No hay duda que este año podría ser el año de Leonardo DiCaprio. El precoz actor infantil que, gracias a su carisma, talento y soltura natural, logró sortear las difíciles etapas del crecimiento a la luz de los reflectores mundiales, para usarla en todo caso en el reforzamiento de su capacidad histriónica y el correspondiente aumento de su magnetismo en las pantallas.
Fácil de comentar, pero todo un triunfo si comparamos la vida de muchas otras estrellas infantiles que han quedado en el camino, víctimas del efecto nocivo que poder, dinero y fama pueden tener sobre las personas en las etapas iniciales y secundarias del desarrollo.
Hijo único de un artista de cómic underground y de una pintora que decidió darle el nombre del genio del Renacimiento cuando lo sintió patear su vientre mientras trabajaba en un cuadro de Leonardo da Vinci, el ahora actor rindió así homenaje involuntario a sus ancestros italianos por parte de su padre.
Sin embargo, no todo fue bondad y alegría para el pequeño, quien debió sufrir el divorcio de sus papás a la edad de un año, lo que le llevó a vivir junto a su madre en varios barrios de Los Ángeles donde, muy rápidamente, se infiltró en el mundo de los comerciales televisivos y la publicidad.
Su debut fílmico lo realizó en 1991 con la película de ciencia ficción y terror “Critters 3”, aunque fue su participación en la serie “Growing pains”, lo que lo popularizó entre el sector joven del público estadounidense.
Un año después, Leonardo DiCaprio estableció su sitio entre la comunidad hollywoodense al participar, junto a Robert De Niro y Ellen Barkin, en la cinta “This boy’s life”, para la que fue seleccionado por el propio De Niro entre 400 jóvenes actores que deseaban dicho protagónico.
Su meteórico ascenso continuó en 1993, cuando actuó en “¿A quién ama Gilbert Grape?”, como el hermano con retraso mental de Johnny Depp bajo la dirección de Lasse Hallström y por la que recibió no solo buenas o excelentes críticas, sino el premio del National Board of Review como Mejor Actor de Reparto, así como su primera nominación al Óscar y al Globo de Oro.
En 1995, pese a la fallida recepción de público que tuvo el western de Sam Raimi, “Rápida y mortal”; aunque en taquilla recaudó los nada despreciables 185 millones de dólares (mdd) tan solo en Estados Unidos.
Le siguió el protagónico de “Eclipse total”, un relato no biográfico de la relación homosexual entre los poetas “malditos” Arthur Rimbaud y Paul Verlaine. El primero de ellos destinado para River Phoenix, otro gran actor juvenil contemporáneo de DiCaprio.
“Leo” concluyó su etapa “previa al estrellato” en 1995, con la película biográfica acerca de Jim Carroll, “Diario de un rebelde”.
A partir de entonces llegaron los éxitos monumentales de taquilla, alternados por otras participaciones artísticamente meritorias, como son los casos de “Romeo + Julieta”, de Baz Luhrmann, que recaudó un total de 147 mdd en 1996; seguida por “La habitación de Marvin”, de Jerry Zaks, junto a Robert De Niro, Meryl Streep y Diane Keaton, por la cual ganó el Premio Chlotrudis.
Pero no sería hasta 1997 con “Titanic”, de James Cameron, que Leonardo DiCaprio se convirtió, junto a Kate Winslet, en el protagonista de la película más taquillera —solo superada en el 2010 por Avatar, del propio Cameron— de todo el mundo al recaudar más de 1,843 mdd y generar la llamada “Leo-Mania”.
Nominado por segunda vez al Globo de Oro, así como a la mayoría de los premios “importantes”, DiCaprio se mantuvo distante de la marejada mediática, aseverando incluso que “(…) no trataré de llegar a este estado de popularidad otra vez”, lo que cumplió con los papeles de menor rango seleccionados más delante: un cameo en la sátira de Woody Allen, “Celebrity” (1998). Y el doble papel del villano Luis XIV de Francia en la exitosa, comercialmente hablando, “El hombre de la máscara de hierro”, por cuya actuación dual recibió el mejor premio a lo peor del cine el año siguiente: el Premio Golden Raspberry.
En el 2000 protagonizó “La playa”, con Tilda Swinton y Virginie Ledoyen, convirtiendo un presupuesto de 50 mdd en un éxito financiero de 144 mdd, aunque sin demasiada conmoción de la crítica. Efecto similar ocurrido con “Atrápame si puedes”, de Steven Spielberg, junto a Tom Hanks y Christopher Walken, que aunque mediana en cuanto crítica, volvió a ser un éxito internacional de 3, 511 mdd en el mundo, pero lo más importante, por la cual obtuvo su tercera nominación al Globo de Oro en 2002.
