En pleno Centro Histórico de la Ciudad de México queda una de las pocas vecindades que siguen siendo solidarias, con un modo de vida modesto, pero que se ve amenazada por un sistema corrupto que solo beneficia a la opulencia y la situación del desalojo.
Con la llegada de una empresa que tiene nexos con el gobierno, se pretende desalojar a los residentes de la vecindad y así construir un nuevo edificio con intereses comerciales. En el corazón capitalino, los vecinos deciden atrincherarse y luchar por su derecho a la vivienda.
Esta premisa, que es reflejo de miles de vidas en la realidad, es el argumento de ficción de la cinta Antes del olvido, la cual es dirigida por Iria Gómez Concheiro, quien después de años de estar trabajando en el centro de la Ciudad de México, se sensibilizó con estos temas sociales.
“Lo que muestra Antes del olvido es justamente una pequeña batalla de gente que normalmente no tiene rostro, que son las personas que han sido desalojadas de sus viviendas. En los últimos tres años solamente en el Centro Histórico ha habido más de 53 mil desalojos, lo cual es una locura y lo hacen sin ningún tipo de dignidad”, comenta la cineasta, en entrevista con Reporte Índigo.
Antes del olvido tuvo su estreno nacional en el Festival Internacional de Cine de Morelia el año pasado, y este fin de semana se coronó con el galardón a Mejor Largometraje de Ficción Mexicano en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato, donde estuvo presente Gómez, quien exhorta del valor del filme en la realidad nacional
“Mi película sucede dentro de una vecindad bellísima del siglo XVII, en la calle de Nicaragua (…) Es un filme que tiene unos valores de producción muy grandes, actúan más de 53 actores, tenemos secuencias de una cantidad de extras que se logran con tres millones de pesos, ocho semanas de rodaje y otras ocho de preproducción”, agrega la directora.
Gómez contempla poder estrenar este largometraje en el transcurso del año; sin embargo, sabe que su temática es complicada, por lo que todavía su fecha para salas comerciales está por confirmarse.
“Esto le esta pasando a mucha gente, no solamente en la Ciudad de México, sino a las grandes y bellas ciudades. Guanajuato es un gran ejemplo de eso, cómo la gentrificación sacó a toda la gente originaria del pueblo, excluyéndola de la posibilidad de vivir donde tal vez había vivido por generaciones, esto también pasó en San Telmo, Buenos Aires y otros lugares”, subraya.
El cine de resistencia
Desde su opera prima Asalto al cine (2011) Gómez está consciente de que la labor fílmica en México es una constante batalla, no solo por levantar el rodaje, sino porque los temas sociales no alcanzan a todo el público que está interesado en ello.
“Cuando un cineasta te considera un espectador inteligente uno lo agradece mucho, y creo que ese es el cine que se está haciendo hoy, el de la resistencia; es decir, más allá de los presupuestos, estamos resistiendo también a un sistema que no permite que nuestras temáticas lleguen a su público”, comparte.
Ella pone el ejemplo de cómo su filme del 2011, a nueve años de su lanzamiento, está disponible en el mercado de la piratería, hecho que lejos de molestarle lo ve como beneficio, porque finalmente se le ofrece a un cinéfilo de a pie.
“Sí hay público, nada más que no es gente que puede pagar 500 pesos para llevar a su familia a un Cinemex o Cinépolis, y comprar palomitas y el estacionamiento, esa gente no está yendo al cine porque los espacios de exhibición dejaron de ser populares, entonces las personas lo está viendo en su casa”, explica Gómez.
La derecha desestabiliza a México
Con la entrada del gobierno federal morenista, Gómez está consciente de que todos los males de México no desaparecerán de la noche a la mañana, pero además indica que una problemática es que el ala de la derecha política puede estar interviniendo para que la administración de Andrés Manuel López Obrador quede mal ante la opinión pública.
“El nuevo gobierno apenas lleva seis meses, es imposible en este tiempo transformar esta mierda, y sobretodo porque la derecha no se está quedando quieta en su casa a esperar a que pasen estos seis años, está pagándole a todos sus sicarios, grupos paramilitares, grupos de choque, para destruir y desvirtuar al nuevo gobierno”, argumenta.
Gómez se considera crítica del ejecutivo federal, pero también ve que la política de izquierda no es la que se esperaba por parte del ahora presidente.
“Tiene formas que no comparto y para nada es el gobierno de izquierda al que aspiramos la gente izquierdista, es un gobierno de transición, y como tal creo que hay que trabajar para proponer más que para estar esperando el pequeño error, hay que marcar los errores, pero proponiendo una alternativa y trabajar por ello, no desde la comodidad de nuestro Facebook, sino realmente generando un activismo”, puntualiza.