Actualmente llevamos un ritmo de vida que aumenta los niveles de estrés, alejándonos de la probabilidad de llegar a la longevidad.
El secreto para vivir por más tiempo podría estar en ser un poco más “flojos”, tomar una siesta o una copa de vino puro.
Prueba viviente de esto es el británico más longevo, Reg Dean, quien tiene 110 años y quien dice que su longevidad se la debe a que es flojo.
Y es que de acuerdo a Tom Hodgkinson de The Guardian, el tener una vida más “lenta” y/o ser más flojo que otros tiene cierto sentido con una vida más larga, “uno solo tiene que pensar en el ejemplo de la tortuga para la prueba de esta teoría en el mundo animal”, dice.
Una vida altamente activa va de la mano con una vida de estrés, ansiedad, depresión, por ejemplo. Es importante mencionar que México ocupó el séptimo lugar a nivel mundial en niveles de estrés laboral en 2011, según la investigación de IBR, (Grant Thornton International Business Report).
El estrés se ha vuelto una preocupación y una prioridad a nivel mundial. El 7 de abril de 2012, Día Mundial de la Salud, fue dedicado al “envejecimiento saludable” por la OMS (Organización Mundial de la Salud). De acuerdo a la OMS, el 25 por ciento de los pacientes que son examinados por un médico de cabecera presentan síntomas de ansiedad.
Factores como la crisis económica han contribuido con el padecimiento de estrés, un ejemplo es Grecia, lugar en donde la tasa de suicidios era baja antes de la recesión económica y su aumento fue tal que en 2011 se duplicó respecto a 2008 y se reportaron alrededor de 600 suicidios ese año.
A pesar de eso, en Icaria, una pequeña isla griega, los habitantes viven hasta 10 años más que el resto de Europa Occidental.
Y según uno de sus habitantes, Stamatis Moraitis –de 98 años– el secreto está en el vino que producen en ese lugar y la vida tranquila. Dicha bebida es pura, sin conservadores o preservadores.
Moraitis llegó para morir junto a sus antepasados en Icaria, pero 45 años después sigue vivo y saludable en pleno 2013. No solo es el vino, la clave también podría estar en una buena siesta.
Un estudio realizado en 2007, aplicado a 23 mil 681 griegos comprobó que los que tomaban siesta, vivían por más tiempo.
Una “power nap” reduce hasta en un 37 por ciento el riesgo a padecer mortalidad coronaria. Sabemos que debido a las necesidades de una persona es difícil llevar una vida “floja”, pero sí se puede ajustar el horario para poder tener una siesta.