Se ha hablado mucho de los beneficios que conlleva el consumir una dieta rica en aceites de pescado, o ácidos grasos omega-3, los cuales nos protegen contra el deterioro cognitivo, disminuyen los niveles de colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
Sin embargo, en hombres, el consumo excesivo de ácidos grasos omega-3 –que se encuentran en pescados como el salmón, el atún, la trucha y el arenque– puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata.
Así lo demuestra un estudio publicado este mes en la revista científica Journal of the National Cancer Institute.
De hecho, este vínculo ya había sido identificado en el 2011 por los autores de esta investigación, quienes forman parte del Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, en Estados Unidos.
En esta ocasión se encontró que las altas concentraciones en la sangre de tres ácidos grasos relacionados con propiedades antiinflamatorias –EPA, DPA y DHA– y derivados de pescados y suplementos de aceite de pescado, están relacionadas con un aumento de 43 por ciento de riesgo en todos los tipos de cáncer de próstata (grado alto y bajo).
Dado a que aún no se sabe a ciencia cierta cómo es que los altos niveles de estos ácidos grasos aumentan el riesgo de cáncer de próstata, el Dr. Iain Frame, director de investigación de la organización Prostate Cancer UK, dijo al diario británico Telegraph que no podría exortar a los hombres a que cambien su dieta, sin embargo, sí recomienda que se acerquen a su médico de cabecera.
Con mayor razón si algún miembro de la familia ha padecido cáncer de próstata, sugirió el Dr. Theodore Brasky, autor del estudio.