El juego en el arte de Vicente Rojo

El Museo Nacional de la Estampa conmemora a Rojo a través de un recorrido por seis décadas de producción gráfica del artista, quien logró transformar la estética universal de la segunda mitad del siglo XX y XXI
Karina Corona Karina Corona Publicado el
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El Museo Nacional de la Estampa se volvió una sala de juegos, aquella en la que el artista Vicente Rojo experimentó e integró figuras geométricas, una estética que abrazaba lo abstracto o lo neofigurativo, a manera de resonancia de las tendencias vigentes en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XX.

A ese mismo juego invitan en el recinto con la muestra Vicente Rojo x Vicente Rojo. Retrospectiva gráfica 1968-2020, la cual reúne seis décadas de la obra gráfica del artista.

Este recorrido, que inicialmente acabaría en 2018, tuvo que ser modificado debido a una grata sorpresa que descubrieron durante 2020 la curadora Lilia Prado y la museógrafa Karen Cheirif, y es que entre los tesoros que resguardaba la artista visual Lorena Zozaya se encontraba Jardín de niños (2020), última obra que Rojo trabajó.

La muestra Vicente Rojo x Vicente Rojo. Retrospectiva gráfica 1968-2020 se podrá visitar a partir de 1 de abril en el Museo Nacional de La Estampa

En entrevista, la curadora Prado explica que la pieza pertenece a la serie Jardines del año y nunca había sido exhibida, motivo por el cual se vuelve de vital importancia.

“La descubrimos porque Lorena me dijo que me tenía confianza y por mi afán de colaborar con la obsesión que creo sí tenía Vicente Rojo por el trabajo y la investigación.

“Se me hacía raro que antes no hayamos descubierto esta pieza, más porque él estuvo trabajando antes de la pandemia, así que decidimos incluirla en el guión curatorial, forma parte de estos jardines que no terminó de trabajar “, comenta Lilia Prado.

El grabador y escultor creó Jardín de niños en colaboración con el taller Proyecto Gráfica 21 de la artista Lorena Zozaya, quien por 12 años ha investigado la técnica de improntografía, que consiste en utilizar una sola matriz rígida cortada con láser para crear fragmentos móviles e imprimirlos al gusto del artista.

Rojo y Zozaya eligieron esta técnica para imprimir volúmenes en sus primeros Jardines, proyecto que quedó inconcluso y cuya primera impresión en papel es esta obra.

Le rinden homenaje

Multifacético, innovador del diseño, artista de la gráfica y gran impulsor del arte tipográfico, Vicente Rojo fue uno de los artistas más influyentes de la segunda mitad del siglo XX y el XXI, quien encontró en México esa libertad tan ansiada en su juventud.

Rojo consideraba que tuvo dos infancias: la primera, en su natal Barcelona; la segunda, en México, país que ahora le rinde homenaje con Vicente Rojo X Vicente Rojo.

Como escribió en su diario: “La vida se me iluminó. La luz me deslumbró, y ese deslumbramiento sigue acompañándome hasta la fecha. En México encontré la libertad (o al menos mi libertad)”.

“Vicente Rojo dijo ‘estamos sostenidos por geometría’, lo que considero es muy importante. Este es un homenaje que si bien fue un trabajo de colaboración, tanto de los coleccionistas que nos prestaron la obra, principalmente, es parte del acervo de La Estampa y de la familia Rojo, que nos dio todo su apoyo incondicional”, apunta Lilia Prado.

La museografía del recinto creada por Karen Cheirif invita al espectador a dejarse llevar por el universo de Rojo, sus obsesiones con las figuras geométricas: al triángulo, círculo y cuadrado, junto a las tonalidades que inspiraron al artista nacionalizado mexicano: violeta, amarillo y azul.

Estos elementos acompañan la muestra integrada por 89 obras gráficas, entre carpetas y libros de artista realizadas con las técnicas de litografía, serigrafía, aguatinta, aguafuerte, colografía y, para mostrar las diferentes disciplinas que abordó, también se exhiben óleo, dos acrílicos, tres gouaches y dos esculturas.

“Toda su obra fue un trabajo de investigación, o sea no es nada más simplista o abstracto, forma parte de una generación muy importante de los años 50 de La Ruptura, ellos abrieron el camino a los nuevos valores estéticos; no había abstraccionismo en esa época, incluso, primero fueron acogidos por galerías privadas, hasta después se volvió un arte oficial, pero esa generación rompió con eso”, cuenta la curadora.

En cuanto al diseño editorial, la exposición incluye las 20 icónicas portadas de obras de la literatura mexicana, como Aura, de Carlos Fuentes, y Las Batallas en el Desierto, de José Emilio Pacheco, ambas de Ediciones Era

60 años de trabajo

Los núcleos temáticos corresponden a las seis décadas de trabajo en las que desarrolló las series: “Señales“, con imágenes abstractas extraídas de formas geométricas básicas como el círculo y el triángulo; “Negaciones“, surgida de su intención de que cada cuadro negara al anterior y al que le seguía y “Recuerdos”.

Otro núcleos son “México bajo la lluvia“, concebida un día que Rojo vio llover en el Valle de Cholula; “Escenarios”, compuesta de ministerios que son un repaso de sus temas anteriores y una suma de los mismos en las que integra a la arquitectura y, por último, “Escritura”, que son sus inventos de alfabetos.

“La vocación de Rojo se fue transformando constantemente por las de 60 años, poseía un carácter metódico, analítico, innovador y reflexión sobre una misma temática, y a la vez, tenía la capacidad de absorber las diversas influencias que tuvo a lo largo de su trayectoria”, indica la curadora.

Esta muestra, que es el resultado de dos años de planeación, también incluye la transmisión de un video con los testimonios de los impresores que trabajaron de cerca con el escultor y que representan a los talleres: Ediciones Multiarte, Taller de Gráfica Bordes, Taller de Gráfica Mexicana y la Siempre Habana, entre otras.

Además, continuando con la parte lúdica y del juego, en una de las salas se incorpora la reproducción de Discos visuales (1968), un álbum compuesto por cuatro poemas de Octavio Paz, ilustrados con dibujos y diagramas de Vicente Rojo. Las y los asistentes podrán crear frases a través del disco interactivo colgado en la pared.

La exposición también incluye la proyección del vitral Versión celeste, obra luminosa creada en 2019 para el techo del patio principal de la Casa Matriz de Nacional Monte de Piedad.

“Siempre fue muy trabajador, en constante innovación y experimentado. La verdad fue muy bonito haber hecho los testimonios y encontrarse con que todo mundo estaba agradecido por su sencillez. Comentaban que el maestro fue de los pocos que citaban a los editores que le apoyaron, por eso quisimos hacer ese homenaje, como él los reconocía como cocreadores”, concluye Lilia Prado.

El título

De acuerdo con la curadora, tanto el título como la imagen de esta exhibición son conceptuales haciendo alusión a un espejo de agua.

“Utilizamos un nombre en contraposición en un espejo de agua; hace alusión al diseño y a la gráfica, ya que una Estampa representa la imagen invertida de la matriz”, detalla.

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