Olor a mandarinas, copal, cempasúchil, papeles picados adornando las casas, velas que iluminan las habitaciones: ¡así es, ya estamos a nada del Día de Muertos!, y hay algo que no puede faltar: el pan de muerto.
Si aún no pruebas el primero de este año, solo tenemos una pregunta para tí, ¿qué estás esperando? A partir de que inició octubre, se ha comenzado a vender este característico bizcocho de temporada.
Desde el clásico con sabor a naranja hasta los más elaborados con todo tipo de rellenos dulces son los que puedes encontrar, pero, ¿sabes por qué comemos pan de muerto año con año?, y ¿has prestado atención a sus elementos?
¿Los sacrificios son el origen de la tradición?
Como te lo habrás imaginado, para podernos explicar de dónde viene la tradición, tenemos que viajar en el tiempo unos cuantos siglos en el pasado, para remontarnos a la época prehispánica.
Cabe señalar que no hay una teoría única sobre el origen del pan de muerto, aunque existen dos que pueden darnos un acercamiento sobre los inicios de este delicioso alimento.
En la época prehispánica, las comunidades solían hacer ofrendas que consistían en panes, tal como la que realizaban a la diosa Cihuapipiltin, dedicada a las mujeres que morían en el primer parto.
Huitzilopochtli también tenía este tipo de celebraciones, en ellas hacían un gran ídolo a imagen del Dios, lo adornaban y vestían; elaboraban huesos grandes que depositaban a los pies. También ofrendaban panes que se comían tras la fiesta, según relata fray Diego de Durán en sus crónicas.
¿Te es familiar? Si prestas atención es muy similar a lo que se acostumbra cuando se retira la ofrenda de Día de Muertos. Pero eso no es todo, ya que en ese momento se hacía el “huitlatamalli”, una especie de tamal, que es el equivalente al pan de muerto, de acuerdo con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas.
A pesar de ello, habría sido hasta la conquista que nació el postre como lo conocemos, ya que cuando llegaron los españoles, quedaron impactados por los sacrificios humanos que se realizaban en las ceremonias religiosas.
“Espantados por los sacrificios (…) elaboraron un pan de trigo bañado en azúcar pintado de rojo”, explica la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, con ello buscaban que simbolizara el corazón y la sangre de la persona que iban a sacrificar.
Este se habrá ido transformado hasta la manera en la que lo conocemos actualmente para convertirse en uno de los símbolos de nuestra cultura que se encuentran más arraigados.
“Desde nuestros antepasados hemos crecido con esta tradición de salir una vez al año a comprar pan de muerto para disfrutarlo en familia y para ofrecérselo a quienes ya no están con nosotros”, explica el chef Carlos Ramírez Roure para UNAM Global.
¿Qué significan los elementos del pan de muerto?
Uno de los aspectos más característicos del pan de muerto es la manera en la que está adornado, ya que no es solo un bizcocho redondo, cuenta con la peculiar decoración en la parte superior que todos amamos, pero, ¿significa algo?
La tradición le ha brindado a cada uno de los elementos un simbolismo especial, aunque podría tratarse de un mito, el Diccionario Enciclopédico del la Gastronomía Mexicana recoge lo siguiente:
- Forma redonda: Es debido a que asemeja un montículo de tierra con el que se cubre el féretro. Hay quienes consideran que el círculo más bien hace referencia a la continuidad entre la vida y la muerte.
- Canillas: Estas son las decoraciones que están sobre el pan, que se realizan con largas tiras de masa, las cuales simbolizan los huesos de la piernas y los brazos. Cabe señalar que también se cree que son las lágrimas de los difuntos.
El chef mexicano Carlos Ramírez Roure, explica para UNAM Global, que las canillas se colocan en dirección hacia los cuatro puntos cardinales dedicados a Quetzalcóatl, Xipetotec, Tláloc y Tezcatlipoca.
- Bolita de pan: En la parte superior siempre es posible observar un esfera que decora el bizcocho. Esta es para muchas personas la cabeza, es decir cráneo, también se cree que puede ser el corazón.
Hay algunas personas que creen que se le debe agregar esencia del azahar al pan, ya que ésta simboliza el recuerdo de las personas que fallecieron, aunque actualmente, es posible encontrarlos con otras esencias y sabores.
La receta tradicional del pan de muerto
Si quieres hacer tu propio pan de muerto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) compartió una receta que puede ser de utilidad. Para ella necesitas ingredientes muy sencillos. Estos son:
- 3 1/2 tazas de harina.
- 225 gramos de mantequilla.
- 3 huevos.
- 1 1/4 tazas de azúcar.
- 1/2 taza de agua.
- 2 cucharadas de ralladura de cáscara de naranja
- 22 gramos de levadura.
- 7 yemas de huevo.
- 1/4 de cucharadita de sal.
- 1 cucharada de agua de azahar (si no encuentran pueden sustituirlo por 2 cucharadas té de anís preparado y bien cargado).
El primer paso será activar la levadura, para ello colócala en un recipiente, agrega media taza de azúcar y agua tibia, es muy importante que esté a esa temperatura y no caliente. De otro modo la levadura no se activará, sabrás que lo hiciste bien si salen burbujas al poco tiempo.
Sobre la mesa, o en una batidora, coloca: la harina, ¼ de taza de azúcar, la ralladura de naranja, sal, el agua de azahar o el té de anís. Integra los ingredientes poco a poco; luego agrega dos huevos enteros, las yemas y la levadura.
Aquí empieza el trabajo rudo: tendrás que amasar hasta que la masa quede suave y manejable. No te angusties si al inicio tiene la consistencia de un engrudo, es normal, poco a poco irá tomando forma. Finalmente agrega la mantequilla.
“Deben amasar hasta que la mezcla se separe de la mesa pero eso lleva su tiempo así que ánimo”, señala la SRE.
Cuando tu masa esté manejable y tenga un buen aspecto, déjala reposar tapada con un paño húmedo, o con papel film, en una parte tibia de la cocina hasta que doble su tamaño. Cuando lo haga, debes amasar nuevamente.
Una vez hecho, separa un poco de la masa para las decoraciones; divídela para hacer los panes y coloca los bizcochos en una charola con suficiente espacio, ten en cuenta que horneados doblarán su tamaño.
Bate el huevo que te sobró y úsalo como pegamento para colocar los huesitos y el cráneo sobre el pan. Deberás dejarlos reposar durante una hora antes de meterlos en el horno.
Finalmente, debes precalentar el horno a 200 grados Celsius, meter los panes durante 15 minutos y bajar la temperatura a 180 grados para hornear por 20 minutos más o hasta que el pan esté listo.
Como un consejo extra, cuando saques los panes y estén tibios, te recomendamos barnizarlos con mantequilla derretida y finalmente espolvorea azúcar en la parte superior.
Si quieres evitar todo este proceso, debes saber que en tiendas como Walmart, Soriana, Costco y Sam’s Club se ofertan panes de muerto entre 17 y 35 pesos la pieza dependiendo si están o no rellenos; mientras que las cajas con entre 9 y 15 piezas tienen precios desde 89 pesos a 149 pesos.