La historia del rock en México representa una lucha contra el silencio y la censura, así como de la rebeldía y la inquietud de los jóvenes por alzar la voz y dar a conocer sus demandas. No obstante, en Los Altos de Chiapas, también ha significado un derecho para poder manifestarse y que no se desvalorice su expresión artística.
Desde los años 60, este movimiento se fue gestando con grupos como Los Reyes Criollos y Los Skinis, quienes interpretaban covers de Los Locos del Ritmo y Los Teen Tops. Fue hasta 1996, cuando surgieron las primeras propuestas de rock en maya tsotsil con bandas como Sak Tsevul (Zinacantán, Chiapas), que significa “relámpago”, y una banda de Sonora que tocaba heavy metal en lengua seri, Hamac Caziim.
La radio comunitaria permitió que estas dos propuestas trascendieran e hicieran llegar su música a nivel nacional, logrando poner en alto la memoria de los pueblos originarios, su historia y tradición a través de la música.
Una voz poco escuchada, la de los propios músicos, se expone gracias a la labor de Anahí Minor, licenciada en Lengua y Cultura por la Universidad Intercultural de San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Su gusto por difundir las lenguas originarios hizo que ella trabajara, por casi dos años, el proyecto Bats’i’ rock, una serie de cápsulas radiofónicas en español y maya tsotsil, con el fin de hacer un registro de todas las bandas.
“Algo importante que se enfatiza en las cápsulas son los estereotipos que surgen con las bandas, porque, para empezar, los catalogan como rock indígena o etnorock, y lo que se aclara es que es un derecho humano poder expresarte en tu lengua y sólo se le debe de llamar como rock en tsotsil; es como decir rock en español o en inglés, porque categorizar como rock indígena, es hacer una separación de lo que es o no es indígena y se cae en una contradicción”, aclara Anahí.
Lo que busca la iniciativa es revalorizar a las bandas y que no sean escuchadas desde un punto de vista folklórico, sino que se aprecie el desempeño artístico de los jóvenes. Por eso, Minor afirma que la mejor manera de llamar este movimiento es rock en tsotsil o bats’i’ rock.
“Ellos me contaban dentro de las entrevistas que escuchaban comentarios racistas o se sentían como que los llegaban a ver porque hablaban en tsotsil o portaban con sus trajes tradicionales, que no todos lo hacen, y no todos utilizan los instrumentos de su comunidad. Algunos, quizá por respeto”, aclara.
El primer contacto que tuvo con las agrupaciones fue durante el festival De tradición y nuevas rolas, organizado por el Consejo Estatal para las Culturas y las Artes (CONECULTA). Este encuentro fue un punto clave para la investigación, ya que le permitió a Anahí acercarse a las bandas, mayormente de las comunidades San Cristóbal de las Casas, Zinacantán y San Juan Chamula, y así realizar sus entrevistas con los jóvenes.
La locutora relata que una de las dificultades de los jóvenes músicos era el propio rechazo de sus familiares porque rompieron con la tradición de trabajar en el campo o de realizar otras actividades dentro de sus comunidades.
“Uno de los objetivos de las cápsulas era darle voz a las identidades juveniles, porque contextualizando en las comunidades originales, las opiniones de los jóvenes no se toman en cuenta, mucho menos su forma de expresión artística. En este momento ya hay una mayor aceptación por parte de la gente adulta y los ancianos de la comunidad, pero sí tuvieron que enfrentarse a muchas dificultades; ahora, afortunadamente, la mayoría de los chicos ya son músicos profesionales, se dedican a ello”, expresa.
Incluso, hay comunidades más conservadoras que otras. “En San Juan Chamula había un poco más de rechazo porque son más celosos y muy estrictos en cuestión de respeto hacía sus tradiciones, muchas veces miraban a los jóvenes con una especie de burla porque algunos utilizaban ciertas canciones que son propias de la comunidad y que las adaptaran a este género ha sido todo un proceso que también les ha costado a ellos”, indica.
Alzan la voz por el rock en bats’i k’op
Actualmente en Chiapas existen más de 10 bandas activas de rock tsotsil que ya tienen una trayectoria bastante larga, algunas cuentan con más de 10 años de haberse conformado y con grabaciones independientes.
“La agrupación Sak Tsevul, en esta parte de Chiapas, en la Zona Alta, fue una escuela para todas las bandas que venían formándose, incluso recibieron algunas de ellas para asesorarlos y encaminarlos en su trayectoria musical. Yo podría decir que ellos han servido de inspiración y motivación para que más generaciones sigan en la música, pues es muy necesaria”, opina Anahí Minor.
Los jóvenes toman sus instrumentos, suben al escenario y se pronuncian, principalmente, contra la discriminación que sufren dentro y fuera de sus comunidades.
El mensaje que ellos transmiten en la mayoría de sus canciones, interpretadas en bats’i k’op, es desde el derecho al poder expresarse en sus lenguas sin ser discriminados, de su cultura y tradiciones, también del daño que se le ha hecho al medio ambiente, así como sus experiencias sociales que se han vivido dentro de la comunidad, como las injusticias.
La serie de cápsulas aborda seis temas: la primera es una semblanza de la historia del rock en México, de cómo surgió este movimiento en Chiapas y las primeras bandas de los años setenta.
Posteriormente, se dedica un espacio para cada grupo, los cuales se enriquecen con entrevistas a las propias bandas, todo a través de un viaje acompañado con su propia música.
La idea de que se realizara bilingüe, tanto castellano como tsotsil, es llevar este mensaje a las personas que tienen estos estereotipos y estigmas acerca de dos cosas: ser rockero y ser joven. Y una parte muy importante que es empoderar la palabra de los chicos.
Otro de los mayores retos para Anahí fue adaptarse a un formato radiofónico bilingüe, pues su lengua materna es el español, por lo que tuvo que aprender la lengua originaria.
“Mis conocimientos del tsotsil no son tan vastos como para hacer una traducción o una interpretación, creo eso fue lo que más me costó, construir estos mensajes, que se entendieron bien, que no se cambiara el contexto del mensaje que yo quería dar en las capsulas. La mayoría de mis compañeros, incluso maestros, me acompañaron, porque también es muy importante mencionar que la lengua se ha ido transformando con el paso del tiempo, muchos jóvenes no usan palabras que antes los ancianos utilizaban, siempre obtuve dos puntos de vista de un adulto y un joven”, detalla.
Este recorrido, que realizó hace aproximadamente año y medio, entre el rock y el tsotsil, fue de mucho aprendizaje para Anahí.
Actualmente, continúa con su investigación gracias a una beca del FONCA donde, además de dar seguimiento al movimiento roquero, hablará de otros géneros como el rap, el heavy metal, reggae y ska en lengua tzeltal y tsotsil.
“La experiencia fue bastante agradable y cultivadora porque aprendí muchas cosas en cuanto a cómo ven ellos estas investigaciones que hay entorno a las juventudes indígenas, saber desde su punto de vista, lo que ellos opinan de lo que hacen, fue maravilloso conocerlos, pude aprender de la cultura tsotsil”, concluye.