El otro Principito
Luka es un niño de 12 años que, como todos los niños de su edad, sueña con un futuro lleno de aventuras, magia y logros.
Y como nada lo detiene, ni su distrofia muscular, Luka pudo imaginarse y además vivir el futuro que le encantaría tener con tan solo una sesión de fotos.
Lo que sufre Luka es una enfermedad en donde su cuerpo se va debilitando rápidamente, su fuerza y los pocos movimientos que es capaz de hacer se vuelven muy limitados. Tanto, que cualquier actividad diaria como bañarse, vestirse y comer lo tiene que hacer con ayuda de otros.
Sofía Garza-BarbaLuka es un niño de 12 años que, como todos los niños de su edad, sueña con un futuro lleno de aventuras, magia y logros.
Y como nada lo detiene, ni su distrofia muscular, Luka pudo imaginarse y además vivir el futuro que le encantaría tener con tan solo una sesión de fotos.
Lo que sufre Luka es una enfermedad en donde su cuerpo se va debilitando rápidamente, su fuerza y los pocos movimientos que es capaz de hacer se vuelven muy limitados. Tanto, que cualquier actividad diaria como bañarse, vestirse y comer lo tiene que hacer con ayuda de otros.
Una de las pocas cosas que Luka puede hacer es mover lentamente varios dedos de una mano. Con esta mano, Luka crea dibujos llenos de ideas e imaginación. Aun así, no le gusta proyectar lástima y se mantiene con actitud positiva, enfocándose en las cosas que sí puede hacer.
Y gracias al mundo digital en el que vivimos, es más fácil para Luka echar a volar su imaginación y olvidarse de la vida limitada que vive.
Hace cinco años Luka conoció a Matej Peljhan, un psicólogo con una pasión fotográfica. Después de muchas conversaciones juntos, Matej recuerda que Luka expresó su deseo de verse a si mismo en fotografías realizando sueños inalcanzables para él.
Matej descartó usar Photoshop, decidió cumplirle el sueño a Luka y lo fotografió realizando actividades y sueños que desde hace tiempo quería. ¡Todo en la vida se puede! Aún sin Photoshop. Solo hay que cambiar la perspectiva de ver las cosas.
La obra consiste de ocho fotos en donde Luka puede separarse de su silla de ruedas y volar a un mundo desconocido para su realidad. Esta obra fotográficas se llama “Le Petit Prince”, una serie que nos trae buenas memorias del libro de Antoine de Saint-Exupéry.
“Todos nos hemos encariñado con el ‘Principito’, quien en su humildad infantil, va descubriendo preguntas existencialistas del mundo del adulto. A pesar de su infinita constelación, es muy solitario. Al igual que nuestro pequeño príncipe que, por la fuerza de las circunstancias, aunque rodeada de personas, vive en su propio pequeño mundo.
“El orden de las fotos tiene mucho significado en la historia de Luka. En la primera foto, Luka está dibujando un globo. En la segunda, se va volando con el globo que lo lleva a su destino, y al final regresa a su silla de ruedas, en donde hay un lápiz y una hoja en blanco esperando un viaje nuevo”.