Comprender que los jóvenes son el presente y no el futuro y que es necesario atender a este sector de la población, son ideas que mueven a Beatriz Adriana Olivares Pinal, directora del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México (Injuve).
“Invertir en los jóvenes siempre valdrá la pena, sobre todo en los barrios donde hay más problemas, pero también mucho talento. De verdad, no es un tema de becas, cada joven se ha ganado el apoyo del Estado; estamos entre todos reconstruyendo el tejido social”, asegura Olivares, en entrevista con Reporte Índigo.
El Injuve llevó a más de 300 jóvenes a Guanajuato para participar en la programación de los 50 años del Festival Internacional Cervantino (FIC). Los conciertos de la Big Band INJUVE Tributo a la Fania All Stars y de la Sinfónica del Injuve #SomosBanda y la obra Tururú, los jóvenes también viajan en Metro permitieron que el público conociera un poco más de lo que hace este instituto que atiende a personas de 12 a 29 años de la capital del país.
La comunidad que ha participado pertenece al programa ‘Las y los jóvenes unen al barrio’, el cual forma parte de la estrategia interinstitucional de prevención y atención al delito “Barrio Adentro”.
“Los jóvenes que vienen no los seleccionamos nosotros, ellos decidieron participar en una brigada que se llama ExpresArte, en la que hay infinidad de posibilidades para crear y para hacer, están los compañeros de las orquestas, de la banda sinfónica, de la Big Band Jazz, están los compañeros de arte urbano y callejero, de danza folclórica, de baile de salón y están los chicos que hacen teatro”, describe Olivares, sobre todas las posibilidades que ofrecen.
A principio de año generaron un espacio en el que participaron todos. Así nació la obra multidisciplinaria Tururú, los jóvenes también viajan en Metro, un musical de rockola donde se muestra el sentir de los jóvenes y el cómo viven en la ciudad.
“Generar esta obra fue un gran esfuerzo, porque son muchos maestros, muchos directores. En el arte y la cultura eso es complicado, cuando tienes muchos directores, pero creo que lo mejor de todo es que lo hacían con mucho amor, por hacerles saber a las demás personas que en el barrio hay mucho talento, con muchas ganas”, explica Beatriz.
Una de las tareas más importantes del Injuve es la reconstrucción del tejido social, por lo que el darle arte “a la banda” en la calle y en espacios públicos, es indispensable, labor que unió más a los maestros y, por ende, a la juventud.
Injuve, un espacio en acción
El Injuve no es un espacio que se dedique exclusivamente a la cultura, pero sí uno que atiende las necesidades de los jóvenes y su necesidad de expresión.
“Somos un espacio donde los chavos pueden hacer todo lo que quieran. ¿Quieres bailar?, ¿qué quieres bailar?; ¿quieres hacer protección y primeros auxilios? Hay una brigada de eso; ¿te gusta boxear? Está la brigada de boxeo; ¿lucha libre? Vas a dos de tres caídas. Ahorita está el tema de las estampitas y los álbumes, así que el Instituto tiene un espacio para que intercambien de manera segura sus estampitas; todo lo que tú creas que un joven quiere aquí está, porque son ellos los que lo impulsan”, explica Beatriz Olivares.
Tributo a la Fania All Stars, #SomosBanda y Tururú, los jóvenes también viajan en Metro son sólo algunos ejemplos de todo el trabajo que se realiza en las brigadas del Instituto.
“El Injuve es un lugar donde puedes hacer lo que todo joven quiere hacer, porque les nace y qué mejor que venir a Guanajuato a decir ‘aquí estamos, hay mucho talento en la Ciudad de México”, afirma Olivares.
La Casa Chilanga, la Ex Estación del Ferrocarril y Plaza del Baratillo fueron los lugares, en Guanajuato, donde los jóvenes chilangos se presentaron, ganándose el aplauso de los asistentes.
“Traemos a jóvenes tan talentosos que ponen a bailar a la gente, que les sacan sonrisas, porque lo saben hacer extremadamente bien, son maravillosos, pero además, porque le ponen mucho amor a lo que hacen”, considera.
Beatriz asegura que los jóvenes entienden la importancia de presentarse en un festival como el Cervantino, y más dentro de una edición conmemorativa como los 50 años. Así que en cada función entregan lo mejor de sí.
“No es sólo lo que te paras a hacer, sino la energía, el gusto, el amor con lo que lo haces y, la verdad, es que desprenden luz por todos lados, brillan. Están enamorados de tener la oportunidad de venir al Cervantino. Hoy todos estamos aprendiendo lo que significa este festival”, confiesa.
Estar al frente del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México, asegura Beatriz, no es un trabajo, sino una oportunidad de ejercer lo que le gusta hacer y, de paso, contribuir a que la capital del país sea un mejor lugar para vivir y desarrollarse.
“Estoy acompañada de muchos jóvenes talentosos, el equipo del Instituto no le dice que no a nada, son súper trabajadores y echados para adelante. Cuando les digo ‘hay que hacer esto’ me responden con un ‘si’”, finaliza la funcionaria.
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