“El Portal” llega a Netflix para exponer la trata sexual en Zona Divas

La serie documental, dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, revela testimonios de mujeres de Venezuela, Argentina y Colombia víctimas de trata sexual a través de Zona Divas
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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Entre 2017 y 2018, cinco trabajadoras sexuales de la página Zona Divas fueron víctimas de feminicidio, hecho que reveló una red de violencia y explotación sexual que afectaba, principalmente, a mujeres migrantes sudamericanas en México.

El Portal, un documental producido por Laura Woldenberg, narra estas historias, exponiendo la compleja realidad de la trata de personas y el trabajo sexual en el país. Durante esos dos años, cinco feminicidios sacudieron a la Ciudad de México y otras zonas. Tres de estos casos ocurrieron en hoteles de la capital: Wendy Vaneska de Lima Cortés, venezolana, fue asesinada el 3 de febrero de 2017 en el hotel Príncipe; Génesis Gibson Jaimes, también venezolana, fue encontrada sin vida el 17 de noviembre de 2017 en el hotel Platino; y la argentina Karen Ailén Grodziñski fue asesinada el 27 de diciembre de 2017 en el hotel Pasadena.

Los otros dos feminicidios incluyen los casos de  Andreína Escalona, asesinada en Nuevo León el 24 de diciembre de 2017, y Kenni Finol, cuyo cuerpo fue hallado en un callejón del Estado de México el 25 de febrero de 2018, donde el principal sospechoso es Brayan Mauricio Miranda González, alias “El Pozoles”, miembro de la Unión Tepito.

“Este trabajo es el reto profesional más grande de mi carrera. Fueron tres años de investigación, desde acceso a la información, conseguir los testimonios de las mujeres que se dedicaron al trabajo sexual y que estuvieron involucradas en Zona Divas, hasta los familiares de las víctimas de feminicidio, las madres, sobre todo, quienes tenían mucho miedo, pero también dolor de cómo se cubrieron los casos estigmatizándolas y objetivándolas.

“Tuvimos que ganarnos su confianza y explicar que lo que queríamos era recordar a estas mujeres como seres humanos que tenían sueños, problemas, que eran hermanas, madres, amigas y que emigraron a México en busca de un mejor futuro”, cuenta Laura Woldenberg en entrevista con  Reporte Índigo sobre esta serie documental que se encuentra disponible Netflix.

El equipo de investigación, liderado por las cineastas Fernanda Valadez y Astrid Rondero, rastreó los casos de las víctimas, revelando la ruta migratoria que las condujo a México y confirmando que el país es uno de los destinos más importantes para la trata de personas.

El Portal, la nueva serie documental de Mezcla, dirigida por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, se encuentra disponible en Netflix

“El documental busca revelar cómo operan las redes de trata en México y Latinoamérica, a través de cinco historias y testimonios de sobrevivientes que lograron cambiar sus vidas”, narra la productora.

En el país, 55 por ciento de los reportes de trata de personas son de explotación sexual, según la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito. El Informe Mundial sobre Trata de Personas 2022 destaca que las mujeres investigadas por el delito de trata tienen más probabilidades de ser condenadas que los hombres. Este desequilibrio se suma a una estructura criminal que, a pesar de ciertos avances, sigue operando impunemente. Un ejemplo de esta situación es el caso de Ignacio Santoyo Cervantes, alias “El Soni”, fundador del portal Zona Divas, quien fue detenido en 2019, pero actualmente se encuentra libre.

“Las carpetas de investigación, en su mayoría, están testadas y con poca gente dispuesta a hablar, eso nos obligó a recurrir a las redes sociales de las víctimas, quienes dejaron una huella digital crucial para rastrear conexiones y testimonios”, narra.

México, uno de los principales países de la red de trata de personas

El documental es una excusa, según Laura, para adentrarse en el funcionamiento de las redes de trata en México y América Latina. Su equipo decidió aterrizar el tema en cinco historias específicas, sumando los relatos de algunas sobrevivientes o ex escorts que, tras años de explotación, lograron reconstruir sus vidas. Sin embargo, lo que hace particularmente difícil la investigación de estos casos es la atomización del delito.

“Para que exista el delito de trata se deben de cometer diferentes acciones: enganchar, trasladar, retener, entregar, recibir, alojar a una persona con fines de explotación sexual. Esto hace que cada acción recaiga en una persona diferente, lo que dificulta la investigación y la prueba”, apunta.

Este sistema, a menudo coludido con las autoridades, especialmente migratorias, facilita que México se convierta en un país receptor y de tránsito para la trata con fines de explotación sexual. En este entramado, diversas personas como chóferes, recepcionistas, maquillistas y fotógrafos tienen roles específicos, lo que complica aún más la identificación y el desmantelamiento de las redes.

“Muchas veces las mujeres son enganchadas por sus propias amigas, que de manera genuina creen que están ofreciéndoles una oportunidad para tener una mejor vida”, detalla Laura.

Exponen la trata de personas en México

Uno de los testimonios más impactantes en el documental es el de Luna, una mujer venezolana que fue tratada por su propia madre. Engañada con la promesa de un trabajo como niñera, terminó siendo explotada en México, ilustrando cómo este delito puede tocar incluso los lazos más cercanos y afectivos.

A lo largo de la producción, el equipo fue muy consciente de la necesidad de no revictimizar a las mujeres y evitar el sensacionalismo. Por ello, contrataron a una actriz para representar testimonios, y así mantener el anonimato y respeto hacia quienes compartieron sus historias.

“Era un reto muy importante no estigmatizar a las mujeres, pero al mismo tiempo, queríamos que se entendiera la violencia extrema a la que estuvieron expuestas”, explica Laura.

El documental en esencia, pretende ser una herramienta para generar conversación y prevenir estos delitos. Laura subraya la importancia de que el público sepa que estos crímenes ocurren en nuestras ciudades, y que como ciudadanos tenemos la responsabilidad de denunciar cualquier actividad sospechosa.

“Aunque la deuda del Estado mexicano con las víctimas de feminicidio sigue siendo enorme, la esperanza radica en el poder de la sociedad civil para incidir en la prevención y en la búsqueda de justicia”
Laura WoldenbergProductora

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