Cuando Tim Berners-Lee propuso por primera vez un sistema de gestión de información en marzo de 1989, jamás imaginó que este sistema de documentos de hipertexto interconectados llegaría a sumar 30.7 Exabytes por mes a nivel global en 2011.
Un exabyte equivale a 1,000,000,000,000,000,000 bytes. Para que te des una idea del tamaño, el documento de texto en el que estoy escribiendo este artículo pesará apenas 5,000 bytes o 5 KB en la nube de iCloud. Tu canción favorita en un archivo .mp3 pesa aproximadamente 5,000 KB. Según Cisco, el tráfico de datos en Internet a nivel global en 2011 fue equivalente al espacio que guardan 72 mil millones de DVDs al año; 6 mil millones de DVDs por mes u 8 mil millones de DVDs por hora.
La historia de Berners-Lee y la primera conexión exitosa de Internet a través de la World Wide Web (la triple “w” que tecleas en la barra de direcciones de tu navegador) no es muy conocida. Y eso que, actualmente, muchos de nosotros lo primero y último que hacemos en el día es conectarnos a Internet, dando por sentado un invento que ha revolucionado las comunicaciones a tan solo dos décadas de distancia.
En diciembre de 1990, Berners-Lee, Robert Cailliau y un estudiante en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), implementaron la primera comunicación exitosa entre un cliente de protocolo de transferencia de hipertexto (HTTP) y un servidor en Internet. A partir de esa comunicación, Berners-Lee se ganó el mote de ser el “padre de la Web”.
Desde entonces, el tamaño de Internet no ha parado de crecer. Si eres de la generación Google, tal vez te sorprenda saber que existía una época en la que la información estaba esparcida, sin un orden. Si eres de la generación Napster, seguro recuerdas la era pre Google en la que encontrar un sitio Web era más difícil que encontrar las llaves de tu casa.
A mediados de la década de los 90, se hicieron los primeros intentos por indexar toda la información que se generaba y almacenaba en la Red; así fue como surgieron los motores de búsqueda, campo que hoy domina Google a nivel mundial con el 82.8 por ciento del mercado (le sigue Yahoo! con apenas 6.42 por ciento, el buscador chino Baidu con 4.89 por ciento y Bing de Microsoft con 3.91 por ciento).
¿De qué nos sirve saber cuál es el tamaño de Internet? Para efectos de organizar y clasificar la información, nadie lo hace mejor que Google y Bing (Microsoft), ya sea para propósitos comerciales o enfocados al usuario. Pero, ¿qué nos dicen todos estos datos?
Información de utilidad
Desde la organización World Wide Web Consortium (W3C) que preside Berners-Lee, el padre de la Web ha lanzado el Índice Web, “la primera medición multi-dimensional en el mundo del crecimiento de la Web, su utilidad y el impacto que tiene en las personas y naciones”.
Este índice anual tiene como objetivo mejorar el entendimiento sobre el valor que la Web tiene para la humanidad, al incorporar indicadores de conectividad e infraestructura que evalúan el impacto político, económico y social de la Web.
Quizá no parezca una idea novedosa, pero nadie con el prestigio de W3C bajo el comando de Tim Berners-Lee para medir el impacto de la Web en beneficio de la humanidad. Para poder cuantificar este impacto, la clasificación tomó en cuenta tres variables fundamentales:
Disponibilidad. El Índice examina la calidad y el alcance de la infraestructura de las comunicaciones (que facilite la conectividad a la Web) y la infraestructura institucional (las políticas que regulan el acceso Web, así como las habilidades y los niveles educativos que hacen posible que todos se beneficien de la Web)”.
Uso. El Índice no solo mide el uso que se la da a la Web en los países (entre otros datos, el porcentaje de individuos que usan Internet), también examina el contenido disponible para esos usuarios.
Impacto. Quizá el más importante y más difícil de medir porque cruza datos sobre indicadores sociales, económicos y políticos para evaluar el impacto que tiene la Web en estas dimensiones. Aquí se incluyen mediciones sobre redes sociales, comercio a través de Internet y la participación de la sociedad a través de la Web.
Berners-Lee espera que el Índice “estimule a las naciones a observar su desempeño para impulsar la Web hacia adelante”, según comentó en una entrevista con la revista Time. Es por eso que la medición se publicará anualmente, con el objetivo de que los tomadores de decisión en cada país puedan comparar su desempeño –y con el de otras naciones– para “mejorar continuamente nuestra comprensión del valor de la Web para la humanidad”.
Más que el inventor
A pesar de ser el inventor del espacio en donde todos los días perdemos/aprovechamos nuestro tiempo libre, Tim Berners-Lee se mantiene como una figura detrás de los reflectores. Y la verdad es que no le molesta estar en esa posición.
¿Cómo explicar que el padre de la World Wide Web tiene apenas 100 mil seguidores en Twitter? O peor, en la transmisión de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, un comentarista de la cadena estadounidense NBC dijo:
“Si no han escuchado de él, nosotros tampoco”, al referirse a Berners-Lee en la participación que tuvo dentro del espectáculo que dirigió Danny Boyle.
