En el cuento “El huevo y la gallina” de Clarice Lispector, el huevo trasciende su mera existencia biológica; se convierte en un símbolo de significado existencial. La gallina lo carga como un gran sacrificio, pero al mismo tiempo representa el sueño inalcanzable que nutre su existencia.
¿Si la gallina supiera que lleva la semilla de la vida, cambiaría su destino? Esta reflexión impregnada de simbolismo y misterio se traslada al Foro La Gruta teatral con El huevo y la gallina, una pieza codirigida por Juan Manuel Torreblanca y Jonathan Silva. Cuenta con la actuación de la primera actriz, Alaciel Molas González, y con la música en vivo de Mariana Chávez-Lara y Luz Varela.
“Enfrentamos el riesgo y el reto de darle una posibilidad escénica a un texto que no tiene una naturaleza o una semilla dramática. Este es un cuento que, según lo que la misma autora habría dicho, tiene mucho de ensayo, filosofía, humor y dolor”, comparte Torreblanca, también traductor de la pieza.
#Febrero es una gran oportunidad para que la magia del teatro brinde espacio y audiencia a la voz de Clarice Lispector para presenciar su pensamiento mutante y poético en “El huevo y la gallina”.
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En entrevista con Reporte Índigo, Manuel comparte que para llevar esta pieza a escena, hicieron una investigación profunda sobre la escritora Clarice Lispector. Según Torreblanca, la historia se sumerge en la exigencia constante de perfección, especialmente en el papel de la mujer perfecta y la esposa ideal de un diplomático en un entorno social rígido.
La trama se complica aún más al explorar la maternidad de Clarice, marcada por la dificultad de tener un hijo que sufrió de esquizofrenia. Además, la relación con su propia madre se torna compleja debido a la sífilis que esta padeció en una época sin tratamiento. Se sugiere incluso que la concepción de Clarice podría haberse realizado con la esperanza de que ella curara a su madre.
“Fue una relación bien compleja y, en el caso particular de Clarice, es una experiencia bien profunda, su experiencia como mujer, de ser madre, hija, intelectual y escritora en una época en la que no la creían capaz de escribir y tuvo que ceder muchas veces sus ganancias”, narra Torreblanca.
El codirector destaca cómo la sociedad actual ha evolucionado en cuanto a la aceptación de las mujeres en roles diversos, y menciona que antes era más difícil. Sin embargo, subraya que las complejidades y desafíos inherentes a la experiencia femenina siguen presentes en el trasfondo de la obra.
En cuanto a la recepción de la obra, se observa una diferencia en la manera en que hombres y mujeres la interpretan. Mientras las mujeres parecen conectar de manera más transparente y profunda con la obra, algunos hombres encuentran dificultades para comprenderla, sugiriendo que Clarice Lispector manejaba un “código secreto de hechicería” que resonaba más con las mujeres.
Por primera vez en México, se pone en escena El huevo y la gallina, el cuento que la autora ucraniana/brasilera #ClariceLispector. Se presenta en el Foro La Gruta.
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“Se me hace muy loco, antes habría sido quizás desde la ignorancia más partidario de pensar que no hay tanta diferencia entre los géneros. Tuve que hacer las paces conmigo mismo, de que no le iba a entender y que más bien iba a cerrar los ojos e iba a escuchar la obra. Muchos hombres tienen reflexiones muy diferentes a las de las mujeres.
“En una conferencia de 1975, Clarice Lispector solicitó a su audiencia que no abordara su discurso con la razón, advirtiendo que el sentido se perdería. Pidió a los oyentes que adoptaran un enfoque diferente, sugiriendo que no lo juzgaran con la misma lógica habitual y vitalismo, sino que lo comprendieran desde una perspectiva distinta”, precisa.
El papel de la mujer
En El huevo y la gallina, Alaciel Molas González interpreta a una mujer que encarna múltiples roles, desde la escritora hasta la ama de casa y conductora, transitando entre una clase de cocina televisada de los años 50 y una cátedra universitaria que fusiona historia y filosofía en un despliegue poético.
A través del monólogo del personaje, que evoca figuras como Julia Child o Chepina Peralta, se cuestiona la percepción tradicional de la mujer, demostrando que una mujer dedicada al hogar puede abordar temas académicos de manera competente.
La representación en el escenario muestra a una mujer que desafía las expectativas al impartir conocimientos que podrían e incluso su vida.
«El huevo y la gallina», dramaturgia de Clarice Lispector, en el @Helenico.
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Se reflexiona sobre la presencia constante de intermediarios, como cámaras, pantallas e instituciones, planteando la posibilidad de que la libertad sea inalcanzable.
“Proponemos la búsqueda de lo imposible: decir lo que es el huevo. ¿Qué es lo más importante, lo más sagrado, lo que nos mueve y es nuestro motor? El huevo puede ser Dios, el amor, el trabajo, la profesión, la vocación, la familia, los hijos, la pareja, lo que sea dependiendo de lo que cada quien realmente tenga en la cima de su pirámide de valores y creo que nuestra intención como compañía era hacer la lectura más respetuosa en el sentido de justamente respetar esa ambigüedad”, narra.
El sentido de la humanidad
El también cantante aborda la excesiva necesidad de comprender quiénes somos, por qué estamos aquí y cómo podemos hacerlo mejor. Reconoce que estas preguntas a menudo son imposibles de responder en su totalidad.
También plantea la inevitabilidad de la muerte, señalando que el destino es el lugar al que llegamos y construimos con cada paso que se da.
“Uno nunca sabe si lo que nos pasa en el destino o un castigo, o si el destino es el lugar al que llegamos y que construimos con cada paso que damos, es decir, no lo veo necesariamente como una maldición del oráculo, pero sí creo que consciente o inconscientemente con cada paso que damos construimos el destino y el más allá es el gran misterio, pero en realidad, todo es un misterio”, subraya.