inadecuadas. Puede ser que tomes un suplemento que sí es funcional y que cuenta con evidencia científica, registrado, con buena calidad, pero la dosis que te autoprescribes es insuficiente o excesiva. Definitivamente, la autoprescripción, aunque sea de un suplemento o producto considerado natural, nunca es buena idea”, argumento Olvera.

Un ejemplo de esto, son los suplementos que se ponen de moda, como algunos que, supuestamente, contienen toronja con la justificación de que “sirve para reducir grasa”.

Dichos productos, a veces, no cuentan con los registros sanitarios adecuados y se ha visto que muchos de ellos contienen sustancias que generan interacción farmacológica con las hormonas tiroideas, por ejemplo.

En algunas ocasiones, los preparados que se catalogan como suplementos alimenticios no lo son, pues simplemente contienen alimentos deshidratados en muy poca cantidad y el resto son excipientes y conservadores.

Por eso, es importante ser cuidadoso con los productos que se consumen, revisar qué laboratorio los hace, dónde y cómo se adquieren, si son farmacias o establecimientos confiables. Es importante tomar en cuenta que, tanto los medicamentos como los suplementos certificados cuentan con sellos de garantía y seguridad.

Como conclusión, para hacer una práctica responsable y saludable de suplementación, Olvera recomienda tener en cuenta que los medicamentos y suplementos no son pastillas milagrosas ni polvos mágicos.

Ninguno de ellos hace que de un día a otro se tengan cambios radicales ni funcionan solos, siempre deben acompañarse de un plan de alimentación saludable y con otras acciones que sumen al resultado que se busca lograr.