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En la actualidad, la arqueología está revolucionando el conocimiento que se tiene sobre el pasado, ya que existen muchos proyectos donde profesionales laboran en todo el territorio nacional, no sólo en lo que era la antigua Mesoamérica, sino también al norte en las zonas que se llamaban Oasisamérica y Aridoamérica y su trabajo está reinterpretando y enriqueciendo la historia de nuestros antepasados.
Uno de esos investigadores es el arqueólogo Leonardo López Luján, director del Proyecto Templo Mayor, quien hoy ingresará a El Colegio Nacional, una de las instituciones más prestigiadas en los ámbitos de la ciencia y la cultura, cuya misión es difundir los conocimientos generados a toda la sociedad.
“Estoy muy emocionado y contento con esta distinción que me permitirá acompañar a este grupo de 38 grandes personalidades en su quehacer cotidiano y laborar no sólo en este edificio espléndido que es El Colegio Nacional, sino en todo el territorio de la República, porque esta institución también llega a todos los confines del país”, asegura el doctor López Luján.
La lección inaugural del investigador se titula Pretérito pluscuamperfecto. Visiones mesoamericanas de los vestigios arqueológicos, en la cual hablará del pasado en el pasado. En pocas palabras, de lo que trata es de cómo veían nuestros ancestros, mexicas, mayas y tlatelolcas, a sus propios ancestros, qué era lo que ellos hacían en las ciudades arqueológicas, porque entonces ya existían.
Para López Luján, lo interesante es que al salir de sus ciudades encontraban todas estas civilizaciones en ruinas. Iban, por ejemplo, a Teotihuacán y mayúsculo era su asombro cuando se daban cuenta que las pirámides del Sol y de la Luna eran más grandes que sus propias, por lo que crearon explicaciones sobre los constructores de esas grandes edificaciones que tenían que ver no con seres de carne y hueso como lo eran ellos, sino con seres portentosos.
“Ellos explicaban la presencia de las pirámides del Sol y de la Luna en Teotihuacán como creaciones de dioses, de gigantes o de pueblos portentosos como el tolteca y obviamente todas las creaciones que ellos encontraban en esas zonas arqueológicas, las tumbas, las ofrendas y miles de objetos en su interior, las atribuían a estos seres supremos y les daban un valor mágico”, asegura el nuevo integrante de El Colegio Nacional.
Al imaginar cómo los mexicas y los tlatelolcas hacían una excavación en esas ruinas para encontrar objetos y los extraían no para venderlos como saqueadores en el mercado negro, sino para llevarlos a sus propias ciudades y a su vez enterrarlos como ofrendas a sus dioses, es decir, que les daban igual que ahora, un gran valor a las antigüedades, a los objetos arqueológicos, pero no los consideraban como obras de seres humanos.
500 años del encuentro
Una enorme variedad de actividades se realizarán este año para rememorar la llegada de Hernán Cortés a la Villa Rica de la Vera Cruz, un momento tan complejo y traumático que significó un terrible genocidio. Dichas actividades se prestarán para la reflexión, para una revaloración de ese momento que dio origen a nuestra historia ya como un pueblo que es fusión del viejo y del nuevo mundo.
Para entender la Conquista, los augurios son un elemento a tomar en cuenta, cómo era que ellos veían a los recién llegados, cómo los explicaban y si era cierto o no que Moctezuma pensaba que Cortés era una reencarnación de Quetzalcóatl, pero lo que determinó la derrota de millones de indígenas, de acuerdo con López Luján, fue la visión de coyuntura muy oportuna y hábil de Hernán Cortés de que había gran división, por lo que aprovechó esos conflictos internos entre las diferentes sociedades para lograr sus propósitos.
“Cortés con sus hombres, hay diversos números, alrededor de 800 conquistadores, pues difícilmente hubiera conquistado una ciudad grande de este territorio si no hubiera sido con la colaboración de los propios indígenas”, asegura el arqueólogo.
En el caso de El Colegio Nacional, a mediados del mes de octubre, se prepara una serie de actividades de todo tipo, discusiones, encuentros y conferencias, que abordarán la llegada de los europeos a territorio mexicano. Esas actividades serán coordinadas por Eduardo Matos Moctezuma y Luis Fernando Lara, y contarán con la participación de prácticamente todos los miembros.
López Luján dice que existen varias visiones con respecto a Hernán Cortés. Muchos lo ven como un individuo voluntarista, iluminado, de una enorme capacidad para sentir el momento político y así es como ha sido interpretado; sin embargo, su figura en la sociedad mexicana ha sido denostada o negada, y eso se ve en el arte, porque es prácticamente inexistente.
Hay muy pocos monumentos, efigies y pinturas que lo representan y en el caso de las que existen, por ejemplo, las representaciones de Diego Rivera, lo muestran como un individuo contrahecho, enfermo, es decir, con una imagen bastante negativa.
Aprender del pasado
Leonardo López Luján comenta que nunca hay que idealizar el pasado ni pensar que aquellos eran mundos paradisiacos, porque nuestros ancestros eran tan humanos como lo somos en la actualidad, tenían grandes virtudes y defectos, pero sin duda volver al pasado siempre es muy importante porque da luz hacia el futuro.
“Tomar en cuenta eso, nos enseñara que estamos destruyendo nuestro medio ambiente, afectando nuestro entorno y que los primeros perjudicados serán nuestros hijos y nuestros nietos; entonces, siempre si volvemos la mira atrás encontraremos buenos ejemplos y buenas guías para el futuro”, sostiene el nuevo integrante de El Colegio Nacional.
En México la arqueología siempre ha tenido un lugar privilegiado y eso se ha reflejado en el desarrollo de varios proyectos, pero, sin duda, habrá que seguir impulsándola. “Es importante que el nuevo gobierno tome conciencia y que se refleje en más apoyo a la investigación y particularmente en los trabajos de las nuevas generaciones, que se les ofrezcan empleos dignos, bien remunerados para que puedan seguir aportando en este campo”, opina López Luján.