¿Cuándo fue la última vez que descargaste canciones en línea para quemar tu CD favorito y escucharlo en el auto? Seguramente ni siquiera lo puedes recordar.
Es más, posiblemente no faltó una lista de reproducción de Spotify en ese viaje de carretera que hiciste en estas vacaciones.
La industria discográfica –incluida las ventas de discos y la descarga de música digital– está por ser cosa del pasado gracias a los servicios de música en streaming –y sus aplicaciones para dispositivos móviles–, como Deezer, iTunes, YouTube y Spotify.
El año pasado, solo en Estados Unidos (EU) los ingresos por música en streaming rebasaron, por primera vez, las ventas de discos: 1.87 mil millones de dólares en comparación con 1.85 mil millones, según cifras de la Asociación de la Industria Discográfica de EU citadas por Newsweek.
De hecho, el servicio de música en streaming representa 27 por ciento de los ingresos de la industria de la música en dicho país. En 2013, esta cifra fue de 21 por ciento.
Según números de la industria discográfica estadounidense de 2014 publicados por la consultora líder del sector Nielsen Music, más de 164 mil millones de canciones se escucharon vía streaming a través de plataformas de audio y video, un aumento del 54 por ciento con respecto al año anterior.
Mientras que el año pasado, las descargas digitales disminuyeron 8.7 por ciento en ingresos, pasando de 2.82 mil millones de dólares en 2013 a 2.58 mil millones de dólares en 2014.
Y cada vez son más los que se apuntan a los servicios de música en streaming de paga, como Spotify Premium, que amasó un total de 7.7 millones de suscriptores en 2014, solo en EU.
A nivel global, la compañía sueca cuenta con 60 millones de usuarios activos y 15 millones de usuarios que pagan mensualmente por el servicio.
El año pasado Larry Miller, docente de la industria de la música en la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York, expresó a la revista Time que se esperaba que las ventas de las descargas de canciones completas de algún modo reemplazarían los ingresos perdidos por la rápida disminución de las ventas físicas de discos.
Pero “lo que no era tan ampliamente anticipado hace cinco o seis años era que las ventas de descargas de canciones completas comenzarían a declinar tan rápidamente como lo han hecho este año, especialmente dado lo emergentes los servicios de streaming todavía son”.