El Maravillas, una cocina con raíces

En 2014, Alejandro Martínez inició El Maravillas, en Tequisquiapan, un tributo a sus raíces y a la cocina mexicana. Cada plato refleja su infancia y la pasión por los sabores auténticos, llevando la experiencia culinaria a eventos como el Festival Vida y Muerte en Xcaret
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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En 2014, Alejandro Martínez inició un sueño culinario que hoy se conoce como El Maravillas. Este viaje gastronómico comenzó a tomar forma en el corazón de Tequisquiapan, marcando el comienzo de una historia llena de sabores, nostalgia y dedicación.

Acompañado por sus hermanos y su entrañable abuelo, José Manuel Morales, cariñosamente apodado “El Maravillas”, Alejandro se sumergió en la creación de un espacio donde la cocina se convierte en un tributo a las raíces y tradiciones.

Este apelativo refleja la esencia de un abuelo enamorado de los placeres de la vida y las maravillas que ofrece el vasto escenario de México. Sus travesías incluían la pesca, la cacería, la charrería, campamentos y viajes que tejían recuerdos imperecederos, inspirando así la cocina nostálgica del restaurante con un toque contemporáneo lleno de color.

El recuerdo de su hogar

El Maravillas no es solo un tributo a la infancia de Alejandro Martínez, sino también a los gustos culinarios de su entrañable abuelo. Apreciaba los sabores auténticos de la cocina mexicana, destacando cortes de carne como la lengua y los sesos, los cuales se quedaron marcados en el chef Martínez hasta la actualidad.

“Cada plato tiene que ver con momentos en mi vida, con mi abuelo para recordarlo, no nada más es hacer platos por hacer tienen que embonar en mi mundo, en mi infancia. Es homenajear a mis abuelos a través de la comida. Cada que la gente pide la cuenta les doy un cubo de ate de membrillo, porque mi abuela así despedía a sus invitados.

“La gente lo ve como una cortesía, pero para mí es mi infancia. O sea, todos esos detalles son infancia pura”, detalla el chef queretano.

La pasión por estos sabores intensos ha impregnado el alma del restaurante, llevándola al epicentro del 17 Festival Vida y Muerte en Xcaret, donde cada plato se convierte en un viaje culinario que fusiona la tradición con la innovación en un despliegue de tonalidades gastronómicas.

Lo que comenzó como una antojería del mar ha evolucionado gracias a la comunidad de clientes, quienes desafían constantemente los conocimientos del equipo, dando forma a un lugar entrañable que honra la memoria de aquellos que lo visitan. La cocina actual refleja la visión de crecimiento constante del Chef Alejandro y su equipo, creando un abanico de sabores que despiertan los sentidos con cada bocado.

En el corazón del Festival Vida y Muerte en Xcaret, el chef Alejandro Martínez ha trascendido la mera cocina para crear una experiencia culinaria única con su aclamado restaurante, El Maravillas. Cada sabor y presentación meticulosa esconde la inspiración de una historia personal arraigada en las vivencias compartidas con su abuelo.

La tradición y la innovación danzan en El Maravillas, donde el chef Martínez fusiona con maestría los sabores auténticos de la cocina mexicana con una perspectiva vanguardista. La dedicación a la excelencia culinaria no es solo una firma, sino una herencia que Martínez ha recibido de su abuelo, cuyas enseñanzas reverberan en cada rincón del restaurante.

El Maravillas no es solo un destino gastronómico; es un homenaje a las raíces familiares y a la riqueza cultural de México. Cada plato es más que una obra de arte comestible; es un viaje a través de los recuerdos de la infancia de Martínez, donde los sabores evocan momentos compartidos con su abuelo alrededor de la mesa.

“En Querétaro hay mucha agua, pero también es muy árido, hay muchas cactáceas. Es sorprendente cómo en un estado tan pequeño haya tanta variedad; sin embargo, confieso que somos una entidad que no tiene algún platillo característico. Pero, existen pequeñas sorpresas como el garambullo, que sale del cactus, es como un “blueberry”, para nosotros es muy común probarlo en nieves”, detalla el chef, tras presentar en la Feria un aguachile mezclado con esta frutilla que causó sensación en el sureste de México.

Así, El Maravillas se erige como un templo donde los comensales no sólo sacian su apetito, sino que también se sumergen en una experiencia que va más allá de lo culinario. La magia del festival se entrelaza con la historia personal de Martínez, creando un ambiente donde la comida se convierte en un medio para celebrar la vida y honrar a quienes ya no están.

Con cada platillo, el chef Martínez no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma, creando memorias culinarias que perduran mucho después de que el último bocado haya sido disfrutado.

El menú desde Querétaro para Cancún

  • Lengua con mole, plátano macho y una croqueta de arroz.
  • Plátano macho y mole queretano. Con cebolla encurtida y crema fresca.
  • Tostadas de atún combinado con pepino, mango y aguacate
  • Aguachile tatemado
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