El hermafroditismo, o estados de la diferenciación sexual, ha sido representado en diferentes momentos del arte, pero, ¿qué tan común es en la realidad? Para la obstetra Karina Arteaga, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), esta condición tiene muchas variantes.
La primera pieza que aborda este tema, y de la que se tiene registro, data del siglo II d.C., es La Hermafrodita Durmiente, del escultor Policles. En 1608 fue encontrada en Roma, Italia, dentro del recinto de la Iglesia de Santa María de la Vittoria, era una mujer en posición acostada.
Actualmente, la pieza se encuentra exhibida en el Museo de Louvre, en París, Francia, y está reposada en un colchón de mármol, el cual fue agregado por el escultor Gian Lorenzo Bernini, a petición de quien fuera propietario de La Hermafrodita, el cardenal Supoine Borghese.
Dicha escultura fue el inicio para que otros artistas, con el paso del tiempo, replicaran o se inspiraran para crear obras similares. De acuerdo con el Ministro de Cultura y Deporte de España, hay alrededor de 30 ejemplares de este tipo de sobrevivientes, copiados del original griego.
“Míralo, por fin se ha convertido en la mujer que siempre quiso ser y que esperó durante dos mil años. Ahora es una mujer bellísima”, resaltó el artista español cuando presentó La Venus Hermafrodita, la escultura de una joven desnuda que está de pie, sin brazos, con la cabeza mirando hacia su lado izquierdo y, lo que resulta más representativo para el autor, con un miembro masculino que reposa entre sus piernas.
El origen en la vida real
La obstetra Karina Arteaga asegura, en entrevista con Reporte Índigo, que el hermafroditismo puede tener un origen cromosómico, que es cuando se altera el número de los cromosomas. Cada mujer presenta 46 XX y cada hombre 46 XY, si este número varía, el bebé resulta perjudicado.
“Otra causa pueden ser las alteraciones en el desarrollo de la gónada (el aparato reproductor), es decir, cundo se va a definir alguno de los sexos habrá una variación desde ahí, y ya no se va a desarrollar adecuadamente el aparato reproductor del producto”, comenta la médico.
Además de las razones ya mencionadas, existe una más. Cuando las hormonas que se producen en el embarazo y que determinan el sexo del bebé están alteradas, hace que nazca una persona con ambos aparatos reproductores, explica la especialista.
No toda la gente que es hermafrodita presenta las mismas situaciones, existen tres categorías. Una de ellas es el hermafroditismo verdadero, que es la presencia de tejidos testiculares y ováricos; también está el seudohermafroditismo, cuando los genitales externos pueden ser ambiguos, pero los órganos reproductores internos son masculinos o femeninos, y, finalmente, la disgenesia gonadal mixta, que se caracteriza porque hay un testículo disgenético, es decir, cuando de un lado está mal formado y del otro está totalmente atrófico.
La experta sostiene que los estados de la diferenciación sexual son genéticos, por lo cual, ninguna persona puede prevenirlo; sin embargo, comenta que es posible realizar pruebas de ADN al bebé cuando está en la panza de la madre para saber si hay una alteración en los cromosomas, pero aún así no es 100 por ciento funcional.
En los siete años que la doctora ha ejercido su especialidad, sólo ha recibido a dos recién nacidos con ambos sexos. En México, uno de cada 500 nacimientos presenta algún padecimiento relacionado con la diferenciación sexual, de acuerdo con la Facultad de Medicina de la UNAM.
Una historia de dioses
Hermes, dios mensajero, y Afrodita, diosa del amor, tuvieron un hijo, Hermafrodito. Era tan hermoso como su madre, pero sin su amor apasionado. Cuando las mujeres lo miraban, bajaba los ojos, ocultándose.
Un buen día, el joven se bañó en el estanque de Salmacis, una ninfa se enamoró de él desde el primer momento en que lo vio, pero fue rechazada. Era tanto su deseo hacia el jovevn dios que se pegó a él, suplicándole a los dioses que jamás los separaran. Sus deseos se hicieron realidad y ambos cuerpos se fundieron en uno.