El sopor de verano, la quietud del campo y una comida de media tarde, son el pretexto perfecto para que un grupo de mujeres se sienten a platicar sobre su pueblo, Tierra de Baños, en la provincia de Badajoz, donde el transporte público casi no llega, por lo que se encuentran prácticamente aisladas del resto de España. Si su rutina ha sido la misma desde hace décadas, ¿qué de nuevo pueden compartir?
Este sudeste español es una postal entrañable para Ainhoa Rodríguez, por eso le importaba volver ahí y hacer su primera película, construir un universo personal desde la ficción con estos personajes realistas e invisibles, pero que también merecen una voz en el cine. El resultado es Destello bravío.
“Quería hablar de un pueblo un poco perdido en el tiempo y de sus mujeres, volver a trabajar con actrices naturales, con las que ya había laborado en otro proyecto, pero quería ahora hacerlo de manera más ambiciosa, porque la materia prima que me ponen adelante, al interpretarse ellas mismas, era una cosa tan rica, porosa y llena de colores para una cineasta, que es la mejor de las arcillas para empezar a moldear y crear, es una película con un doble corazón el suyo y el mío”, describe Rodríguez en entrevista con Reporte Índigo.
Este largometraje de bajo presupuesto rompe con lo preestablecido en torno a lo que se puede esperar de una producción de España: no retrata la juventud actual ni está situada en las grandes ciudades, al contrario, se adentra a otro tipo de problemáticas, por ello Rodríguez considera que este cine digresivo también importa.
“Es una película de disidencia, es una propuesta feminista frente a un cine completamente patriarcal, pero, para empezar, irte a una zona rural a rodar ya es salirte de la norma (…) Es una película compleja, pero porque hay que dejarse llevar ante lo que estamos acostumbrados. Creo que el cine tiene que abordar y abrazar la complejidad de la vida, sabemos vivir con ella, entonces, ¿por qué no ver una película con complejidad?”, resalta la directora.
Con esta disrupción que marca Rodríguez, su ópera prima ha alcanzado a recorrer medio mundo y ha recibido reconocimientos en el Festival Internacional de Cine para Mujeres de Seúl, Corea; el Festival Internacional Cinespaña de Tolouse, Francia; y el Festival Internacional de Cine de Vilnius, Lituania, solo por mencionar algunos sitios. La cineasta considera que hay que volver al séptimo arte de introspección que se hacía en el siglo XX.
“Estamos en una involución, recordemos lo que hacían los creadores en los 70, algo mucho más complejo, ¿qué quiero decir con esto? Que es una película que yo no esperaba con todas las cosas disidentes y la falta de ‘estrellas’ en el reparto, el acento extremeño, en fin, no son temas comerciales, pero la película se ha abierto un camino por ella misma”, reflexiona.
Destello bravío tuvo una presentación especial en el Festival independiente Cuórum Morelia, que abarca temáticas LGBT+. Actualmente, el filme ya se puede ver también en la cartelera de la Ciudad de México en circuitos alternativos, como en la Cineteca Nacional, Cine Tonalá, La Casa del Cine y salas selectas de Cinemex.
Subrayar la agenda feminista
Ainhoa Rodríguez también se ha desarrollado en el campo de la docencia fílmica, resaltando y apoyando los trabajos de perspectivas feministas; ella es doctora en Teoría y Análisis Cinematográfico por la Universidad Complutense de Madrid y es una mujer claramente empoderada, que sostiene la mirada y no titubea ante nada, por eso al cuestionarla sobre cuáles son los pendientes que España tiene sobre la inclusión de género, habla sin filtros.
“Hay dos millones de causas pendientes, en cuestiones étnicas, raciales y grupos sociales, pero desde luego la agenda feminista es absolutamente prioritaria, necesaria y urgente por cumplir. El hombre tiene más privilegios y esto hay que solucionarlo. El año pasado que estrené mi película en España, solo un 12 por ciento eran dirigidas por mujeres, no es un dato bajo, es miserable, marginal una vergüenza, hay que empezar por ahí”, indica la realizadora de 39 años.
La directora es consciente de la desigualdad de género que azota a otras partes del mundo fuera de España y Europa, por ejemplo, le preocupa la situación en Irán, también en México y ahora Qatarm donde se realiza la copa internacional de futbol, un país homófobo donde los derechos sociales son una burla, por lo que hace un llamado a exhibir lo que está mal y dejar de prestar atención a un evento mediático que perjudica desde su origen.
“A mí me parece, para empezar, toda la cuestión de los derechos humanos que tienen que ser cumplidos y no están en este país; además, cómo se han construido todos los recintos que van a albergar este mundial, con trabajadores en regímenes de semi esclavitud que han muerto construyendo o su vida ha peligrado, parece que esta es la época faraónica, del antiguo Egipto, pero vamos a sonreír y cantar”, dice con ironía Rodríguez y recuerda las estimaciones que hizo el diario The Guardian, de más de 6 mil inmigrantes difuntos desde que se anunció la Copa Mundial en Qatar.
Ainhoa Rodríguez explora ahora el terror
Ainhoa Rodríguez ya se encuentra desarrollando un nuevo proyecto fílmico, pero como apenas está en esta primera fase no revela muchos detalles, pero sí comparte que quiere ir hacia un género sobrenatural y mezclarlo con su propio toque personal
“Estoy becada por la Academia de Cine de España, que ha elegido una serie de proyectos para apoyar el desarrollo, y tengo otra por parte de la Casa Llena de Bilbao, entonces, estoy trabajando en el inicio, en el germen, buscando la película, pero en principio es una historia con tintes de terror, con un concepto naturalista, de varias generaciones, abuela, madre e hija, mezclando distintos géneros y retorcerlos, como a mí me gusta”, describe.
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