Hace unas semanas El Callejón del Beso, en Guanajuato, fue clausurado por un supuesto conflicto entre fotógrafos que buscan trabajar en este lugar y familiares de los propietarios de los balcones. En redes sociales se difundió un video de la riña, la cual provocó la suspensión del espacio como medida de seguridad por parte del titular de Fiscalización de la capital, Gustavo Bück.
Tras lograr acuerdos entre propietarios y fotógrafos, este lugar nuevamente está abierto para aquellos enamorados quienes desean mostrar su afecto ante las miradas curiosas de la gente que llega a la plaza Los Ángeles.
Hoy estos balcones coloridos son parte del atractivo turístico; la leyenda indica que las parejas que se besen en el tercer escalón serán felices durante 15 años, de lo contrario, tendrán siete de mala suerte. Solteras y solteros, ustedes no se preocupen, pues no les pasará nada.
Reporte Índigo recorrió el famoso Callejón del Beso; no obstante, el hombre que trabaja como guía se negó a dar entrevista a no ser que se le pagara 100 pesos “por derechos de piso”. Al pie de las escaleras se encontraba el fotógrafo Juan Rocha, quien portaba un chaleco negro, tenis y, por supuesto, su cámara Nikon colgada en el cuello, ofreciendo a la gente “el bonito recuerdo, su foto profesional” de su visita.
Juan se ha dedicado por poco más de 30 años a congelar el momento del beso entre las parejas.
“Quise trabajar de esto por el lugar y por las parejas que quieren llevarse un recuerdo impreso, una fotografía profesional, eso me motivó”, explicó el fotógrafo.
Juan Rocha trabaja de lunes a domingo, el horario es incierto, pues puede llegar desde las 12 del día, hasta la última callejoneada, es decir, alrededor de las 11:30 pm. Es su principal fuente de ingresos, cobra 100 pesos por pareja.
Para tratar de solventar el día a día asiste a eventos sociales, quince años y bodas para ganar un poco más.
“Es mi trabajo diario con el cual sostengo a mi familia. Nos quedamos hasta la noche, es un albur que uno se avienta a quedarse en las últimas callejoneadas, hay veces que sí se trabaja, otras que no, pero así es el trabajo”, cuenta Juan.
Y aunque muchas personas ya no desean su fotografía, porque dicen que ya la pueden tomar con su celular, Juan indica que él, junto a otros tres fotógrafos que ofrecen sus servicios, tuvieron que entrarle a la nueva tecnología.
Actualmente ofrecen una imagen en digital y en tan sólo dos minutos, las personas pueden llevarse su foto impresa. Los cuatro fotógrafos se intercalan los turnos para “ganar parejo”, de otra forma sería “un despapaye”.
“Somos los fotógrafos oficiales del Callejón, no puede entrar otra persona porque nosotros pagamos un permiso, estamos regularizados por fiscalización, y no permitiremos que otra persona viniera a meterse”, contó.
Con la pandemia, Roche dice “que casi no la libran”, pues nadie llegó al Callejón del Beso. En 2022 la historia es distinta, todo comenzó a reactivarse, y con ello, sus servicios como fotógrafo. “Tuvimos que aguantar, qué más hacíamos?”, expresó.
Gracias al turismo sus servicios casi llegan al 80 por ciento de su normalidad. Si bien, el Festival Internacional Cervantino puede ser una temporada alta, Juan narra que actualmente esto ha cambiado.
“En estas fechas viene mucho chavo, jóvenes que solo vienen a divertirse, a tomar, casi no piden su foto. No hay como las vacaciones y puentes, ahí sí le ganamos un poco más”.
Su mayor orgullo, pese a todas las malas anécdotas que podrían existir en su trabajo, es que la gente se lleve una fotografía capturada por su lente.
“Se siente orgullo y una satisfacción bonita. Hay experiencias de todo, viene desde gente bien tomada, algunos prepotentes, ya se imaginará, uno tiene que batallar con eso, así es el trabajo y lo tenemos que atender”, concluye Juan Rocha.
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