Todo comenzó cuando se le solicitó a la Corte Europea de Justicia que considerara el caso de un cuidador de niños en Dinamarca que dijo ser despedido de su trabajo por ser demasiado gordo.
Según informó ayer la BBC, tras la deliberación del caso la corte dijo que si la obesidad afectaba la “participación completa y efectiva” en el trabajo, entonces se podría considerar como discapacidad.
El fallo de la corte es vinculante en todo la Unión Europea.
Los jueces apuntaron que la obesidad por sí misma no es una discapacidad, pero que si una persona tenía un impedimento de largo plazo debido a su obesidad, el individuo estaría protegido por la legislación para discapacitados.
‘Demasiado gordo’
La determinación se dio a partir del caso de Karsten Kaltoft, un niñero en Dinamarca que pesa unos 160 kilos.
Kalktoft presentó una denuncia de discriminación en contra de sus empleadores, quienes, según él, lo despidieron hace cuatro años por considerarlo “demasiado gordo”.
“No me veo a mí mismo como discapacitado. No está bien despedir a una persona porque están gordos si están haciendo su trabajo correctamente”, le dijo Kalktoft a la BBC.
Ahora, tras el fallo de la Corte Europea, las cortes en Dinamarca tendrán que analizar el peso del niñero para determinar si su caso puede ser clasificado como una discapacidad.