Y es que el británico está más ocupado empujando el concepto de “Open Data” o “Datos Libres”, la filosofía en la que ciertos datos estén disponibles de forma libre para todo el mundo en pro de la transparencia, que cobrando el éxito de ser el hombre detrás del gran invento.
Ya lo hace en el Reino Unido con data.gov.uk, el proyecto que almacena casi toda la información pública para propósitos oficiales a la vista de los usuarios británicos.
En una entrevista con la revista Time se le cuestionó si estaba satisfecho con el estatus actual que guarda Internet, a lo que Berners-Lee respondió: “Yo soy parcial al pensar que no ha sido suficiente. Me hubiera gustado ver más desarrollo en torno a los datos abiertos”.
México y la web
Lo primero que sorprende en el sitio thewebindex.org es la manera tan sencilla y limpia en que se pueden visualizar los datos de cada país. El diseño es amigable y fácil de usar, así que cualquiera interesado en adentrarse en cómo se aprovecha la Web en Etiopía en todas las dimensiones que califica el Índice Web, lo puede hacer fácilmente.
En el caso de México, primero me interesaron los datos sobre la participación de la sociedad en la Red. En pleno año electoral, vale la pena indagar sobre el “impacto político” que tiene la Web en México.
Según el Índice, usando datos de Web Foundation, a la pregunta de “¿en qué medida ha sido utilizada la Web para la movilización política en su país?”, los mexicanos nos ubicamos por encima de la media. Del 1 al 10 (donde 1=para nada; y 10=extensamente), países como Egipto y Suecia se ubican en 10; México en 8, por encima de la media (6) y de países como Venezuela o Argentina (5, cada uno).
En cuestión de campañas políticas en Internet, a la pregunta “¿los principales partidos políticos en su país hicieron campaña por Internet?”, México se ubica en un alto 9 (todos lo sufrimos este 2012, en Twitter, Facebook…), casi a niveles de Suecia, Estados Unidos y Singapur (10, cada uno) y por encima otra vez de países como Venezuela (7) y Argentina (5).
El Índice Web de Berners-Lee también permite comparar los datos de cada país con la media de los países miembros de la OCDE, así como comparaciones con la media de los países con alto, medio y bajos niveles de ingresos.
En donde no nos fue tan bien es en el rubro del uso de las tecnologías de la información y la eficiencia del gobierno. Con datos del Foro Económico Mundial, para la pregunta “¿en qué medida el uso de información y tecnologías de la información del gobierno mejoraron la eficiencia de los servicios públicos en su país?”, México se coloca por debajo de la media (4.4) con 4.3 en una escala de “1 = sin efecto alguno” y “7 = ha generado una mejoría considerable”. Los servicios Web de los gobiernos de Singapur, Qatar y Suecia fueron los mejores calificados.
Lo que más preocupa a los usuarios de Internet en México –pero sobre todo a los que todavía no lo son– es el costo de conexión y esto se ve reflejado bajo el rubro “asequibilidad de acceso a la Web”. Con datos de Web Foundation, a la pregunta “¿en qué medida dirías que el acceso a la Web (costo de conexión, descargas, etcétera) es asequible para la gran mayoría de personas en su país?”, México se ubica muy por debajo de la media y casi a niveles de Zimbabue, el último país clasificado en el Índice de Berners-Lee. Bajo los parámetros “0 = no es asequible para la mayoría de la población” y “10 = asequible para la mayoría”, países como Japón, Francia, Reino Unido y Corea del Sur están en niveles de 10, mientras que Argentina y Venezuela en 5, México en 3 y Zimbawe 1.
Al sumar todos los factores, México se ubica en el lugar número 22 de los 61 que conforman este primer Índice Web. De manera más detallada, así nos ubica la clasificación de Berners-Lee en las tres dimensiones más importantes: Disponibilidad, lugar 32 de 61 (encabezado por países como Islandia, Finlandia y Suecia); Uso, lugar 23 de 61 (encabezado por países como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá); e Impacto, lugar 22 de 61 (encabezado por países como Suecia, Estados Unidos y Canadá).
El Índice Web desarrollado por W3C debe ser tomado en cuenta por las autoridades en la rama de las comunicaciones en nuestro país, pero sobre todos por la sociedad que con los datos en la mano pueden exigir una mejora en los servicios públicos de la Red para que de verdad Internet tenga un impacto positivo en las naciones y no solo sea un espacio para trolleo, memes y el esparcimiento (sano).
Índice web
Suecia es el país que encabeza el primer Índice que cuenta con información de 61 países sobre el uso, la utilidad y el impacto que tiene la Web en las personas y las naciones. México se colocó en el lugar 22, el tercer país de habla hispana en aprovechamiento de Internet debajo de España (lugar 18) y Chile (19) y por encima de Brasil (24) y Colombia (26).
(Corrección: La nota original se refería incorrectamente a Tim Berners-Lee como el “Padre de Internet”, cuando en realidad el mote correcto es “Padre de la Web”).