El efecto Facebook
Nunca falta el típico amigo apasionado que no deja de causar controversia en su perfil de Facebook con lo que escribe en sus posts o sus status, y nunca falta quién le haga segunda y comience un debate que parece no tener fin.
¿Cuántas personas no habrán perdido un amigo por lo que pareciera ser una simple e inocente discusión en esta red? Según un estudio de comportamiento social realizado por el sitio MyLife.com, una de cada 10 personas ha eliminado a alguien de Facebook debido a que "postea" mucho sobre política, por ejemplo.
Rocío Aguilera
Nunca falta el típico amigo apasionado que no deja de causar controversia en su perfil de Facebook con lo que escribe en sus posts o sus status, y nunca falta quién le haga segunda y comience un debate que parece no tener fin.
¿Cuántas personas no habrán perdido un amigo por lo que pareciera ser una simple e inocente discusión en esta red? Según un estudio de comportamiento social realizado por el sitio MyLife.com, una de cada 10 personas ha eliminado a alguien de Facebook debido a que “postea” mucho sobre política, por ejemplo.
Internet parece darnos una sensación de seguridad que nos permite decir cosas que no nos atreveríamos a –o que pensaríamos dos veces antes de– decirlas cara a cara. El anonimato es una fuerza poderosa, esa facilidad de escondernos tras una pantalla y detrás de un nombre de usuario nos hace sentir invencibles.
Pero, ¿qué nos pasa en Facebook? En este sitio no somos para nada anónimos (a menos que tengas una cuenta falsa) y aún así algunas veces decimos más cosas e incluso nos volvemos más agresivos de lo que podríamos ser en una interacción frente a frente.
Para Sherry Turkle, profesora de estudios sociales de ciencia y tecnología del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), somos menos inhibidos en línea porque no tenemos que ver la reacción de la persona con la que estamos “hablando”; tendemos a deshumanizar al otro.
La también autora del libro “Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other”, dice que la mayoría de la gente aún no está consciente de que está hablando en voz alta cuando se comunica en línea, especialmente cuando escribe algo desde un smartphone.
“Estás publicando algo, pero no sientes que lo estés haciendo. ¿Qué importa si le dices a alguien ‘te odio’ en este pequeño aparato? Es como un juguete, no sientes que vaya a tener consecuencias”.
De acuerdo a un estudio realizado por científicos de la Universidad de Columbia y de la Universidad de Pittsburgh, navegar en Facebook reduce nuestro autocontrol, y el efecto es más pronunciado en aquellos cuyas redes están compuestas por amigos cercanos.
Según Keith Wilcox y Andrew T. Stephen, autores de la investigación, se puede deber a que estas personas tienen más influencia sobre su red de amigos, lo que hace que la gente se involucre más y de forma más activa en sus actividades online (léase posts y actualizaciones de status).
La mayoría de las personas presentan una imagen mejorada de sí mismos en las redes sociales. Esta imagen positiva –y la aprobación que recibimos en forma de Likes– eleva nuestra autoestima, y cuando tenemos una idea exagerada de nosotros mismos tendemos a mostrar bajo autocontrol.
Esta falta de control y la confianza que tenemos con nuestros amigos cercanos pueden combinarse y crear este efecto que nos hace ser más desinhibidos y hasta agresivos.
Más Facebook, más kilos y deudas
El estudio de Wilcox y Stephen, llamado “Are Close Friends the Enemy? Online Social Networks, Self-Esteem, and Self-Control”, además demuestra que un mayor uso de las redes entre los usuarios con lazos más fuertes con sus amigos, también se asocia con personas con mayores índices de masa corporal y niveles más altos de deudas en sus tarjetas de crédito.
La investigación que fue publicada en línea en noviembre pasado, y que será publicada en la versión impresa del Journal of Consumer Research en junio, incluye los resultados de cinco diferentes estudios realizados entre miles de usuarios de Facebook en Estados Unidos.
En la primera prueba los participantes contestaron una encuesta sobre la cercanía que tenían con su lista de amigos. Después se separaron en dos grupos: un grupo escribió cómo era su experiencia al navegar en Facebook (solo escribieron con su conocimiento previo, no usaron en ese momento la red social), y el otro grupo que sí navegó en la red social. Después de eso los dos grupos contestaron una encuesta sobre autoestima.
Sin importar si los participantes habían escrito sobre su experiencia en el sitio, o si realmente lo navegaron, aquellos con amigos no tan cercanos no experimentaron un incremento en su autoestima, a diferencia de los que tienen amigos más cercanos en su red.
La segunda prueba encontró que este incremento solo sucede cuando los usuarios se enfocan en la información que ellos están compartiendo con los otros, no cuando se enfocan en lo que los demás tienen que decir.
Galletas, barras de granola y crucigramas fueron elementos que formaron parte de la metodología de la tercera y cuarta prueba, que establecían la relación entre la autoestima y el autocontrol.
A los participantes del tercer estudio se les pidió que entraran a su perfil o que leyeran noticias en CNN.com, después tenían que elegir entre comer una galleta de chispas de chocolate o una barra de granola. Aquellos que entraron a Facebook eran más propensos a elegir la galleta.
En la cuarta prueba se les pidió que resolvieran un crucigrama después de que algunos navegaron en la red social y otros en el sitio de chismes TMZ.com, quienes checaron su Facebook fueron más propensos a darse por vencidos antes de terminar de resolver el crucigrama.
El último estudio examinó la relación entre el uso de la red social y el comportamiento fuera de ella asociado con bajo autocontrol. Para esto, los participantes contestaron una encuesta acerca de su peso y altura, el número de tarjetas de crédito que poseen, la cantidad de deuda que tenían, el número de amigos que tenían fuera de Facebook, entre otras cosas.
“Los resultados sugieren que un mayor uso de la red social está asociado con mayores índices de masa corporal, más atracones de comida, un menor crédito, y mayores niveles de deuda en las tarjetas de crédito de aquellos individuos con lazos más fuertes en Facebook”, escriben los investigadores en el estudio.
Stephen y Wilcox están contemplando la posibilidad de una investigación que aborde los efectos a largo plazo de Facebook en los usuarios y su comportamiento.
Depresión postbloqueo
De ahora en adelante tendrás que pensarlo dos veces antes de borrar o bloquear a alguien en Facebook. Un nuevo estudio llevado a cabo por Christopher Sibona, de la Escuela de Negocios de la Universidad de Colorado, encontró que borrar o bloquear a alguien en las redes sociales sí tiene consecuencias serias en la “vida real”.
Sibona dice que los participantes reportaron una baja de autoestima, bajos sentimientos de pertenencia y pérdida de control después de haber sido borrados o bloqueados.
Además, también mencionaron tener un peor estado de ánimo después de una “ruptura” en la Red.
Los resultados muestran que 40 por ciento de las personas afirman que evitarían a quien los borró de Facebook, siendo las mujeres las más propensas a evitar esta confrontación.
Pero también depende de otros factores como haber discutido la razón que desencadenó el hecho, qué tanto apreciaban la amistad antes de que sucediera, o si los borraron por su comportamiento fuera de la red social, entre otras cosas.
¿Son los amigos el enemigo?
Lee el estudio completo sobre la pérdida de autocontrol que provoca navegar en Facebook