Durante el siglo XVI, en diversos países de Europa, se tenía la creencia de que los vampiros, “devoradores de sudarios”, seres que regresaban de la muerte para devorar su propio cuerpo, se aparecían para beber la sangre de otros muertos y así recuperar las fuerzas suficientes y poder vivir en la oscuridad de la noche.
Por mucho tiempo se creyó una simple leyenda la existencia de los vampiros, hasta que un grupo de investigadores encontró en 2006 la primera prueba arqueológica de un “exorcismo” contra estos seres. Se trata del cráneo al que llamaron “La vampiresa de Venecia”, el cual apareció con un ladrillo en la boca, una creencia antigua con la que se impedía que estos seres se alimentaran de sus víctimas.
“En Venecia hay una isla, Lazareto Nuevo, durante la época de la Peste Negra, en el año 1700, era utilizada para llevar a los muertos afectados por la peste. Se decía que los vampiros la difundían; por eso una técnica era enterrarlos con un ladrillo en la boca. Este mismo entierro se encontró en otros países como Rumania o Yugoslavia, eso no nos dice que fuera vampiro, por supuesto, pero nos confirma que sí era un ritual verdadero”, aclara Luca Tianisesi, investigador y curador de la muestra Vampiros: mitos y realidades.
Visítanos y conoce algunos mitos, leyendas y realidades en la exposición “Vampiros” 🧛🏻♂️⚰️en Parque Guanajuato Bicentenario.
Costo de acceso $85 general
INAPAM y niños menores a 1.20 mts. $50
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— Parque Guanajuato
Bicentenario (@PGBicentenario) August 12, 2021
Este descubrimiento, además de ser una prueba física y real de que existió la histeria por los vampiros y la cacería de estos seres, puede ser visto, por primera vez en México, en la exhibición que presenta el Parque Guanajuato Bicentenario, durante todo el mes de agosto y septiembre.
Para Tianisesi, se trata de una de las joyas que alberga esta muestra, pero no es la única cosa con la que se sorprenderán los visitantes y amantes de las criaturas de la noche. Vampiros: mitos y realidades se compone por más de 100 piezas, reproducciones entre figuras de cera, utensilios, ataúdes, piezas originales y recreaciones ambientales de sucesos que ocurrieron en todo el mundo. Además, exhibe una de las copias más antiguas y limitadas del libro Drácula, de Bram Stoker.
“Las figuras que se encuentran dentro de la muestra son hiperrealistas, creadas con materiales muy finos para cinematografía y se pueden encontrar objetos de cazavampiros originales que datan de finales del 1800 d.C.”, puntualizó el curador italiano.
Evolución del vampiro
El recorrido de la exposición muestra el desarrollo de la imagen del vampiro, desde las leyendas que lo consideran un monstruo, hasta la personalidad que se le dio en el séptimo arte.
“Originalmente el vampiro era una figura monstruosa, con pocas características humanas, su vida se regulaba con el ciclo lunar y bebía de la sangre, sobre todo de niños, porque la sangre tiene un poder que al día de hoy es muy intrigante, hay cultos de la sangre, hechicerías”, explica Luca Tianiesi.
Además, se detallan las diversas leyendas, de cuando la gente los desenterraba de los panteones para checar si verdaderamente tenían los dientes rotos, pues era una característica que se creía, en épocas muy remotas permitía identificarlos. Hasta cuando se creía que los vampiros tenían que ser envueltos con un costal y amarrados con varios nudos.
“Llegamos a la mitad de 1800 cuando aparece el Drácula de Bram Stoker y se convierte en una figura galán, educado, guapo con castillo y seduce a las mujeres para, al final, transformarlas en vampiros. De ahí ha habido películas, como Nosferatu, una de las más preciadas para los amantes de los vampiros”, afirma el curador.
Como dato curioso, la esposa de Bram Stoker demandó al director de Nosferatu, porque decía que era una copia de la novela, por lo que fueron quemadas todas las cintas: aun así, sólo una quedó intacta, la cual fue restaurada a inicio de 1900.
El recorrido también ofrece la visión de cómo esta figura se ha visto representada por una manera muy diferente en todo el mundo, incluyendo los vampiros rusos, ucranianos, orientales, mexicanos e italianos; además, podrán escuchar historias de vampirismo en casos de la vida real.
“El objetivo de la exposición es romper con algunas de las supersticiones, con explicaciones científicas y abrir curiosidades sobre lo que hay en realidad. Es una muestra que involucró mucha investigación por parte de historiadores, arqueólogos y museógrafos apasionados del tema, quienes recolectamos leyendas de varios países, desde finales de los 1700, a la actualidad, nunca se había presentado algo igual”, explica Luca Tianisesi.
Vampiros en la vida real
En una de las salas se exhiben algunos de los casos reales, como el de la “La Vampira de Barcelona”, una de las personalidades criminales más polémicas en la historia de España.
“Enriqueta Martí secuestraba, prostituía y asesinaba a niños para extraerles la sangre, las grasas y el tuétano de los huesos para elaborar pócimas mágicas para sus clientes y, así, disfrutar de la vida eterna y para hacer rituales”, explica Luca Tianisesi.
Similitudes
A lo largo de los años, y a través de las investigaciones, han encontrado características específicas de aquello que se consideraba ser un vampiro, las cuales, muchas veces, coincidían.
“Hay muchas similitudes, más que diferencias entre los países porque también la forma de combatirlos sí varía, pero siempre hay la presencia antirreligiosa, de la Biblia, el agua bendita, la cruz de álamo en la que se crucificó a Cristo”, explica el curador.
En Australia y Malasia, por ejemplo, las leyendas de los vampiros no los muestran de cuerpo entero. La cabeza se desprende del cuerpo y pueden volar. O, en Europa, el vampiro se puede transformar en otro animal, como en rata, gato, cuervo o serpiente.
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