También en ese año, DiCaprio protagonizó la película más cara de Martin Scorsese hasta ese momento, “Pandillas de Nueva York”, que costó 103 mdd, la cual se convirtió en un éxito financiero y crítico, aunque especialmente para Daniel Day-Lewis.
Dos años después, Scorsese y DiCaprio colaboraron nuevamente en “El aviador”, a instancias precisamente del actor (2004), quien impulsó y sostuvo el proyecto hasta convertirlo en un éxito financiero, por el cual además ganó el Globo de Oro a Mejor Actor y la nominación al Oscar por dicha categoría.
En 2006-2007, DiCaprio consiguió uno de sus más exitosos binomios cinematográficos: primero en la cinta de Edward Zwick junto a Jennifer Connelly y Djimon Hounsou, “Diamantes de sangre”, y luego en “Los infiltrados”, también dirigido por Scorsese en la que hasta la fecha es la colaboración más taquillera entre ambos. Fue nominado al Globo de Oro y al Oscar en la categoría de Mejor Actor por “Diamantes…”, y por “Los infiltrados” al Globo de Oro, entre otros premios y nominaciones.
En el 2008, DiCaprio protagonizó también al hilo “Red de mentiras”, de David Ignatius, dirigida por Ridley Scott, por la que recibió opiniones encontradas de la crítica en la que fue éxito moderado de recaudación (115 mdd); y en Inglaterra el drama “Revolutionary Road”, junto a Kate Winslet y dirigidos por Sam Mendes, el entonces marido de la actriz. Por esta actuación, DiCaprio obtuvo su séptima nominación a los Globos de Oro.
En el 2010, de nuevo con Scorsese, DiCaprio protagonizó el thriller psicológico “La isla siniestra”, junto a Ben Kingsley, Mark Ruffalo y Michelle Williams, haciendo 41 mdd tan solo en su primera semana de estreno, en la que representó la mejor apertura de DiCaprio y Scorsese hasta ese momento.
Sin embargo, los más de 21 mdd recaudados en su primer día de estreno por la cinta “Inception”, de Christopher Nolan, que llegaría a los 62.7 mdd en su primera semana, marcaron un nuevo hito comercial en la carrera del actor.
Hace tan solo dos años, DiCaprio protagonizó “J. Edgar”, de Clint Eastwood, una controvertida biografía sobre el primer director del FBI; seguida en el 2012 por la taquillera “Django desencadenado”, de Quentin Tarantino. Y en el 2013 la nueva versión casi musical de “El gran Gatsby”, otra vez bajo las órdenes de Baz Luhrmann, antes de cerrar esta reseña con su más reciente interpretación del fraudulento Jordan Belfort, en la película “El lobo de Wall Street”, su quinta colaboración con Martin Scorsese y por la que obtuvo el Globo de Oro a Mejor Actor de Comedia o Musical.
Y por la que es probable que reciba otra nominación a los Premios de la Academia, presea que nunca ha obtenido.
Globo de Oro
2014 GANADOR a Mejor Actor de Comedia o Musical/El lobo de Wall Street (2013)
2013 NOMINADO a Mejor Actor de Reparto/Django Desencadenado (2012)
2012 NOMINADO a Mejor Actor Drama/J. Edgar (2011)
2009 NOMINADO a Mejor Actor Drama/Revolutionary Road (2008)
2007 NOMINADO a Mejor Actor Drama/Diamantes de Sangre (2006)
2007 NOMINADO a Mejor Actor Drama/Los infiltrados (2006)
2005 GANADOR a Mejor Actor de Drama/El Aviador (2004)
2003 NOMINADO a Mejor Actor Drama/ Atrápame si puedes (2002)
1998 NOMINADO a Mejor Actor Drama/Titanic (1997)
1994 NOMINADO a Mejor Actor de Reparto/What’s Eating Gilbert Grape (1993)
Premio Oscar
2007 NOMINADO a Mejor Actor Principal/Diamantes de Sangre (Blood Diamond, 2006).
2005 NOMINADO a Mejor Actor Principal/El Aviador (The Aviator, 2004).
1994 NOMINADO a Mejor Actor de Reparto/¿A quién ama Gilbert Grape? (What’s Eating Gilbert Grape, 1993).