Con el cortometraje Si algo me pasa, los quiero, Netflix retrata cómo una familia vive la muerte de su única hija tras un tiroteo escolar.
La muerte es, para todo ser humano, lo único certero que se tiene en la vida, a excepción del cómo, cuándo y dónde sucederá, tres preguntas que, al conocerse, dejan marcas irreparables o difíciles de olvidar.
En Estados Unidos, una familia conoció la respuesta a estas tres preguntas por medio de su única hija, una niña de 10 años que perdió la vida luego de que en su escuela primaria se registrara un tiroteo y ella fuera una de las víctimas.
Al conocer la noticia, sus padres se olvidaron de todo, incluso, de ellos mismos. Aunque vivían bajo el mismo techo, sus vidas parecían distintas, dejando de lado las conversaciones y las miradas entre uno y otro.
Esta historia se ve reflejada en Si algo me pasa, los quiero, un cortometraje de Netflix en el que, por 12 minutos, se expone lo que puede llegar a sentir y a vivir una familia tras perder a uno de sus miembros en medio de un acto violento e inconsciente.
A diferencia de otros países, en Estados Unidos se han registrado múltiples tiroteos en los últimos años, no solo en escuelas, sino en supermercados, hospitales e incluso cines, dejando a su paso personas heridas y/o muertas.
De acuerdo con la organización Gun Violence Archive, en lo que va del año, hasta el pasado 23 de noviembre, se registraron en el país del norte 577 tiroteos masivos y 16 asesinatos en masa.
Además, ha habido 261 niños, entre cero y 11 años, fallecidos en eventos con armas de fuego, y 931 muertes de jóvenes entre 12 y 17 años..
El último tiroteo en una escuela se registró en enero, en Bellaire, Texas, donde un estudiante de 16 años perdió la vida tras recibir una bala en el pecho.
Para el maestro Fernando García Aguirre, especialista en televisión de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, aunque en Si algo me pasa, los quiero no se trata el tema de los tiroteos como lo haría un documental completo, su intención es mostrar la parte humana, los sentimientos de las personas que se vieron afectadas en un hecho similar.
“Creo que sí es necesario darle espacio, visibilidad, a los efectos que ocasionan este tipo de acontecimientos, y es que en todos los países han ocurrido estas tragedias, pero se enfocan en los motivos que llevaron a la persona que disparó, a las razones del por qué actuó de esa manera, pero ¿y las familias?
¿Qué pasa con las personas? Ellas son las que viven las consecuencias, las que sufren y padecen los efectos de un acto de ese tipo”, resalta el académico.
En ese sentido, el catedrático remarca que, además de intentar que no se repitan sucesos similares, las autoridades y medios de comunicación deberían voltear a ver más a las familias, a las personas que quedan dolidas y afectadas tras los incidentes.
Una historia ilustrada en cortometraje
Para retratar la vida de esta familia estadounidense que pierde a su única hija, los escritores y directores Will McCormack y Michael Govier abordaron su historia a través de ilustraciones y música que acompaña, sin diálogos ni una lengua en particular.
Así, los espectadores pueden ver cómo el padre y la madre van recordando a su hija en su última fiesta de cumpleaños, su primer plato de espagueti, o cuando con su balón de futbol dañó la pared de la casa.
En entrevista, el académico García Aguirre comparte que en el sentido de la animación podría criticársele a este cortometraje, pues se demuestra que no se realizó en grandes estudios como lo es Pixar, sino que son formas simples y trazos muy elementales.
Sin embargo, rescata que aunque es básica la animación, lo más importante es la atmósfera que se logra con los dibujos, dándole vida a los que ya no están.
“Creo que en ese sentido a mí me parece que incluso capta mejor muchas de las emociones que pudieron haberse retratado con un largometraje con personas reales; tal vez con eso no se hubieran retratado los sentimientos de una manera tan fiel”, describe.
Además, el especialista recalca que en este cortometraje se sabe explicar, con sombras y claroscuros, el tipo de protección que tienen los padres hacia los hijos, queriéndolos tener siempre en una burbuja para que no sufran o peligren, algo que a veces no se puede lograr.
Finalmente, para el académico es también positivo que se sigan lanzado proyectos como este, sobre todo en plataformas como Netflix, que le dio un espacio a Si algo me pasa, los quiero a pesar de saber que probablemente no venderá los millones de dólares que podría obtener con otras producciones.