Expertos señalan que establecer esos lazos de afectividad es fundamental para su crecimiento tanto menta, así como emocional.
Ese lazo afectivo comienza en el embarazo y se va desarrollando durante el crecimiento del bebé.
En entrevista con Reporte Indigo, la Dra. Ángeles Díaz, de Johnson & Johnson, especificó que “en estudios científicos que se han hecho, se ha visto que cuando hay un lazo afectivo entre la mamá y el bebé (…) o entre la persona que lo cuida (…) va a ser muy relevante en cuanto a su desarrollo neurológico y también afectivo”.
La experta también señaló que los estudios demuestran que cuando entran al colegio, los niños que han tenido un contacto físico, a través de un masaje, “son niños mucho más atentos, aprenden mucho más rápido, son mucho más seguros y llegan a ser líderes”.
Y añadió que los que no recibieron ese contacto físico y no formaron el lazo afectivo “son niños que inclusive pueden llegar a ser delincuentes (según apuntan estudios)”.
Un comunicado oficial de Johnson’s Baby, establece que “el lazo emocional es ese profundo sentimiento que se desarrolla entre los padres e hijos y es como ningún otro sentimiento que hayas tenido antes en tu vida” y afirma que “cinco segundos de caricias, transmiten más amor que cinco minutos de palabras”.
Es toda una experiencia sensorial, en donde no solamente se involucra al tacto. El calor del cuerpo de la mamá (del papá o de la persona que esté a cargo del niño) brinda confianza y seguridad en él.
Cuando la madre o el padre le demuestra al bebé que es un ser importante para ella o él, se le está brindando seguridad, confianza y comienza el sentido de autoestima en el niño.
De acuerdo a Johnson’s Baby, el pequeño no comprenderá las palabras todavía, pero “el tacto es un medio de comunicación universal”.
Por lo que proporcionarle un masaje adecuado ayuda a que el bebé esté más alerta y sociable, lo hace liberar tensión, irritabilidad y ansiedad.
Incluso lo ayuda con los problemas digestivos propios de su edad, como cólicos, por ejemplo, y por muy increíble que suene, es de gran contribución para que aumente de peso saludablemente.
Su desarrollo de confianza e independencia también se pueden detonar con el tacto, sobre todo en los primeros seis meses de vida, que se caracterizan por ser un periodo de crecimiento importante.
El tiempo ideal de masaje es de 10 a 15 minutos.
Debido a la delicada piel del bebé se recomienda que el contacto al dar el masaje, incluya un producto hipoalergénico que evite la fricción, tal como lo sería un aceite. Además, éste le humectará la piel y la dejará lubricada hasta por 24 horas.
Estrechando lazos afectivos
Además de un buen masaje para su desarrollo emocional, social y cognitivo, tanto la Dra. Díaz, como expertos, señalan que la higiene del bebé también es fundamental para su sano crecimiento, pues “es una barrera contra infecciones y enfermedades en la piel”, según el comunicado de Johnson’s Baby.
Es importante mencionar que una piel limpia es sinónimo de vitalidad y que también fortalece los lazos afectivos entre padres e hijos.
La limpieza no solamente significa cambiar el pañal constantemente para evitar irritaciones, también influyen la hidratación y la humectación.
Johnson’s Baby señala que la hora del baño es adecuada para “estrechar el lazo afectivo con el bebé del mismo modos que la lactancia”.