El Museo Nacional de San Carlos (MNSC) alberga uno de los acervos de arte europeo más antiguos de América Latina, el cual proviene de las galerías de arte de la Antigua Academia de San Carlos, de donaciones y adquisiciones. Son en total 2 mil 195 piezas de pintura, dibujo, grabado y escultura, algunas en exhibición y otras en bodega.
Por ello, al inicio de este año, la directora Mireida Velázquez Torres propuso renovar su colección permanente y apostar por la investigación en lugar de traer exposiciones internacionales. Al cierre de 2019, el público podrá visitar las cinco salas del segundo piso.
“Desde inicios de este año se planteó hacer una renovación tanto curatorial como museográfica que fuera más atrayente para el público y que se vinculara con la investigación de la propia colección que tiene el museo”, menciona la maestra Alivé Piliado Santana, en entrevista con Reporte Índigo.
Ella y otros especialistas en arte europeo colaboraron en la selección de las piezas a exponer y revisaron la información que tenían para saber qué líneas de investigación seguir.
“La investigación del acervo es algo interminable. Lo que queremos hacer es que los registros de todos los archivos que tenemos se encuentren bastante documentados, que la mayoría de las piezas tengan el mismo tipo de información. Además, estamos haciendo trabajo de conservación que es algo también muy importante porque tenemos piezas desde el siglo XIV”, dice.
Otros de los intereses, a partir de la reinstalación de la colección permanente, son la enseñanza de las artes y la vinculación con la comunidad y las otras exposiciones. Por ejemplo, Somos Tabacalera, que estará hasta enero del siguiente año y Pelegrín Clavé. Origen y Sentido (1811-1880) disponible hasta marzo de 2020.
“Algo que ahorita estamos haciendo con las exposiciones temporales y permanentes es mantener un acercamiento con el ámbito geográfico, donde se inserta el Museo Nacional de San Carlos, para la educación artística en México”, comenta.
Fue el arquitecto Manuel Tolsá quien construyó el edificio del MNSC, ubicado en la Avenida Puente de Alvarado. La segunda marquesa de Selva Nevada lo encargó para entregarlo como patrimonio a su hijo, junto con el título nobiliario de Conde de Buenavista.
Cumplió con funciones residenciales. Luego fue rentado como oficina de la Tabacalera Mexicana. Después fue sede de la primera delegación diplomática del Reino Unido en México, de la Lotería Nacional, de la Escuela Nacional Preparatoria No. 4 y de la Secretaría de Salud, hasta que en 1966 fue cedido al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) e inaugurado como Museo de San Carlos en el año 1968.
Cronología del arte europeo de San Carlos
Con la reinstalación de la colección permanente, el visitante podrá realizar un recorrido cronológico por autores, escuelas y técnicas de los siglos XIV al XX.
“Ampliamos la selección para hacer mucho más llamativa la parte histórica, porque lo que hacemos en este recorrido cronológico son diferentes mediaciones dentro de la sala. Se invitan a diferentes públicos para que puedan venir y entender las piezas de diferentes formas, visitas que no sólo te hablen de la historia del arte, sino de la historia económica, política y mundial. Entonces esto da un vínculo muy interesante para el público”, explica Alivé Piliado Santana.
El recibidor, ahora más iluminado porque las ventanas de este edificio neoclásico están abiertas, enlista los periodos artísticos que el público encontrará: Gótico, Renacimiento, Manierismo, Barroco, Siglo XVIII, Siglo XIX Paisaje y Retrato.
El asistente disfrutará del patrimonio de iglesias medievales mediante pinturas religiosas que muestran el martirio de vírgenes, santos y Cristo. Los pasajes bíblicos, como el de Adán y Eva, continuarán al llegar a las obras renacentistas. Después aparecen propuestas creadas “alla maniera” de Miguel Ángel, Leonardo Da Vinci y Rafael Sanzio. Seguirá el discurso estético del Barroco hasta llegar a los estilos Rococó y Neoclásico. Finalmente, apreciará de paisajes europeos, retratos y autorretratos.
“Un museo no es un ente estático, no es un ente que queda a un lado, eso es algo que ya tenemos muy bien entendido a nivel mundial. Las colecciones deben tener su propia actividad, su propia lectura. Eso es algo que permite a la serie ser tan noble con tantos artistas y estilos artísticos”, cuenta.
Cada seis u ocho meses el MNSC hará rotaciones en las piezas que están en bodega para que haya un sentido vivo en la exposición y una constante renovación.
“Ninguna exposición permanente es sumamente permanente. El tiempo que estamos planeando para cada una de las rotaciones es bastante amplio para que el público las conozca y también por respeto al trabajo del museo, casi un año o un poco menos”, argumenta la directora.
Para el MNSC las colecciones son importantes, pero también las actividades en torno a éstas. El Departamento de Curaduría y Servicios Educativos realiza conferencias, seminarios, publicaciones y actividades de sensibilización al arte para públicos especializados o aquellos que no lo están.