El presidente que gobernó México del 2000 al 2006, Vicente Fox, tiene un carisma que sin duda lo diferencia del resto de los políticos. Desde que dejó la política, con el paso del tiempo parece que cada vez más es un personaje de comedia.
A partir de que la candidatura de Trump para presidente apenas se avistaba, Fox no ha dejado de mandarle mensajes. Primero el expresidente llamó a Trump ignorante, egocéntrico, loco y “falso profeta”. Más tarde, a través de tuits, entrevistas y videos Fox ha tomada cada oportunidad que ha tenido para mostrar su desacuerdo con Trump, su administración y todo lo que implica.
Los comentarios que el expresidente ha hecho acerca de temas políticos han provocado que incluso el exprimer ministro canadiense, Brian Mulroney, haya recomendado a México que “controle a Fox porque irrita mucho”.
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Fox se convirtió en una especie de político comediante al que incluso Conan O’Brian eligió para participar en el programa especial que realizó en apoyo a México. Poco a poco Vicente Fox transitó de ser un tema de política a ser entretenimiento.
Quizá el éxito de sus comentarios es porque el expresidente dice lo que muchos mexicanos piensan. Apenas hace unas semanas Fox envió un mensaje a través de un video en colaboración con el medio Super Deluxe, en el que con todo y props explica al ahora presidente de Estados Unidos cómo gobernar.
Ayer Vicente volvió a protagonizar un video dirigido a Trump en el que asegura que México no pagará por el ‘fuckin wall’.
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Luego de explicarle al estadounidense que los taco bowls son una mierda y que no son mexicanos, le dice: “Donald, bajo ninguna circunstancia pagaremos por este estúpido, inútil y racista monumento […] Los ‘bad hombres’ se volvieron más sofisticados, ya están compartiendo sus planes en internet.”
Después muestra un dibujo de una escalera simple con la que dice que los migrantes resolverán el problema. “Sé honesto, Donald, este muro no va a detener a nadie que quiera cruzar la frontera”.
Fox propone algunas opciones en las que podría invertir el dinero destinado al muro: proveer agua limpia a todo el planeta por tres años, terminar con el hambre del mundo un año, contratar a 50 mil maestros durante una década, o pagar por la universidad de 250 mil estudiantes.
“Donald, en lugar de construir un muro, construye un puente en el tiempo para regresar a cuando eras este niño y dile que sólo porque su padre no lo ama, no quiere decir que no puede amar al mundo”, dice mostrando una foto de Trump de pequeño. Finalmente se despide diciendo que tiene un día ocupado de no ser odiado por la gran mayoría de su país.
