El Gatorade no es necesario

Después de una rutina de ejercicios es común que algunos opten por tomar bebidas deportivas para reponer los electrolitos perdidos por sudoración, entre ellas Gatorade y Powerade. 

Pero de acuerdo a un estudio encabezado por el programa de investigación del consumidor Marketplace, de la cadena de medios canadiense CBC, el consumo de bebidas deportivas para dichos fines realmente no es necesario, pues al menos que seas un atleta de alto rendimiento, lo único que necesitas es hidratarte con agua. 

Eugenia Rodríguez Eugenia Rodríguez Publicado el
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Después de una rutina de ejercicios es común que algunos opten por tomar bebidas deportivas para reponer los electrolitos perdidos por sudoración, entre ellas Gatorade y Powerade. 

Pero de acuerdo a un estudio encabezado por el programa de investigación del consumidor Marketplace, de la cadena de medios canadiense CBC, el consumo de bebidas deportivas para dichos fines realmente no es necesario, pues al menos que seas un atleta de alto rendimiento, lo único que necesitas es hidratarte con agua. 

“El beneficio de mantenerse físicamente activo, lo que mejora la composición corporal, te hace más saludable, estar más en forma (…), eso es fantástico, pero, por fortuna, consumir bebidas azucaradas y saladas realmente hace lo opuesto a la persona promedio”, dijo a Marketplace el Dr. Greg Wells, fisiólogo del deporte.

Por ejemplo, la bebida “Glacier Cherry Perform” de Gatorade contiene 41 gramos de azúcar por porción, el equivalente a más de 10 cucharadas de azúcar. 

Y 330 miligramos de sodio, que según el estudio, es una cantidad mayor a la que contienen las papas medianas de McDonald’s y más de una porción de las papas Doritos Cool Ranch.

El problema es que las bebidas deportivas populares como el Gatorade Prime –“el combustible que se toma 15 minutos antes del ejercicio”– o el Gatorade Recover (“la primera  bebida rehidratante formulada con proteínas y carbohidratos para recuperarte 15 minutos después del ejercicio”), se promocionan señalando que cuentan con “más de 40 años de investigación”. 

En el estudio, se tomaron muestras de sangre antes y después de correr por 45 minutos a un equipo de corredores recreativos. Al final, hubo casos donde los electrolitos y los niveles de glucosa no disminuyeron en la sangre tras el ejercicio, sino que aumentaron por sí solos, lo que demuestra que con agua hubiera sido más que suficiente. 

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